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jueves, julio 18, 2024
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    Apocalipsis 13 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Las dos bestias

    1. Vi entonces cómo surgía del mar una bestia con diez cuernos y siete cabezas. En cada cuerno tenía una diadema, y en cada cabeza un título blasfemo.

    2. Era una bestia parecida a una pantera, si bien sus patas eran como de oso, y sus fauces como de león. El dragón le dio su fuerza, su imperio y su inmenso poderío.

    3. Me pareció que una de sus cabezas había sido herida de muerte, pero la herida mortal estaba ya curada. Todos los hombres de la tierra corrieron fascinados tras la bestia.

    4. Adoraron al dragón por cuanto había traspasado su poder a la bestia, y adoraron también a la bestia, exclamando: - ¡Nadie como la bestia! ¿Quién será el valiente que se atreva a pelear con ella?

    5. Se le permitió a la bestia proferir bravatas y blasfemias durante cuarenta y dos meses.

    6. Y así lo hizo: profirió bravatas y blasfemias contra Dios, contra su nombre y su santuario, y contra los que habitan en el cielo.

    7. También se permitió a la bestia pelear contra los mismos consagrados a Dios, hasta vencerlos; extendió así su poderío sobre gentes de toda raza, pueblo, lengua y nación.

    8. Entre todos los habitantes de la tierra, sólo los inscritos en el libro de la vida del Cordero degollado dejarán de rendir vasallaje a la bestia.

    9. Quien tenga oídos, preste atención:

    10. El que esté destinado a ser cautivo, cautivo será. El que haya de morir a espada, a filo de espada morirá. ¡Ha sonado la hora de poner a prueba la firmeza y la fe de los consagrados a Dios!

    11. Vi luego cómo surgía de la tierra otra bestia, que tenía dos cuernos de carnero y hablaba como un dragón.

    12. Tenía todo el poderío de la primera bestia, y lo ejercía en su favor, para que todos los habitantes de la tierra adorasen a aquella primera bestia, cuya herida mortal había sido curada.

    13. Llegaba su poder hasta realizar prodigios formidables, como hacer bajar fuego del cielo a la tierra a la vista de la gente.

    14. De ese modo engañaba a los hombres, animándolos a erigir una imagen en honor de aquella bestia que estuvo herida de muerte y revivió.

    15. Se permitió a esta segunda bestia infundir vida a la imagen hasta hacerla hablar, y hacer morir a todos cuantos se negaron a adorar la imagen .

    16. Mandó también que todos, humilde y poderosos, ricos y pobres, libres y esclavos, llevaran una marca tatuada en la mano derecha o en la frente.

    17. Y sólo quien llevaba tatuado el nombre de la bestia o la cifra de su nombre era considerado ciudadano con plenitud de derechos.

    18. ¡Aquí quiero ver yo a los sabios! El que presuma de serlo, pruebe a descifrar el número de la bestia, que es cifra de hombre. El seiscientos sesenta y seis es la cifra.