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sábado, agosto 17, 2024
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    Isaías 6 - Nacar-Colunga

    Visión y llamamiento de Isaías

    1. El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre su trono alto y sublime, y sus haldas henchían el templo.

    2. Había ante El serafines, que cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro y con dos se cubrían los pies,

    3. y con las otras dos volaban, y los unos y los otros se gritaban y se respondían: Santo, Santo, Santo, Yahvé de los ejércitos! Está la tierra llena de su gloria.

    4. A estas voces temblaron las puertas en sus quicios,

    5. y la casa se llenó de humo. Yo me dije: “¡Ay de mí, perdido soy, porque, siendo un hombre de impuros labios, que habita en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Yahvé de los ejércitos!”

    6. Pero uno de los serafines voló hacia mí, teniendo en sus manos un carbón encendido, que con las tenazas tomó del altar,

    7. y, tocando con él mi boca, dijo: “Mira, esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido quitada, y borrado tu pecado.”

    8. Y oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré y quién irá de nuestra parte? Y yo le dije: Heme aquí, envíame a mí.

    9. Y El me dijo: Ve y di a ese pueblo: Oíd, y no entendáis;"

    10. ved, y no conozcáis. Endurece el corazón de ese pueblo, tapa sus oídos, cierra sus ojos. Que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda su corazón, y no sea curado de nuevo.

    11. Y yo le dije: ¿Hasta cuándo, Señor? y respondió: Hasta que las ciudades queden asoladas, sin habitantes, y las casas sin moradores, y la tierra de labor hecha un desierto.

    12. Hasta que Yahvé arroje lejos a los hombres y sea grande la desolación en la tierra.

    13. Si quedare un décimo, será también para el fuego, como la encina o el terebinto, cuyo tronco se abate.