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miércoles, julio 17, 2024
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    Lucas 22 - EUNSA (Nuevo Testamento)

    El complot para matar a Jesús

    1. Se acercaba la fiesta de los Ácimos, que se llama Pascua,

    2. y los príncipes de los sacerdotes y los escribas buscaban cómo acabar con él, pero temían al pueblo.

    3. Entró Satanás en Judas, el llamado Iscariote, que era uno de los doce.

    4. Fue y habló con los príncipes de los sacerdotes y los magistrados sobre el modo de entregárselo.

    5. Ellos se alegraron y convinieron en darle dinero.

    6. Él se comprometió, y buscaba la ocasión propicia para entregárselo a espaldas de la gente.

    Institución de la Cena del Señor

    7. Llegó el día de los Ácimos, en el que había que sacrificar el cordero pascual.

    8. Envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: -Id a prepararnos la cena de Pascua.

    9. Ellos le dijeron: -¿Dónde quieres que la preparemos?

    10. Y les respondió: -Mirad, cuando entréis en la ciudad, os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidle hasta la casa en que entre,

    11. y decidle al dueño de la casa: "El Maestro te dice: "¿Dónde está la sala donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?""

    12. Y él os mostrará una habitación en el piso de arriba, grande, ya lista. Preparadla allí.

    13. Marcharon y lo encontraron todo como les había dicho y prepararon la Pascua.

    14. Cuando llegó la hora, se puso a la mesa y los apóstoles con él.

    15. Y les dijo: -Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer,

    16. porque os digo que no la volveré a comer hasta que tenga su cumplimiento en el Reino de Dios.

    17. Y tomando el cáliz, dio gracias y dijo: -Tomadlo y distribuidlo entre vosotros;

    18. pues os digo que a partir de ahora no beberé del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios.

    19. Y tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: -Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros. Haced esto en memoria mía.

    20. Y del mismo modo el cáliz, después de haber cenado, diciendo: -Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.

    21. "Pero mirad que la mano del que me entrega está conmigo a la mesa.

    22. Porque el Hijo del Hombre se va, según está decretado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!

    23. Y empezaron a preguntarse entre sí quién de ellos sería el que iba a hacer tal cosa.

    La grandeza en el servicio

    24. Entonces se suscitó entre ellos una disputa sobre quién sería considerado el mayor.

    25. Pero él les dijo: -Los reyes de las naciones las dominan, y los que tienen potestad sobre ellas son llamados bienhechores.

    26. Vosotros no seáis así; al contrario: que el mayor entre vosotros se haga como el menor, y el que manda como el que sirve.

    27. Porque ¿quién es mayor: el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Sin embargo, yo estoy en medio de vosotros como quien sirve.

    28. "Vosotros sois los que habéis permanecido junto a mí en mis tribulaciones.

    29. Por eso yo os preparo un Reino como mi Padre me lo preparó a mí,

    30. para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino, y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

    Jesús anuncia la negación de Pedro

    31. "Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como el trigo.

    32. Pero yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca; y tú, cuando te conviertas, confirma a tus hermanos.

    33. Él le dijo: -Señor, estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y hasta la muerte.

    34. Pero Jesús le respondió: -Te aseguro, Pedro, que no cantará hoy el gallo sin que hayas negado tres veces haberme conocido.

    Bolsa, alforja y espada

    35. Y les dijo: -Cuando os envié sin bolsa ni alforjas ni calzado, ¿acaso os faltó algo? -Nada -le respondieron.

    36. Entonces les dijo: -Ahora, en cambio, el que tenga bolsa, que la lleve; y lo mismo con la alforja; y el que no tenga, que venda su túnica y compre una espada.

    37. Porque os aseguro que debe cumplirse en mí lo que está escrito: Y" fue contado entre los malhechores". Porque lo que se refiere a mí llega a su fin.

    38. Ellos dijeron: -Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: -Ya basta.

    Jesús ora en Getsemaní

    39. Salió y como de costumbre fue al monte de los Olivos. Le siguieron también los discípulos.

    40. Cuando llegó al lugar, les dijo: -Orad para no caer en tentación.

    41. Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra y, de rodillas, oraba

    42. diciendo: -Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

    43. Se le apareció un ángel del cielo que le confortaba. Y entrando en agonía oraba con más intensidad.

    44. Y le sobrevino un sudor como de gotas de sangre que caían hasta el suelo.

    45. Cuando se levantó de la oración y llegó hasta los discípulos, los encontró adormilados por la tristeza.

    46. Y les dijo: -¿Por qué dormís? Levantaos y orad para no caer en tentación.

    Arresto de Jesús

    47. Todavía estaba hablando, cuando de pronto llegó un tropel de gente. El que se llamaba Judas, uno de los doce, los precedía y se acercó a Jesús para besarle.

    48. Jesús le dijo: -Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?

    49. Los que estaban a su alrededor, al ver lo que iba a suceder, dijeron: -Señor, ¿atacamos con la espada?

    50. Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.

    51. Pero Jesús, en respuesta, dijo: -¡Dejadlo ya! -y tocándole la oreja, lo curó.

    52. Dijo después Jesús a los que habían venido contra él, príncipes de los sacerdotes, oficiales del Templo y ancianos: -¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos?

    53. Mientras estaba con vosotros todos los días en el Templo, no alzasteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas.

    Pedro niega a Jesús

    54. Después de apresarlo, se lo llevaron y lo metieron en casa del sumo sacerdote. Pedro le seguía de lejos.

    55. Habían encendido fuego en medio del atrio y estaban sentados alrededor. Pedro estaba sentado en medio de ellos.

    56. Una criada, al verlo sentado a la lumbre, fijándose en él dijo:

    57. -También éste estaba con él. Pero él lo negó:

    58. -No lo conozco, mujer. Al poco tiempo, viéndole otro dijo: -Tú también eres de ellos. Pero Pedro replicó: -Hombre, no lo soy.

    59. Y pasada como una hora, otro aseguró: -Cierto, éste estaba con él, porque también es galileo.

    60. Y dijo Pedro: -No sé, hombre, lo que dices. Y al instante, cuando todavía estaba hablando, cantó un gallo.

    61. El Señor se volvió y miró a Pedro. Y recordó Pedro las palabras que el Señor le había dicho: "Antes que cante el gallo hoy, me habrás negado tres veces".

    62. Y salió afuera y lloró amargamente.

    Jesús escarnecido y azotado

    63. Los hombres que custodiaban a Jesús se mofaban de él y le golpeaban.

    64. Entonces, tapándole la cara, le preguntaban: -Profetiza, ¿quién es el que te ha pegado?

    65. Y decían contra él otras muchas injurias.

    Jesús ante el concilio

    66. Al hacerse de día se reunieron los ancianos del pueblo, los príncipes de los sacerdotes y los escribas, y le condujeron al Sanedrín.

    67. Y le dijeron: -Si tú eres el Cristo, dínoslo. Y les contestó: -Si os lo digo, no me creeréis;

    68. y si hago una pregunta, no me responderéis.

    69. No obstante, desde ahora estará "el Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios".

    70. Entonces dijeron todos: -Por tanto, ¿tú eres el Hijo de Dios? -Vosotros lo decís: yo soy -les respondió.

    71. Pero ellos dijeron: -¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca.