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jueves, julio 18, 2024
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    Juan 12 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Jesús es ungido en Betania

    1. De consiguiente, Jesús, seis días antes de la pascua, llegó a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había levantado de entre los muertos.

    2. De modo que le dieron una cena allí, y Marta estaba sirviendo, pero Lázaro era uno de los que estaban reclinados a la mesa con él.

    3. María, pues, tomó una libra de aceite perfumado, nardo genuino, muy costoso, y le untó los pies a Jesús y le enjugó los pies con sus cabellos. La casa se llenó de la fragancia del aceite perfumado.

    4. Pero Judas Iscariote, uno de sus discípulos, que estaba para traicionarlo, dijo:

    5. “¿Por qué no se vendió este aceite perfumado por trescientos denarios y se dio a los pobres?”.

    6. Dijo esto, sin embargo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón y tenía la caja del dinero y se llevaba el dinero que se echaba en ella.

    7. Por eso Jesús dijo: “Déjala, para que guarde esta observancia en vista del día de mi entierro.

    8. Porque a los pobres siempre los tienen con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”.

    El complot contra Lázaro

    9. Así que una gran muchedumbre de los judíos llegó a saber que él estaba allí, y vinieron, no a causa de Jesús solamente, sino también para ver a Lázaro, a quien él había levantado de entre los muertos.

    10. Los sacerdotes principales ahora entraron en consejo para matar también a Lázaro,

    11. porque a causa de él muchos de los judíos iban allá y ponían fe en Jesús.

    La entrada triunfal en Jerusalén

    12. Al día siguiente la gran muchedumbre que había venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén,

    13. tomaron ramas de palmeras y salieron a su encuentro. Y se pusieron a gritar: “¡Salva, te rogamos! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová, sí, el rey de Israel!”.

    14. Pero Jesús, habiendo hallado un asnillo, se sentó sobre él, así como está escrito:

    15. “No temas, hija de Sión. ¡Mira! Tu rey viene, sentado sobre un pollino de asna”.

    16. Al principio sus discípulos no se fijaron en estas cosas, pero cuando Jesús fue glorificado, entonces recordaron que estas cosas estaban escritas respecto a él, y que le habían hecho estas cosas.

    17. En efecto, la muchedumbre que estaba con él cuando él llamó a Lázaro de la tumba conmemorativa y lo levantó de entre los muertos siguió dando testimonio.

    18. A causa de esto también salió a su encuentro la muchedumbre, porque oyeron que había ejecutado esta señal.

    19. Por lo tanto, los fariseos dijeron entre sí: “Observan que ustedes no logran absolutamente nada. ¡Miren! El mundo se ha ido tras él”.

    Unos griegos buscan a Jesús

    20. Ahora bien, había unos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.

    21. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y empezaron a solicitarle, diciendo: “Señor, queremos ver a Jesús”.

    22. Felipe vino y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe vinieron y se lo dijeron a Jesús.

    23. Pero Jesús les contestó, y dijo: “Ha llegado la hora para que el Hijo del hombre sea glorificado.

    24. Muy verdaderamente les digo: A menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, permanece un solo [grano]; pero si muere, entonces lleva mucho fruto.

    25. El que tiene afecto a su alma la destruye, pero el que odia su alma en este mundo la resguardará para vida eterna.

    26. Si alguien quiere ministrarme, sígame, y donde yo esté, allí también estará mi ministro. Si alguien quiere ministrarme, el Padre lo honrará.

    Jesús anuncia su muerte

    27. Ahora mi alma está perturbada, ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora. No obstante, por esto he venido a esta hora.

    28. Padre, glorifica tu nombre”. Luego vino una voz del cielo: “[Lo] glorifiqué, y también [lo] glorificaré de nuevo”.

    29. Por lo tanto, la muchedumbre que estaba de pie por allí y lo oyó empezó a decir que había tronado. Otros empezaron a decir: “Un ángel le ha hablado”.

    30. En respuesta, Jesús dijo: “Esta voz ha ocurrido, no por mí, sino por ustedes.

    31. Ahora se somete a juicio a este mundo; ahora el gobernante de este mundo será echado fuera.

    32. Y sin embargo yo, si soy alzado de la tierra, atraeré a mí a hombres de toda clase”.

    33. Esto realmente lo decía para significar qué clase de muerte estaba para morir.

    34. Por lo tanto la muchedumbre le contestó: “Nosotros oímos, de la Ley, que el Cristo permanece para siempre; ¿y cómo es que dices tú que el Hijo del hombre tiene que ser alzado? ¿Quién es este Hijo del hombre?”.

    35. Entonces Jesús les dijo: “La luz estará entre ustedes un poco de tiempo todavía. Anden mientras tienen la luz, para que la oscuridad no los subyugue; y el que anda en la oscuridad no sabe adónde va.

    36. Mientras tienen la luz, ejerzan fe en la luz, para que lleguen a ser hijos de la luz”. Jesús habló estas cosas y se fue y se escondió de ellos.

    Incredulidad de los judíos

    37. Pero aunque había ejecutado tantas señales delante de ellos, no ponían fe en él,

    38. de modo que se cumplió la palabra de Isaías el profeta, que él dijo: “Jehová, ¿quién ha puesto fe en la cosa oída por nosotros? Y en cuanto al brazo de Jehová, ¿a quién ha sido revelado?”.

    39. La razón por la cual no podían creer es que otra vez dijo Isaías:

    40. “Él les ha cegado los ojos y ha hecho duro su corazón, para que no vean con los ojos y capten la idea con su corazón y se vuelvan y yo los sane”.

    41. Isaías dijo estas cosas porque vio su gloria, y habló de él.

    42. Con todo, hasta de los gobernantes muchos realmente pusieron fe en él, pero a causa de los fariseos no [lo] confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga;

    43. porque amaban la gloria de los hombres más que la misma gloria de Dios.

    Las palabras de Jesús juzgarán a los hombres

    44. Sin embargo, Jesús clamó y dijo: “El que pone fe en mí, no pone fe en mí [solamente], sino [también] en el que me ha enviado;

    45. y el que me contempla, contempla [también] al que me ha enviado.

    46. Yo he venido como luz al mundo, para que todo el que pone fe en mí no permanezca en la oscuridad.

    47. Pero si alguien oye mis dichos y no los guarda, yo no lo juzgo; porque no vine para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.

    48. El que me desatiende y no recibe mis dichos tiene quien lo juzgue. La palabra que he hablado es lo que lo juzgará en el último día;

    49. porque no he hablado de mi propio impulso, sino que el Padre mismo, que me ha enviado, me ha dado mandamiento en cuanto a qué decir y qué hablar.

    50. También, sé que su mandamiento significa vida eterna. Por lo tanto, las cosas que hablo, así como el Padre me [las] ha dicho, así [las] hablo”.