32.6 C
Miami
jueves, julio 18, 2024
Más


    Mateo 13 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Parábola del sembrador

    1. En aquel día, habiendo salido Jesús de la casa, estaba sentado a la orilla del mar;

    2. y grandes muchedumbres se reunieron junto a él, de modo que subió en una barca y se sentó, y toda la muchedumbre estaba de pie en la playa.

    3. Entonces les dijo muchas cosas por ilustraciones, diciendo: “¡Miren! Un sembrador salió a sembrar;

    4. y al ir sembrando, algunas [semillas] cayeron a lo largo del camino, y vinieron las aves y se las comieron.

    5. Otras cayeron sobre pedregales donde no tenían mucha tierra, y brotaron en seguida por no tener profundidad de tierra.

    6. Pero cuando salió el sol, se chamuscaron, y, por no tener raíz, se marchitaron.

    7. Otras, también, cayeron entre los espinos, y los espinos crecieron y las ahogaron.

    8. Otras más cayeron sobre la tierra excelente, y daban fruto, esta de a ciento por uno, aquella de a sesenta, la otra de a treinta.

    9. El que tiene oídos, escuche”.

    Propósito de las parábolas

    10. De modo que los discípulos se acercaron y le dijeron: “¿Por qué les hablas usando ilustraciones?”.

    11. En respuesta, él dijo: “A ustedes se concede entender los secretos sagrados del reino de los cielos, mas a aquellos no se les concede.

    12. Porque al que tiene, más se le dará, y se le hará abundar; pero al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado.

    13. Por esto les hablo a ellos usando ilustraciones, porque, mirando, miran en vano, y oyendo, oyen en vano, ni captan el sentido de ello;

    14. y para con ellos se cumple la profecía de Isaías, que dice: ‘Oyendo, oirán, pero de ningún modo captarán el sentido de ello; y, mirando, mirarán, pero de ningún modo verán.

    15. Porque el corazón de este pueblo se ha hecho indispuesto a recibir, y con los oídos han oído sin responder, y han cerrado los ojos; para que nunca vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni capten el sentido de ello con el corazón, y se vuelvan, y yo los sane’.

    16. ”Sin embargo, felices son los ojos de ustedes porque contemplan, y sus oídos porque oyen.

    17. Porque en verdad les digo: Muchos profetas y hombres justos desearon ver las cosas que ustedes contemplan, y no las vieron, y oír las cosas que ustedes oyen, y no las oyeron.

    Jesús explica la parábola del sembrador

    18. ”Ustedes, pues, escuchen la ilustración del hombre que sembró.

    19. Cuando alguien oye la palabra del reino, pero no capta el sentido de ella, el inicuo viene y arrebata lo que se sembró en su corazón; este es el que se sembró a lo largo del camino.

    20. En cuanto al que se sembró sobre los pedregales, este es el que oye la palabra y en seguida la acepta con gozo.

    21. Sin embargo, no tiene raíz en sí mismo, sino que continúa por un tiempo, y después que ha surgido tribulación o persecución a causa de la palabra, en seguida se le hace tropezar.

    22. En cuanto al que se sembró entre los espinos, este es el que oye la palabra, pero la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra, y él se hace infructífero.

    23. En cuanto al que se sembró sobre la tierra excelente, este es el que oye la palabra y capta el sentido de ella, que verdaderamente lleva fruto y produce, este de a ciento por uno, aquel de a sesenta, el otro de a treinta”.

    Parábola del trigo y la cizaña

    24. Otra ilustración les propuso, diciendo: “El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre que sembró semilla excelente en su campo. 

    25. Mientras los hombres dormían, vino el enemigo de él y sobresembró mala hierba entre el trigo, y se fue.

    26. Cuando el tallo brotó y produjo fruto, entonces apareció también la mala hierba.

    27. De modo que los esclavos del amo de casa vinieron y le dijeron: ‘Amo, ¿no sembraste semilla excelente en tu campo? Entonces, ¿cómo sucede que tiene mala hierba?’.

    28. Él les dijo: ‘Un enemigo, un hombre, hizo esto’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres, pues, que vayamos y la juntemos?’.

    29. Él dijo: ‘No; no sea que por casualidad, al juntar la mala hierba, desarraiguen el trigo junto con ella.

    30. Dejen que ambos crezcan juntos hasta la siega; y en la época de la siega diré a los segadores: Junten primero la mala hierba y átenla en haces para quemarla; entonces pónganse a recoger el trigo en mi granero’”.

    Parábola de la semilla de mostaza

    31. Otra ilustración les propuso, diciendo: “El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;

    32. la cual es, de hecho, la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la más grande de todas las legumbres, y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hallan albergue entre sus ramas”.

    Parábola de la levadura

    33. Otra ilustración les habló: “El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres grandes medidas de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada”.

    El uso que Jesús hace de las parábolas

    34. Todas estas cosas habló Jesús a las muchedumbres por ilustraciones. En verdad, sin ilustración no les hablaba;

    35. para que se cumpliera lo que se habló por medio del profeta que dijo: “Abriré mi boca con ilustraciones, publicaré cosas escondidas desde la fundación”.

    36. Luego, después de despedir a las muchedumbres, entró en la casa. Y sus discípulos vinieron a él y dijeron: “Explícanos la ilustración de la mala hierba en el campo”.

    37. En respuesta dijo: “El sembrador de la semilla excelente es el Hijo del hombre;

    38. el campo es el mundo; en cuanto a la semilla excelente, estos son los hijos del reino; pero la mala hierba son los hijos del inicuo,

    39. y el enemigo que la sembró es el Diablo. La siega es una conclusión de un sistema de cosas, y los segadores son los ángeles.

    40. De manera que, así como se junta la mala hierba y se quema con fuego, así será en la conclusión del sistema de cosas

    41. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos juntarán de su reino todas las cosas que hacen tropezar, y a los que cometen desafuero,

    42. y los arrojarán en el horno de fuego. Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes.

    43. En aquel tiempo los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, escuche.

    El tesoro escondido

    44. ”El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre halló y escondió; y por el gozo que tiene, va y vende cuantas cosas tiene, y compra aquel campo.

    La perla de gran precio

    45. ”Otra vez: el reino de los cielos es semejante a un comerciante viajero que buscaba perlas excelentes.

    46. Al hallar una perla de gran valor, se fue y prontamente vendió todas las cosas que tenía, y la compró.

    La red

    47. ”Otra vez: el reino de los cielos es semejante a una red barredera bajada al mar, y que recoge [peces] de todo género.

    48. Cuando se llenó, la sacaron sobre la playa y, sentándose, juntaron los excelentes en receptáculos, pero tiraron los que no eran apropiados.

    49. Así es como será en la conclusión del sistema de cosas: saldrán los ángeles y separarán a los inicuos de entre los justos,

    50. y los echarán en el horno de fuego. Allí es donde será [su] llanto y el crujir de [sus] dientes.

    Tesoros nuevos y viejos

    51. ”¿Captaron ustedes el sentido de todas estas cosas?”. Ellos le dijeron: “Sí”.

    52. Entonces les dijo: “Siendo así, todo instructor público, cuando ha sido enseñado respecto al reino de los cielos, es semejante a un hombre, un amo de casa, que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas”.

    Jesús en Nazaret

    53. Ahora bien, cuando Jesús hubo terminado estas ilustraciones, partió por tierra de allí.

    54. Y venido a su propio territorio, se puso a enseñarles en las sinagogas de ellos, de modo que quedaron atónitos y dijeron: “¿Dónde consiguió este hombre esta sabiduría y estas obras poderosas?

    55. ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y los hermanos de él Santiago y José y Simón y Judas?

    56. Y sus hermanas, ¿no están todas con nosotros? ¿Dónde, entonces, consiguió este hombre todas estas cosas?”.

    57. De modo que empezaron a tropezar por motivo de él. Pero Jesús les dijo: “El profeta no carece de honra sino en su propio territorio y en su propia casa”.

    58. Y no hizo allí muchas obras poderosas a causa de la falta de fe de ellos.