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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 20 - Nacar-Colunga

    La autoridad de Jesús

    1. Aconteció uno de aquellos días que, enseñando El al pueblo en el templo y evangelizándolo, se presentaron los príncipes de los sacerdotes y los escribas con los ancianos,

    2. y le dirigieron la palabra, diciendo: Dinos con qué poder haces estas cosas o quién te ha dado ese poder.

    3. Tomando la palabra, les dijo: También quiero yo haceros una pregunta; decidme, pues:"

    4. El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de los hombres?

    5. Ellos comenzaron a cavilar entre sí, diciéndose: “Si decimos: Del cielo, dirá: ¿Por qué no habéis creído en él?

    6. Si decimos: De los hombres, todo el pueblo nos apedreará, porque está persuadido de que Juan era un profeta.”

    7. Así, respondieron que no sabían de dónde procedía.

    8. Jesús les dijo: Pues tampoco os digo yo con qué poder hago estas cosas.

    Los labradores malvados

    9. Y comenzó a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña y la arrendó a unos viñadores y se partió de viaje para largo tiempo.

    10. Al tiempo oportuno envió un siervo a los viñadores para que le diesen de los frutos de la viña; pero los viñadores le azotaron y le despidieron con las manos vacías."

    11. Volvió a enviarles otro siervo, y a éste también le azotaron, le ultrajaron y le despacharon de vacío.

    12. Aún les envió un tercero. Y también a éste le echaron fuera, después de haberle herido.

    13. Dijo entonces el amo de la viña: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; a lo menos a éste le respetarán."

    14. Pero, en viéndole los viñadores, se hablaron unos a otros, diciendo: Este es el heredero; matémosle y será nuestra la heredad."

    15. Y, arrojándole fuera de la viña, le mataron. ¿Qué hará, pues, con ellos el amo de la viña?

    16. Vendrá y hará perecer a esos viñadores y dará la viña a otros. Oyendo lo cual, dijeron: No lo quiera Dios.

    17. El, fijando en ellos su mirada, les dijo: Pues ¿qué significa aquello que está escrito: La piedra que reprobaron los edificadores, ésa ha venido a ser cabecera de esquina?

    18. Todo el que cayere contra esa piedra se quebrantará, y aquel sobre quien ella cayere quedará aplastado.

    La cuestión del tributo

    19. Los escribas y príncipes de los sacerdotes quisieron echarle mano en aquella hora, porque conocieron que a ellos iba dirigida aquella parábola; pero temieron al pueblo."

    20. Quedándose al acecho, enviaron espías, que se presentaron como hombres justos, para cogerle en algo, de manera que pudieran entregarle a la autoridad y poder del gobernador.

    21. Lc preguntaron diciendo: Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud y no tienes miramientos, sino que enseñas según la verdad los caminos de Dios.

    22. ¿Nos es lícito a nosotros pagar tributo al Cesar?

    23. Viendo El su falsía, les dijo:

    24. Mostrad me un denario. ¿De quién es la efigie y la inscripción que tiene? Dijeron: Del Cesar.

    25. Y El les respondió: Pues dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.

    26. No pudiendo cogerle por nada delante del pueblo y maravillados de su respuesta, callaron.

    La pregunta sobre la resurrección

    27. Se acercaron algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron

    28. diciendo: Maestro, Moisés nos ha prescrito que, si el hermano de uno viniere a morir con mujer, pero sin hijos, su hermano tome la mujer para dar descendencia a su hermano.

    29. Pues había siete hermanos, y el primero tomó mujer y murió sin dejar hijos.

    30. También el segundo

    31. y el tercero tomaron la mujer, e igualmente los siete, y no dejaron hijos y murieron.

    32. Por fin, murió también la mujer.

    33. En la resurrección, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer.

    34. Díjoles Jesús: Los hijos de este siglo toman mujeres y maridos.

    35. Pero los juzgados dignos de tener parte en aquel siglo y en la resurrección de los muertos, ni tomarán mujeres ni maridos,

    36. porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.

    37. Pues que han de resucitar los muertos, el mismo Moisés lo da a entender en el pasaje de la zarza, cuando dice: “El Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.”

    38. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para El todos viven.

    39. Tomaron entonces la palabra algunos escribas y dijeron: Maestro, muy bien has dicho.

    40. Porque ya no se atrevían a proponerle ninguna cuestión.

    ¿De quién es hijo el Cristo?

    41. Entonces les dijo El: ¿Cómo dicen que el Mesías es hijo de David?

    42. Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra

    43. hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies.”

    44. Pues si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?

    Jesús acusa a los escribas

    45. Oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos:

    46. Guardaos de los escribas, que gustan de ir vestidos de largas túnicas y buscan los saludos en las plazas y los primeros asientos en las sinagogas,

    47. mientras devoran las casas de las viudas y hacen ostentación de largas oraciones. Estos tendrán un juicio más severo.