30.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Apocalipsis 18 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    La caída de Babilonia

    1. Vi bajar del cielo a otro ángel. Su poder era inmenso y con su resplandor iluminó la tierra,

    2. mientras clamaba con fuerte voz: - ¡Por fin cayó la orgullosa Babilonia! Hoy es mansión de demonios, guarida de espíritus impuros y de toda clase de aves inmundas y asquerosas.

    3. Porque ella emborrachó con sus prostituciones a gente de toda procedencia ; adulteró con los reyes de la tierra, y con su lujo desenfrenado colmó de riqueza a los traficantes del mundo.

    4. Y otra voz decía desde el cielo: - Sal de ella, pueblo mío, que, si te haces cómplice de sus pecados, también te alcanzarán sus castigos.

    5. Hasta el cielo se han amontonado sus pecados, y Dios no ha querido ignorar por más tiempo sus crímenes.

    6. Pagadle con su misma moneda, y aun dadle el doble: Si prevaricó como uno, castigadla como dos; en la copa de sus desenfrenos verted doble amargura.

    7. Cuanto se procuró de lujos y placeres, dadle de tormentos y desdichas. Ahí la tenéis alardeando en su interior: "Ocupo un trono de reina; no soy viuda y jamás conoceré el dolor. "

    8. Pero en un solo día irrumpirán los azotes que la esperan; muerte, luto y hambre se abatirán sobre ella, hasta quedar abrasada por el fuego. Poderoso es para el Señor Dios que la condenó.

    9. Los poderosos de la tierra, los que con ella compartieron liviandades y placeres, prorrumpirán en llantos y gemidos cuando contemplen su humeante hoguera.

    10. Estremecidos de horror ante el suplicio, exclamarán desde lejos: - ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad tan poderosa! ¡Un instante ha bastado para consumarse tu condena!

    11. También los traficantes de la tierra prorrumpirán en llanto y gemidos por ella, porque ya nadie les comprará sus mercancías:

    12. oro, plata, piedras preciosas y perlas; lino, púrpura, seda y escarlata; maderas aromáticas, objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol.

    13. Canela, clavo, perfumes, mirra e incienso; vino y aceite; trigo y flor de harina; ovejas y ganado mayor; esclavos y vidas humanas.

    14. ya no gustará más los frutos sazonados que tanto apetecías; ya todas tus riquezas y tus lujos huyeron para siempre de ti y jamás volverán.

    15. Todos estos traficantes, enriquecidos a su costa, se mantendrán a distancia estremecidos de horror ante el espectáculo de su suplicio, y exclamarán entre lágrimas y lamentos:

    16. ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, que en otro tiempo te vestías de lino, púrpura y grana, y te adornabas con oro, piedras preciosas y perlas!

    17. ¡Un instante ha bastado para arrasar tanta riqueza! A su vez, los capitanes de barco, los oficiales, los marineros y todos cuantos viven del mar

    18. exclamaban al contemplar de lejos la gigantesca hoguera: - ¿Hubo alguna vez una ciudad tan grande como ésta?

    19. Y, echándose polvo sobre la cabeza para mostrar su dolor, lloraban y se lamentaban, diciendo: - ¡Desgraciada de ti, la gran ciudad, fuente de riqueza para cuantos surcaban los mares con sus barcos! ¡Un instante ha bastado para convertirse en ruinas!

    20. ¡Alégrate, cielo, al contemplarla, y vosotros también, los consagrados a Dios, los apóstoles y los profetas, porque Dios ha vengado en ella vuestra causa!

    21. Un ángel poderoso levantó entonces un gran peñasco, como una gigantesca rueda de molino, y lo arrojó al mar, exclamando: - Así, violentamente, será arrojada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más se sabrá de ella.

    22. Ya no se volverá a escuchar en ti el son de los arpistas y los músicos, el son de los que tocan la flauta y la trompeta. Ya no habrá en ti artesanos ni se oirá el girar de las ruedas de molino.

    23. La luz de la lámpara no alumbrará más en ti, ni volverán a oírse en tus calles, los cantos del novio y de la novia. Por cuanto tus traficantes llegaron a ser los grandes de la tierra y con tus sortilegios embaucaste a todas las naciones.

    24. Y estás manchada con la sangre de profetas y de consagrados a Dios, con la sangre de todos los que han sido asesinados en la tierra.