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sábado, julio 20, 2024
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    2 Crónicas 32 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Senaquerib invade a Judá

    1. Después de estas cosas y de este fiel proceder, Senaquerib el rey de Asiria vino y procedió a invadir a Judá y a acampar contra las ciudades fortificadas, y siguió pensando hacerlas suyas mediante una irrupción.

    2. Cuando Ezequías vio que Senaquerib había venido con el rostro puesto en guerrear contra Jerusalén,

    3. entonces se decidió con sus príncipes y sus hombres poderosos a cegar las aguas de los manantiales que estaban fuera de la ciudad; así que ellos le ayudaron.

    4. Por lo tanto se juntó mucha gente, y se pusieron a cegar todas las fuentes y el torrente que pasa inundando por en medio de la tierra, y decían: “¿Por qué deben venir los reyes de Asiria y realmente hallar una gran cantidad de agua?”.

    5. Además, él cobró ánimo y edificó todo el muro que estaba derribado, y alzó torres sobre este, y por fuera otro muro, y reparó el Montículo de la Ciudad de David, e hizo proyectiles en abundancia, y escudos.

    6. Y procedió a poner jefes militares sobre el pueblo y a juntarlos a sí en la plaza pública de la puerta de la ciudad y a hablar al corazón de ellos, y decir:

    7. “Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni se aterroricen a causa del rey de Asiria ni debido a toda la muchedumbre que está con él; porque con nosotros hay más que los que hay con él.

    8. Con él está un brazo de carne, pero con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y para pelear nuestras batallas”. Y el pueblo empezó a apoyarse en las palabras de Ezequías el rey de Judá.

    9. Fue después de esto cuando Senaquerib el rey de Asiria envió sus siervos a Jerusalén, mientras él estaba en Lakís y todo su poder imperial con él, a Ezequías el rey de Judá y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén, a decir:

    10. “Esto es lo que ha dicho Senaquerib el rey de Asiria: ‘¿En qué están confiando ustedes mientras están sentados quietos bajo sitio en Jerusalén?

    11. ¿No está Ezequías ilusionándolos para entregarlos a morir de hambre y de sed, al decir: “Jehová nuestro Dios mismo nos librará de la palma de la mano del rey de Asiria”?

    12. ¿No es Ezequías mismo el que quitó sus lugares altos y sus altares y luego dijo a Judá y a Jerusalén: “Delante de un solo altar deben inclinarse, y sobre él deben hacer humo de sacrificio”?

    13. ¿No saben ustedes lo que yo mismo y mis antepasados hicimos a todos los pueblos de los países? ¿Acaso los dioses de las naciones de los países resultaron de manera alguna capaces de librar a su país de mi mano?

    14. ¿Quién hubo entre todos los dioses de estas naciones que mis antepasados dieron por entero a la destrucción que resultara capaz de librar a su pueblo de mi mano, para que el Dios de ustedes resulte capaz de librarlos de mi mano?

    15. Y ahora, no los engañe ni los ilusione de esta manera Ezequías, y no pongan fe en él, porque ningún dios de nación o reino alguno pudo librar a su pueblo de mi mano ni de la mano de mis antepasados. ¡Cuánto menos, pues, los librará el propio Dios de ustedes de mi mano!’”.

    16. Y sus siervos hablaron todavía más contra Jehová el Dios [verdadero] y contra Ezequías su siervo.

    17. Hasta cartas escribió él para vituperar a Jehová el Dios de Israel y para hablar contra él, diciendo: “Como los dioses de las naciones de los países que no libraron a su pueblo de mi mano, así el Dios de Ezequías no librará a su pueblo de mi mano”.

    18. Y siguieron clamando con una voz fuerte en el lenguaje de los judíos a la gente de Jerusalén que estaba sobre el muro, para hacer que tuvieran miedo y para perturbarlos, a fin de tomar la ciudad.

    19. Y siguieron hablando contra el Dios de Jerusalén de la misma manera como contra los dioses de los pueblos de la tierra, obra de las manos de hombre.

    Jehová libra a Ezequías

    20. Pero Ezequías el rey e Isaías hijo de Amoz, el profeta, siguieron orando acerca de esto y clamando a los cielos por socorro.

    21. Y Jehová procedió a enviar un ángel y a raer a todo hombre valiente, poderoso, y a caudillo y jefe en el campamento del rey de Asiria, de manera que este se volvió con rostro avergonzado a su propio país. Más tarde entró en la casa de su dios, y allí ciertos individuos que habían salido de sus propias entrañas lo hicieron caer a espada.

    22. Así Jehová salvó a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de la mano de Senaquerib el rey de Asiria y de la mano de todo otro, y les dio descanso todo en derredor.

    23. Y hubo muchos que traían regalos a Jehová en Jerusalén y cosas selectas a Ezequías el rey de Judá, y él llegó a ser ensalzado a los ojos de todas las naciones después de aquello.

    Enfermedad de Ezequías

    24. En aquellos días Ezequías enfermó de muerte, y se puso a orar a Jehová. De manera que Él le habló, y Él le dio un portento presagioso.

    25. Pero Ezequías no correspondió según el beneficio que se le había hecho, porque su corazón se hizo altivo, y vino a haber indignación contra él y contra Judá y Jerusalén.

    26. Sin embargo, Ezequías se humilló por la altivez de su corazón, él y los habitantes de Jerusalén, y la indignación de Jehová no vino sobre ellos en los días de Ezequías.

    Ezequías recibe a los enviados de Babilonia

    27. Y Ezequías llegó a tener riquezas y gloria en cantidad muy grande; y se hizo almacenes para plata y para oro y para piedras preciosas y para aceite balsámico y para escudos y para todos los objetos deseables;

    28. y también lugares de almacenamiento para el producto de grano y vino nuevo y aceite, y también pesebres para todas las diferentes clases de bestias y pesebres para los hatos.

    29. Y adquirió ciudades para sí, y también ganado del rebaño y de la vacada en abundancia; porque Dios le dio muchísimos bienes.

    30. Y Ezequías fue el que cegó la fuente superior de las aguas de Guihón y las mantuvo dirigidas directamente abajo a lo largo, hacia el oeste a la Ciudad de David, y Ezequías continuó logrando éxito en toda obra suya.

    31. Y así fue como, mediante los voceros de los príncipes de Babilonia que fueron enviados a él para inquirir acerca del portento presagioso que había sucedido en el país, el Dios [verdadero] lo dejó para ponerlo a prueba, para llegar a saber todo lo que había en su corazón.

    Muerte de Ezequías

    32. En cuanto al resto de los asuntos de Ezequías, y sus actos de bondad amorosa, allí están escritos en la visión de Isaías el profeta, el hijo de Amoz, en el Libro de los Reyes de Judá e Israel.

    33. Por fin Ezequías yació con sus antepasados, y lo enterraron en la subida a las sepulturas de los hijos de David; y honra fue lo que todo Judá y los habitantes de Jerusalén le rindieron al tiempo de su muerte. Y Manasés su hijo empezó a reinar en lugar de él.