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jueves, julio 18, 2024
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    Deuteronomio 8 - Nacar-Colunga

    La buena tierra que han de poseer

    1. “Tened gran cuidado de poner por obra los mandamientos que os prescribo hoy, para que viváis y os multipliquéis y entréis, para poseerla, en la tierra que Yahvé juró dar a vuestros padres.

    2. Acuérdate de todo el camino que Yahvé, tu Dios, te ha hecho andar todos estos cuarenta años por el desierto para castigarte y probarte, para conocer los sentimientos de tu corazón y saber si guardas o no sus mandamientos.

    3. El te afligió, te hizo pasar hambre y te alimentó con el maná, que no conocieron tus padres, para que aprendieras que no sólo de pan vive el hombre, sino de cuanto procede de la palabra de Dios.

    4. Tus vestidos no se envejecieron sobre ti, ni se hincharon tus pies durante esos cuarenta años,

    5. para que reconocieras en tu corazón que Yahvé, tu Dios, te instruye como instruye un hombre a su hijo;"

    6. y guardarás los mandamientos de Yahvé, tu Dios, marchando por sus caminos y temiéndole.

    7. Ahora, Yahvé, tu Dios, va a introducirte en una buena tierra; tierra de torrentes, de fuentes, de aguas profundas que brotan en los valles y en los montes;"

    8. tierra de trigo, de cebada, de viñas, de higueras y de granados; tierra de olivos, de aceite y de miel;"

    9. tierra donde comerás tu pan con abundancia y no carecerás de nada; tierra cuyas piedras son hierro y de cuyas montañas sale el cobre."

    10. Comerás y te hartarás; bendice, pues, a Yahvé por la buena tierra que te ha dado."

    Amonestación de no olvidar a Dios

    11. Guárdate bien de olvidarte de Yahvé, tu Dios, dejando de observar sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos que hoy te prescribo yo;"

    12. no sea que, cuando comas y te hartes, cuando edifiques y habites hermosas casas,

    13. y veas multiplicarse tus bueyes y tus ovejas, y acrecentarse tu plata, tu oro y todos tus bienes,

    14. te ensoberbezcas en tu corazón y te olvides de Yahvé, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre,

    15. y te ha conducido a través de vasto y horrible desierto, de serpientes de fuego y escorpiones, tierra árida y sin aguas; que hizo brotar para ti agua de la roca pedernalina"

    16. y te ha dado a comer en el desierto el maná, que tus padres no conocieron, castigándote y probándote para a la postre hacerte bien,

    17. no dijeras: “Mi fuerza y el poder de mi mano me ha dado esta riqueza.”

    18. Acuérdate, pues, de Yahvé, tu Dios, que es quien te da poder para adquirirla, cumpliendo como hoy la alianza que a tus padres juró.

    19. Si, olvidándote de Yahvé, te llegaras a ir tras de otros dioses y les sirvieras y te prosternaras ante ellos, yo doy testimonio hoy contra vosotros de que con toda certeza pereceréis;"

    20. como las naciones que Yahvé hace perecer ante vosotros, así vosotros pereceréis por no haber escuchado la voz de Yahvé, vuestro Dios.”