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viernes, julio 19, 2024
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    Mateo 14 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Muerte de Juan el Bautista

    1. En aquel tiempo en particular, Herodes, el gobernante del distrito, oyó el informe acerca de Jesús,

    2. y dijo a sus sirvientes: “Este es Juan el Bautista. Fue levantado de entre los muertos, y por eso operan en él obras poderosas”.

    3. Pues, Herodes había arrestado a Juan y lo había atado y puesto en prisión a causa de Herodías, la esposa de Filipo, su hermano.

    4. Porque Juan le había estado diciendo: “No te es lícito tenerla”.

    5. Sin embargo, aunque quería matarlo, temía a la muchedumbre, porque lo tenían por profeta.

    6. Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en la función, y tanto agradó a Herodes

    7. que él prometió con juramento darle cualquier cosa que pidiera.

    8. Entonces ella, aleccionada de antemano por su madre, dijo: “Dame aquí en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”.

    9. Bien que se contristó el rey, sin embargo, por consideración a sus juramentos y a los que estaban reclinados con él, mandó que le fuera dada;

    10. y envió e hizo decapitar a Juan en la prisión.

    11. Y la cabeza fue traída en una bandeja y dada a la jovencita, y ella la llevó a su madre.

    12. Finalmente vinieron los discípulos de él y removieron el cadáver y lo sepultaron, y vinieron y lo informaron a Jesús.

    Alimentación de los cinco mil

    13. Al oírlo, Jesús se retiró de allí en una barca a un lugar solitario en busca de aislamiento; pero las muchedumbres, al llegar a oír de ello, le siguieron a pie desde las ciudades.

    14. Ahora bien, cuando él salió vio una gran muchedumbre; y se compadeció de ellos, y curó a sus enfermos.

    15. Pero al anochecer, sus discípulos vinieron a él y dijeron: “El lugar es solitario y la hora es ya muy avanzada; despide a las muchedumbres para que vayan a las aldeas y se compren algo de comer”.

    16. Pero Jesús les dijo: “No hay necesidad de que se vayan; ustedes denles de comer”.

    17. Ellos le dijeron: “No tenemos nada aquí sino cinco panes y dos pescados”. 

    18. Él dijo: “Tráiganmelos acá”.

    19. Luego, habiendo mandado a las muchedumbres que se reclinaran sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos pescados, y, mirando al cielo, dijo una bendición, y, después de partir los panes, los distribuyó a los discípulos, y los discípulos a su vez a las muchedumbres.

    20. De modo que todos comieron y quedaron satisfechos, y recogieron el sobrante de los trozos, doce cestas llenas.

    21. Sin embargo, los que comieron fueron unos cinco mil varones, además de mujeres y niñitos.

    Jesús anda sobre el mar

    22. Luego, sin demora, él obligó a sus discípulos a subir a la barca y adelantársele al otro lado, mientras él despedía a las muchedumbres.

    23. Por fin, habiendo despedido a las muchedumbres, subió solo a la montaña a orar. Aunque se hizo tarde, estaba allí solo.

    24. Para este tiempo la barca estaba a muchos centenares de metros de la tierra, y las olas la tenían en aprieto, pues tenían el viento en su contra.

    25. Pero en el período de la cuarta vigilia de la noche él vino a ellos, andando sobre el mar.

    26. Cuando alcanzaron a verlo andando sobre el mar, los discípulos se perturbaron, y dijeron: “¡Es un fantasma!”. Y clamaron en su temor.

    27. Pero en seguida Jesús les habló estas palabras: “Cobren ánimo, soy yo; no tengan temor”.

    28. En respuesta, Pedro le dijo: “Señor, si eres tú, mándame venir a ti sobre las aguas”.

    29. Él dijo: “¡Ven!”. Entonces Pedro, bajando de la barca, anduvo sobre las aguas y fue hacia Jesús.

    30. Pero al mirar a la tempestad de viento, le dio miedo, y, comenzando a hundirse, clamó: “¡Señor, sálvame!”.

    31. Inmediatamente Jesús, extendiendo la mano, lo asió, y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué cediste a la duda?”.

    32. Y después que subieron a la barca, se apaciguó la tempestad de viento.

    33. Entonces los que estaban en la barca le rindieron homenaje, y dijeron: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”.

    Jesús sana a los enfermos en Genesaret

    34. Y terminaron la travesía y llegaron a tierra en Genesaret.

    35. Al reconocerlo, los varones de aquel lugar enviaron por toda aquella comarca, y la gente le trajo todos los que se hallaban mal.

    Jesús explica la parábola de la cizaña

    36. Y se pusieron a suplicarle que les dejara tocar siquiera el fleco de su prenda de vestir exterior; y todos los que lo tocaron recobraron completamente la salud.