2 Corintios 10 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

Pablo defiende su ministerio

1. Por la dulzura y la bondad de Cristo os lo pido. Yo, Pablo, tan cobarde cuando estoy entre vosotros y tan valiente por carta.

2. No me obliguéis a que, cuando me encuentre entre vosotros, tenga que hacerme el valiente - arrestos me sobra para ello - contra esos que me acusan de proceder por motivos puramente humanos.

3. Soy, ciertamente, un hombre frágil, pero no son motivos humanos los que me impulsan a luchar;

4. como tampoco son humanas las armas con que lucho, sino divinas, capaces de echar abajo cualquier fortaleza y de poner en evidencia toda suerte de falacia

5. o de altanería que orgullosamente trate de hacer frente al conocimiento de Dios. Capaces también de someter a Cristo todo pensamiento

6. y prontas para castigar cualquier rebeldía una vez que vosotros hayáis dado pruebas de completa lealtad.

7. Sólo valoráis las apariencias. Si alguno se precia de ser cristiano, recapacite, una vez más, que yo lo soy tanto como él.

8. Y, si he podido dar la impresión de presumir más de la cuenta de la autoridad que el Señor me dio para vuestra formación espiritual y no para vuestra ruina, no me pesa en absoluto.

9. Así no parecerá que trato de amedrentaros con mis cartas.

10. "Porque sus cartas - dicen algunos - son duras y fuertes, pero cara a cara es un pobre hombre, y como orador, un desastre".

11. Sepa el individuo que tal dice que soy muy capaz de llevar a la práctica estando presente lo que, ausente, digo en mis cartas.

12. ¡Cómo voy a osar igualarme o compararme con esos que se hacen su propia propaganda! Los necios de ellos fabrican la medida a su gusto, y luego se miden a sí mismos con ella.

13. Por mi parte, no quiero presumir más de la cuenta; me atengo a la parcela de trabajo que Dios me encomendó, y que me ha permitido llegar hasta vosotros.

14. No estoy, pues, excediéndome en mis atribuciones, como si vosotros no formaseis parte de mi campo. ¿O acaso no fui el primero en llevaros el mensaje de Cristo?

15. Tampoco presumo indebidamente de trabajos hechos por otros, aunque sí abrigo la esperanza de que, al crecer vuestra fe, pueda incrementar más y más mi labor entre vosotros, dentro de los límites marcados por Dios.

16. Espero incluso extender mi labor evangelizadora más allá de Corinto; pero, eso sí, sin presumir jamás de lo que haya sido labrado en campo ajeno.

17. Pues "si alguno presume, que presuma del Señor",

18. ya que no queda acreditado como bueno el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba.