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miércoles, julio 17, 2024
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    Romanos 12 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Deberes cristianos

    1. Por el amor de Dios os lo pido, hermanos: presentaos a vosotros mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Ese ha de ser vuestro auténtico culto.

    2. No os amoldéis a los criterios de este mundo. Dejaos transformar; renovad vuestro interior de tal manera, que sepáis apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que le es agradable, lo perfecto.

    3. La tarea que Dios me ha confiado en su bondad me autoriza también a advertir a todos y a cada uno de vosotros: que a nadie se le suban los humos a la cabeza; que cada uno se estime en lo justo, conforme al grado de fe que Dios le ha concedido.

    4. Ahí está, como ejemplo, nuestro cuerpo, que consta de muchos miembros, y cada uno de ellos tiene su cometido específico.

    5. De manera semejante, nosotros, siendo muchos, estamos injertados en Cristo para formar un solo cuerpo, y cada uno es un miembro al servicio de los demás.

    6. Diferentes son, sin embargo, los dones que tenemos, conforme al reparto que Dios ha hecho libremente entre nosotros. A quien haya concedido hablar en su nombre, hágalo sin apartarse de la fe.

    7. Si de servir se trata, sirvamos con solicitud; si de enseñar, apliquémonos a enseñar.

    8. Exhorte quien posea el don de exhortar; reparta con generosidad quien tenga encomendada esa tarea. El que presida, hágalo con celo; el que ayude a los necesitados, con alegría.

    9. No hagáis de vuestro amor una comedia. Aborreced el mal y abrazaos al bien.

    10. Amaos de corazón unos a otros como hermanos y que cada uno aprecie a los demás más que a sí mismo.

    11. Sed diligentes en el trabajo, espiritualmente dispuestos, prontos para el servicio del Señor.

    12. Que la esperanza os mantenga alegres, las dificultades no os hagan perder el ánimo y la oración no cese en vuestros labios.

    13. Solidarizaos con las necesidades de los creyentes; practicad la hospitalidad;

    14. bendecid a los que os persiguen y no maldigáis jamás.

    15. Reíd con los que están alegres y llorad con los que lloran.

    16. Vivid en plena armonía unos con otros. No ambicionéis grandezas, antes bien poneos al nivel de los humildes. Y no presumáis de suficiencia.

    17. A nadie devolváis mal por mal. Esforzaos en hacer el bien delante de todos los hombres.

    18. En cuanto de vosotros depende, haced lo posible por vivir en paz con todo el mundo.

    19. Y no os toméis la justicia por vuestra mano, queridos míos; dejad que sea Dios quien determine el castigo, pues el Señor dice en la Escritura: A mí corresponde castigar; yo daré a cada cual su merecido.

    20. Como también dice: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que su cara enrojezca de vergüenza.

    21. No permitáis que os venza el mal, antes venced el mal a fuerza de bien.