Mateo 7 - La Biblia del Oso RV1569El juzgar a los demás1. NO juzgueys: porque tambien no ſeays juzgados. 2. Porque con el juyzio que juzgays, ſereys juzgados: y con la medida q̃ medis, conella os boluerán à medir. 3. Y porque miras el ariſta que eſtá enel ojo de tu hermano: y no echas de ver la viga que eſtá en tu ojo? 4. O como dirás à tu hermano, Eſpera echaré de tu ojo el ariſta: y heaqui vna viga en tu ojo? 5. Hypocrita, echa primero la viga de tu ojo: y entonces mirarás en echar el ariſta del ojo de tu hermano. 6. No deys lo ſano à los perros: ni echeys vueſtras perlas delante de los puercos: porque no las rehuellen cõ ſus pies, y bueluan y os deſpedacen. La oración, y la regla de oro7. Pedid, y darſeoſhá. Buſcad, y hallareys. Tocad, y abrirſeos há. 8. Porque qual quiera q̃ pide, recibe: y el que buſca, halla: y àl que toca, ſe abre. 9. Que hombre ay de voſotros á quien ſi ſu hijo pidiere pan, darlehá vna piedra? 10. Y ſi le pidiere peſcado, darlehá ſerpiente? 11. Pues ſi voſotros, ſiendo malos, ſabeys dar buenas dadiuas à vueſtros hijos, vueſtro Padre q̃ eſtá en los cielos quanto mas dará buenas coſas à los que piden deel? 12. Anſi q̃, todas las coſas que querria des que los hõbres hizießen convoſotros, anſi tambien hazed voſotros con ellos: porque eſta es la Ley, y los prophetas. La puerta estrecha13. Entrad por la puerta eſtrecha: porq̃ el camino q̃ lleua à perdicion, es ancho y eſpacioſo: y los que vã porel, ſon muchos. 14. Porque la puerta es eſtrecha, y angoſto el camino que lleua à la vida: y pocos ſon los que lo hallan. Por sus frutos los conoceréis15. Tambien, Guardaos de los falſos prophetas, que vienen à voſotros con veſtidos de ouejas: mas dedentro ſon lobos robadores. 16. Por ſus frutos los conocereys. Cogenſe vuas de los eſpinos? o higos de los eſcambrones? 17. Deſta manera, todo buen arbol, lleua buenos frutos: mas el arbol podrido, lleua malos frutos. 18. No puede el buen arbol lleuar malos frutos: ni el arbol podrido lleuar buenos frutos. 19. Todo arbol que no lleua buen fruto, cortaſe, y echaſe enel fuego. 20. Anſi q̃ por ſus frutos los conocereys. Nunca os conocí21. No qualquiera que me dize, Señor, Señor, entrará en el Reyno de los cielos: mas el que hiziere la voluntad de mi Padre que eſtá en los cielos. 22. Muchos me dirán aquel dia, Señor, Señor, no prophetizamos en tu nombre, y en tu nombre ſacamos demonios, y en tu nombre hezimos muchas grandezas. 23. Y entõces les cõfeßaré, Nunca os conoci: apartaos de mi obradores de maldad. Los dos cimientos24. Pues, qualquiera que me oye eſtas palabras, y las haze, compararlohé àl varon prudente que edificó ſu caſa ſobre peña. 25. Que decendió lluuia, y vinieron rios, y ſoplaron vientos, y combatierõ aquella caſa, y no cayó: porque eſtaua fundada ſobre peña. 26. Y qualquiera que me oye eſtas palabras, y no las haze, compararlohé àl varon loco, que edificó ſu caſa ſobre arena. 27. Que decendió lluuia, y vinieron rios, y ſoplaron vientos, y hizieron impetu en aquella caſa, y cayó: y fue ſu ruyna grãde. 28. Y fué que como Ieſus acabó eſtas palabras, las compañas ſe eſpantauan de ſu dorina. 29. Porque los enſeñaua como quien tiene authoridad, y no como los Eſcribas. |