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jueves, julio 18, 2024
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    Hebreos 10 - Jünemann Septuaginta en español

    1. Cristo expió en la cruz todos los pecados Pues, sombra teniendo la ley, de los venideros bienes, no la imagen misma de las cosas, cada año(a) con las mismas hostias que ofrecen perennemente, jamás pueden a los que se allegan, perfeccionar;

    2. de otro modo ¿no hubieran cesado de ofrecerse, por ninguna(b) tener ya conciencia de pecados los cultores una vez purificados?

    3. Empero en ellas(c), memoria(d) de pecados cada año;

    4. pues imposible que sangre de toros y cabrones quite pecados.

    5. Por lo cual, entrando en el mundo, dice: (Sl. 39,7-9.) Hostia y oblación no quisiste; pero cuerpo adaptásteme;

    6. holocaustos aun por pecado no te pluguieron.

    7. Entonces dije: «He aquí vengo (a la cabeza del libro(e) escrito está de mí) a hacer, el(f) Dios, tu voluntad».

    8. Diciendo más arriba: «Porque hostias, y oblaciones y holocaustos, aún por pecado, no quisiste, ni pluguieron»; las cuales(g), según ley, se ofrecen,

    9. entonces ha dicho: «He aquí vengo para hacer tu voluntad»; quita lo primero, para lo segundo establecer.

    10. En la cual voluntad santificados estamos por la oblación del cuerpo de Jesucristo una vez por todas.

    11. Y todo sacerdote asiste cada cada día ministrando, y las mismas a menudo ofreciendo hostias; las cuales jamás pueden quitar pecados;

    12. éste, empero, habiendo una por pecados ofrecido hostia, para siempre sentóse a la diestra de Dios;

    13. en adelante aguardando a que sean puestos sus enemigos escabel de sus pies.

    14. Porque, con una oblación, ha consumado para siempre a los que se santifican.

    15. Y testifícanos también el Espíritu, el Santo. Porque, después de haber dicho:

    16. (Jer. 31,33.) Este, el testamento que testaré con ellos, después de aquellos días, dice Señor: «Dando leyes mías en su corazón; y en su mente las escribiré.

    17. y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré, no, ya».

    18. Pero, donde(h), remisión de éstos; ya no(i) oblación por pecado.

    19. Teniendo, pues, hermanos, libertad para la entrada del santuario, en la sangre de Jesús,

    20. por el camino que nos consagró nuevo y viviente, por el velo; esto es: la sangre suya;

    21. y(j) sumo pontífice grande sobre la casa de Dios;

    22. lleguémonos con verdadero(k) corazón, en plenitud de fe, rociados(l) los corazones de conciencia mala, y lavados el cuerpo(m) con agua pura;

    23. mantengamos la confesión de la esperanza indeclinable(n) (pues fiel, el que ha prometido);

    24. y mirémonos(o) unos a otros, en estímulo de caridad y hermosas obras;

    25. no abandonando nuestra congregación, según costumbre de algunos, sino exhortando, y tanto más, cuanto veis acercarse el día(p).

    Advertencia al que peca deliberadamente

    26. Que voluntariamente pecando nosotros, después de recibir el conocimiento de la verdad, ya no por pecados queda hostia;

    27. pero una medrosa expectación de juicio; y de fuego celo, que devorar debe a los contrarios.

    28. Desechando alguno la ley de Moisés, sin lástimas, mediante dos o tres testigos, muere;

    29. ¿cuánto más, pensáis, peor merecerá castigo, el que al Hijo de Dios conculcó y la sangre del testamento, común(q) reputó; en la cual ha sido santificado; y al Espíritu de la gracia ultrajó?

    30. Pues sabemos al que dijo: (Deut. 32,35.) A mí, venganza: yo retribuiré; y de nuevo: (Sl. 135,14.) Juzgará Señor a su pueblo.

    31. Medroso, el caer en manos de un Dios viviente.

    32. Pero rememorad los anteriores días, en que, iluminados(r) mucha lid sostuvisteis de padecimientos:

    33. ahora, así con oprobios como con tribulaciones hechos espectáculo; ahora en partícipes de los así vivientes(s), convertidos.

    34. Pues también con los aprisionados padecisteis y la rapiña de vuestros bienes con gozo aceptasteis, conociendo que tenéis mejores haberes, y permanentes.

    35. No abandonéis, pues, vuestra confianza; la cual tiene grande remuneración.

    36. Que de paciencia tenéis necesidad, para que, la voluntad de Dios haciendo, reportéis la promisión.

    37. (Is. 26,20.) Pues todavía un poco, tantito, tantito —el que viene, llegará, y no tardará;

    38. (Hb. 2,3-4.) y el justo mío de fe vivirá, y si se retrajere(t), no se complace mi alma en él.

    39. Pero nosotros no somos de retraimiento, para perdición, sino de fe, para ganancia de alma.