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miércoles, julio 17, 2024
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    Romanos 14 - Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

    Los débiles en la fe

    1. Hay quienes todavía tienen una fe poco formada. Acogedlos amablemente y no os enzarcéis en disputas sobre cuestiones opinables.

    2. Algunos creen que se puede comer de todo; otros, en cambio, no tienen la fe bastante formada, y sólo comen alimentos vegetales.

    3. Quien come de todo, no por eso ha de despreciar a quien se abstiene de comer ciertas cosas; y quien se niega a comer ciertas cosas, no tiene por qué criticar al que come de todo. ¿No han sido ambos igualmente aceptados por Dios?

    4. ¿Quién eres tú para erigirte en juez de alguien que no está bajo tu dominio? Que se mantenga en pie o que caiga, es algo que incumbe solamente a su propio amo. Y no cabe duda que se mantendrá en pie, pues al Señor le sobra poder para conseguirlo.

    5. Igualmente, algunos piensan que ciertos días tienen una especial importancia, mientras otros suponen que todos los días son iguales. Actúe cada uno conforme al dictamen de su propia conciencia.

    6. El que se preocupa de celebrar determinadas fechas, para honrar al Señor lo hace. El que come de todo, también lo hace para honrar al Señor, y lo demuestra dando gracias al Señor por ello. De la misma manera, el que se abstiene de comer ciertos manjares, lo hace para honrar al Señor, y también da gracias a Dios.

    7. Nadie vive ni muere para sí mismo.

    8. Si vivimos, para el Señor vivimos. Si morimos, para el Señor morimos. En vida o en muerte, del Señor somos.

    9. Para eso murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos.

    10. ¿Cómo te atreves entonces a erigirte en juez de tu hermano? ¿Quién eres tú para despreciarle? Todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios,

    11. pues dice la Escritura: Por mi vida, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y todos celebrarán la grandeza de Dios.

    12. En una palabra, cada uno de nosotros habrá de rendir cuentas a Dios de sí mismo.

    13. Por tanto, dejemos ya de criticarnos unos a otros. Proponeos, más bien, no ser para el hermano motivo u ocasión de caída.

    14. Como cristiano que soy, estoy convencido de que nada es de suyo impuro. Un manjar es impuro sólo para aquel que lo considere como tal.

    15. Claro que si, por comer un determinado manjar, haces daño a tu hermano, ya no es el amor la norma de tu vida. ¡Triste cosa sería echar a perder, por cuestiones de comida, a alguien por quien Cristo ha muerto!

    16. No permitáis, pues, que se os critique por algo que de suyo es bueno.

    17. Que el reino de Dios no consiste en lo que se come o en lo que se bebe; consiste en la vida recta, alegre y pacífica que procede del Espíritu Santo .

    18. Quien de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios y se granjea la estima de los hombres.

    19. Así que busquemos con afán lo que contribuye a la paz y a la convivencia mutua.

    20. ¿Por qué destruir la obra de Dios por una cuestión de comida? Todo lo que se come es bueno, pero se convierte en malo si uno, por comerlo, hace que otro caiga en pecado.

    21. Más vale, pues, que te abstengas de carne, de vino o de cualquier otra cosa, antes que poner a tu hermano en trance de pecar.

    22. La fe bien formada que tú tienes resérvala para tus relaciones personales con Dios. ¡Dichoso el hombre que puede tomar una decisión sin angustias de conciencia!

    23. Pero el que, teniendo dudas de si un alimento está prohibido o permitido , sin embargo lo come, se hace culpable al no proceder conforme al dictamen de su conciencia. Pues todo lo que se hace con mala conciencia es pecado.