31.9 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Deuteronomio 9 - Nacar-Colunga

    Dios destruirá a las naciones de Canaán

    1. “Escucha, Israel: Estáis hoy para pasar el Jordán y marchar a la conquista de naciones más numerosas y más poderosas que tú; de grandes ciudades, cuyas murallas se levantan hasta el cielo;"

    2. de un pueblo numeroso, de elevada estatura, los hijos de Enaq, que ya conoces y de quienes has oído hablar. ¿Quién podrá resistir contra estos hijos de Enaq?

    3. Has de saber desde hoy que Yahvé, tu Dios, irá El mismo delante de ti como fuego devorador, que los destruirá, los humillará ante ti, y tú los arrojarás y los destruirás pronto, como te lo ha dicho Yahvé.

    4. No digas luego en tu corazón cuando Yahvé, tu Dios, los arroje de delante de ti: “Por mi justicia me ha puesto Yahvé en posesión de esta tierra.” Por la iniquidad de esos pueblos, Yahvé los arrojará de ante ti.

    5. No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón vas a entrar en posesión de esa tierra, sino por la maldad de esas naciones los expulsa Yahvé de delante de ti; para cumplir la palabra que con juramento dio a tus padres Abraham, Isaac y Jacob."

    La rebelión de Israel en Horeb

    6. Entiende que no por tu justicia te da Yahvé, tu Dios, la posesión de esa buena tierra; porque eres pueblo de dura cerviz.”

    7. “Acuérdate, no olvides cuánto has irritado a Yahvé, tu Dios, en el desierto; desde el día en que salisteis de la tierra de Egipto hasta que habéis llegado a este lugar, habéis sido rebeldes a Yahvé."

    8. Ya en Horeb provocasteis la ira de Yahvé, y Yahvé se irritó contra vosotros hasta querer destruiros.

    9. Cuando subí yo a la cumbre de la montaña para recibir las tablas de la alianza que Yahvé hacía con vosotros, y estuve allí cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua,

    10. y me dio Yahvé las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios, que contenían todas las palabras que El os había dicho en la montaña, en medio del fuego, el día de la congregación;"

    11. al cabo de los cuarenta días y cuarenta noches me dio Yahvé las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza,

    12. y me dijo entonces: “Anda, baja presto de aquí, porque tu pueblo, el que has sacado de Egipto, se ha corrompido; pronto se ha apartado del camino que yo le mandé y se han hecho una imagen fundida.”

    13. Y me dijo Yahvé: “Ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz;"

    14. déjame que le destruya y que borre su nombre de debajo de los cielos, y te haré a ti una nación más poderosa y más nvimerosa que ese pueblo.”

    15. Yo me volví y bajé de la montaña, que estaba toda en fuego, trayendo en mis manos las dos tablas de la alianza;"

    16. miré y vi que habíais pecado contra Yahvé, vuestro Dios; os habíais hecho un becerro fundido, apartándoos bien pronto del camino que Yahvé os había prescrito;"

    17. agarré entonces las dos tablas y con mis manos las tiré, rompiéndolas ante vuestros ojos.

    18. Luego me postré en la presencia de Yahvé, como la primera vez, durante cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan y sin beber agua, por todos los pecados que vosotros habíais cometido, haciendo lo malo a los ojos de Yahvé, irritándole.

    19. Yo estaba espantado de ver la cólera y el furor con que Yahvé estaba enojado contra vosotros, hasta querer destruiros; pero todavía esta vez me escuchó Yahvé."

    20. Estaba Yahvé también fuertemente irritado contra Aarón, hasta el punto de querer hacerle perecer, y yo intercedí entonces por Aarón;"

    21. y tomé vuestro pecado, el que os habíais hecho, y lo arrojé al fuego, y desmenuzándolo bien hasta reducirlo a polvo, eché el polvo en el torrente que baja de la montaña.

    22. En Taberá, en Masa y en Quibrot-at-tawah excitasteis también la cólera de Yahvé;"

    23. y cuando Yahvé os hizo subir de Cadesbarne, diciendo: “Subid y tomad posesión de la tierra que os doy,” fuisteis rebeldes a las órdenes de Yahvé, vuestro Dios; no tuvisteis confianza en El y no obedecisteis a su voz."

    24. Habéis sido rebeldes a Yahvé desde el día en que El comenzó a poner en vosotros sus ojos.

    25. Yo me postré ante Yahvé aquellos cuarenta días y cuarenta noches que estuve postrado, porque Yahvé hablaba de destruiros,

    26. y le rogué, diciendo: “¡Señor, Yahvé!, no destruyas a tu pueblo, a tu heredad, redimida por tu grandeza, sacándolo de Egipto con tu mano poderosa.

    27. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza, de este pueblo, a su perversidad y a su pecado;"

    28. que no puedan decir los de la tierra de que nos has sacado: “Por no poder Yahvé hacerlos entrar en la tierra que les había prometido y porque los odiaba, los ha sacado fuera para hacerlos morir en el desierto.”

    29. Son tu pueblo, tu heredad, que con tu gran poder y brazo tendido has sacado fuera.”