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miércoles, julio 17, 2024
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    Hebreos 3 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Jesús es superior a Moisés

    1. Por tanto, hermanos, miembros como sois del pueblo de Dios que comparten un llamamiento celestial, no perdáis de vista a quien ha sido enviado como sumo sacerdote de la fe que profesamos. Me refiero a Jesús,

    2. modelo de fidelidad a Dios, que le constituyó en tal cargo. También Moisés fue fiel en todo lo referente a la casa de Dios,

    3. pero Jesús se ha hecho acreedor de una gloria más excelsa que la de Moisés, ya que más gloria corresponde al constructor de una casa que a la casa construida.

    4. Pues toda casa tiene su constructor, y el constructor del universo es Dios.

    5. Por lo que se refiere a Moisés, fue fiel en todo lo tocante a la casa de Dios, aunque sólo como un servidor encargado de atestiguar cuanto Dios iba a decir.

    6. Cristo en cambio, como Hijo que es, está al frente de la casa de Dios. Una casa que somos nosotros, mientras mantengamos esa esperanza confiada y alegre.

    El reposo del pueblo de Dios

    7. ¡Atentos, pues, a lo que dice el Espíritu Santo! Cuando hoy escuchéis la voz del Señor,

    8. no cerréis a cal y canto el corazón, como hicieron los que se rebelaron y me pusieron a prueba en el desierto.

    9. Allí fue donde me pusieron a prueba vuestros antepasados, y eso que durante cuarenta años tuvieron ocasión de ver mis maravillas. Por eso me indigné contra aquella gente y exclamé: "Es un pueblo con el corazón lejos de la verdad y reacio a caminar por mis senderos;

    10. (Está escrito en el anterior).

    11. no entrarán, pues, en mi descanso tal como lo juré aquel día con enojo."

    12. Cuidad, hermanos, de que ninguno de vosotros tenga un corazón incrédulo y perverso que le aparte del Dios vivo.

    13. Más bien exhortaos unos a otros, días tras día, mientras dura ese "hoy", para que la seducción del pecado no endurezca vuestras conciencias.

    14. Porque las riquezas de Cristo que ahora compartimos están condicionadas a que mantengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.

    15. Y recordando lo que la Escritura dice: Cuando hoy escuchéis la voz del Señor, no cerréis a cal y canto el corazón, como hicieron los que se rebelaron,

    16. ¿quiénes fueron - debemos preguntarnos - los que, habiendo escuchado la voz del Señor, se rebelaron? ¿No fueron, acaso, los que habían salido de Egipto guiados por Moisés?

    17. Y ¿contra quienes se indignó Dios a lo largo de aquellos cuarenta años? Está claro que contra quienes pecaron; allí, en el desierto, quedaron tendidos sus cadáveres.

    18. Y ¿a quiénes, sino a los rebeldes, aseguró Dios con juramento que no entrarían en su descanso?

    19. Vemos así con toda claridad que no pudieron entrar por falta de fe.