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miércoles, julio 17, 2024
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    Amós 7 - La Palabra (HispanoAmericana)

    Tres visiones de destrucción

    1. Esto me mostró el Señor Dios: comenzaba a crecer la hierba, la que brota a continuación de la que se corta para el rey, cuando [Dios] preparó una plaga de langostas.

    2. Al verlas dispuestas a devorar toda la hierba del país, dije: “Perdona, te lo ruego, Señor mi Dios, pues, ¿cómo podrá resistir Jacob, siendo como es tan pequeño?”.

    3. Se arrepintió de ello el Señor y dijo: “Eso no sucederá” —aseguró el Señor—.

    4. El Señor Dios me mostró otra visión: convocaba el Señor Dios a un juicio por fuego*; [el fuego] había devorado al gran abismo y amenazaba con devorar al territorio.

    5. Entonces dije: “Señor Dios, detente, te lo pido por favor; pues, ¿cómo podrá resistir Jacob, siendo como es tan pequeño?”.

    6. Se arrepintió de ello el Señor y dijo: “Tampoco eso sucederá” —aseguró el Señor Dios—.

    7. [El Señor] me mostró otra visión: estaba mi Dios sobre una muralla, sosteniendo con la mano una plomada.

    8. El Señor preguntó: “¿Qué ves Amós?”. Yo respondí: “Veo una plomada”. Entonces mi Dios replicó: “Pues yo aplicaré una plomada a Israel y no le toleraré [un pecado] más.

    9. Serán devastados los altozanos de Isaac, arrasados los santuarios de Israel; entonces pelearé espada en mano contra la dinastía de Jeroboán”.

    Amós y Amasías

    10. Amasías, sacerdote de Betel, envió a decir a Jeroboán, rey de Israel: “Amós anda conspirando contra ti en medio de Israel y el país no puede tolerar más sus palabras, pues anda diciendo que

    11. Jeroboán morirá a espada y todo Israel será deportado lejos de su tierra”.

    12. Así que Amasías dijo a Amós: — Vete, vidente, y ponte a salvo en el país de Judá donde puedes ganarte el pan profetizando allí.

    13. Pero no vuelvas a profetizar en Betel porque aquí está el santuario del rey, el templo real.

    14. Amós respondió a Amasías: — Yo no soy un profeta de profesión. Yo estaba al cuidado del ganado y cultivaba higueras.

    15. Pero el Señor me hizo dejar el rebaño y me dijo: Vete a hablar de mi parte a mi pueblo Israel.

    16. Ahora pues, escucha la palabra del Señor: Tú dices: “¡No hables de parte de Dios contra Israel, no pronuncies oráculos contra la estirpe de Isaac!”.

    17. Pues así habla el Señor: Tu mujer ejercerá de prostituta en plena ciudad; tus hijos e hijas sucumbirán a filo de espada; echarán a suertes tus tierras y tú morirás en un territorio impuro. Israel será deportado sin remedio lejos de su tierra.