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sábado, agosto 17, 2024
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    Lucas 4 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Tentación de Jesús

    1. Ahora bien, Jesús, lleno de espíritu santo, se apartó del Jordán, y el espíritu lo condujo por aquí y por allá en el desierto

    2. por cuarenta días, mientras lo tentaba el Diablo. Además, no comió nada en aquellos días, y por eso, cuando estos hubieron concluido, tuvo hambre.

    3. Entonces el Diablo le dijo: “Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”.

    4. Pero Jesús le respondió: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre’”.

    5. De modo que lo llevó hacia arriba y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo;

    6. y el Diablo le dijo: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada, y a quien yo quiera se la doy.

    7. Por eso, si tú haces un acto de adoración delante de mí, todo será tuyo”.

    8. Respondiendo, Jesús le dijo: “Está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”.

    9. Entonces lo condujo a Jerusalén y lo apostó sobre el almenaje del templo y le dijo: “Si eres hijo de Dios, échate abajo desde aquí;

    10. porque está escrito: ‘A sus ángeles dará encargo acerca de ti, que te conserven’,

    11. y: ‘Te llevarán en sus manos, para que nunca des con tu pie contra una piedra’”.

    12. Respondiendo, Jesús le dijo: “Dicho está: ‘No debes poner a prueba a Jehová tu Dios’”.

    13. De modo que el Diablo, habiendo concluido toda la tentación, se retiró de él hasta otro tiempo conveniente.

    Jesús principia su ministerio

    14. Entonces Jesús volvió en el poder del espíritu a Galilea. Y su fama se extendió por toda la comarca.

    15. También, enseñaba en las sinagogas de ellos, y era honrado por todos.

    Jesús en Nazaret

    16. Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y, según su costumbre en día de sábado, entró en la sinagoga, y se puso de pie para leer.

    17. De modo que se le dio el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito:

    18. “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación,

    19. para predicar el año acepto de Jehová”.

    20. Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor, y se sentó; y los ojos de todos [los que estaban] en la sinagoga se fijaron atentamente en él.

    21. Entonces comenzó a decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír”.

    22. Y todos daban testimonio favorable acerca de él y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que procedían de su boca, y decían: “Este es hijo de José, ¿verdad?”.

    23. Entonces les dijo: “Sin duda me aplicarán esta ilustración: ‘Médico, cúrate a ti mismo; las cosas que oímos que sucedieron en Capernaum, hazlas también aquí en tu propio territorio’”.

    24. Pero dijo: “En verdad les digo que ningún profeta es acepto en su propio territorio.

    25. Por ejemplo, les digo en verdad: Había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, de modo que vino una gran hambre sobre toda la tierra;

    26. sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de aquellas [mujeres], sino únicamente a Sarepta en la tierra de Sidón, a una viuda.

    27. También, había muchos leprosos en Israel en tiempo de Eliseo el profeta; sin embargo, ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el hombre de Siria”.

    28. Entonces todos los que oyeron estas cosas en la sinagoga se llenaron de cólera;

    29. y se levantaron y lo sacaron apresuradamente de la ciudad, y lo llevaron hasta la cumbre de la montaña sobre la cual había sido edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo.

    30. Mas él pasó por en medio de ellos y siguió su camino.

    Un hombre que tenía un espíritu inmundo

    31. Y bajó a Capernaum, ciudad de Galilea. Y les enseñaba en día de sábado;

    32. y estaban atónitos de su modo de enseñar, porque su habla tenía autoridad.

    33. Ahora bien, en la sinagoga había un hombre con un espíritu, un demonio inmundo, y este gritó con voz fuerte:

    34. “¡Ah! ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús, nazareno? ¿Viniste a destruirnos? Sé exactamente quién eres: el Santo de Dios”.

    35. Pero Jesús lo reprendió, y dijo: “Calla, y sal de él”. Entonces, después de derribar al hombre en medio de ellos, el demonio salió de él sin hacerle daño.

    36. Ante esto, todos quedaron pasmados, y conversaban unos con otros, y decían: “¿Qué clase de habla es esta, porque con autoridad y poder ordena a los espíritus inmundos, y salen?”.

    37. De modo que las noticias respecto a él salían a todo rincón de la comarca.

    Jesús sana a la suegra de Pedro

    38. Después de levantarse y salir de la sinagoga, él entró en casa de Simón. Ahora bien, la suegra de Simón estaba angustiada con una fiebre alta, y le hicieron petición a favor de ella.

    39. De modo que se puso cerca de ella y reprendió la fiebre, y esta la dejó. Al instante ella se levantó y se puso a ministrarles.

    Muchos sanados al ponerse el sol

    40. Pero cuando estaba poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias los trajeron a él. Poniendo las manos sobre cada uno de ellos, él los curaba.

    41. Salían también demonios de muchos, clamando y diciendo: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero él, reprendiéndolos, no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.

    Jesús recorre Galilea predicando

    42. Sin embargo, cuando se hizo de día, salió y prosiguió a un lugar solitario. Pero las muchedumbres andaban buscándolo y llegaron hasta donde estaba, y trataron de detenerlo para que no se fuera de ellos.

    43. Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado”.

    44. Por consiguiente, iba predicando en las sinagogas de Judea.