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viernes, julio 19, 2024
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    Mateo 15 - Traducción del Nuevo Mundo (Testigos de Jehová)

    Lo que contamina al hombre

    1. Entonces llegaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalén, y dijeron:

    2. “¿Por qué traspasan tus discípulos la tradición de los hombres de otros tiempos? Por ejemplo, no se lavan las manos cuando van a tomar una comida”.

    3. En respuesta, él les dijo: “¿Por qué traspasan ustedes también el mandamiento de Dios a causa de su tradición?

    4. Por ejemplo, Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; y: ‘El que injurie a padre o a madre termine en muerte’.

    5. Pero ustedes dicen: ‘Cualquiera que diga a su padre o a su madre: “Todo lo que tengo por lo cual pudieras sacar provecho de mí es una dádiva dedicada a Dios”,

    6. no debe honrar de ningún modo a su padre’. Y así ustedes han invalidado la palabra de Dios a causa de su tradición.

    7. Hipócritas, aptamente profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo:

    8. ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí.

    9. En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas’”.

    10. Con eso, llamó a sí a la muchedumbre y les dijo: “Escuchen y capten el sentido:

    11. No lo que entra por la boca contamina al hombre; pero lo que procede de la boca, eso es lo que contamina al hombre”.

    12. Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: “¿Sabes que los fariseos tropezaron al oír lo que dijiste?”.

    13. En respuesta, él dijo: “Toda planta que mi Padre celestial no ha plantado será desarraigada.

    14. Déjenlos. Guías ciegos es lo que son. Por eso, si un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo”.

    15. En forma de respuesta, Pedro le dijo: “Acláranos la ilustración”.

    16. A lo cual él dijo: “¿También ustedes están aún sin entendimiento?

    17. ¿No se dan cuenta de que todo lo que entra en la boca va pasando de allí a los intestinos, y se expele en la cloaca?

    18. Sin embargo, las cosas que proceden de la boca salen del corazón, y esas cosas contaminan al hombre.

    19. Por ejemplo, del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias.

    20. Estas son las cosas que contaminan al hombre; mas el tomar una comida con las manos sin lavar no contamina al hombre”.

    La fe de la mujer cananea

    21. Partiendo de allí, Jesús entonces se retiró a las partes de Tiro y Sidón.

    22. Y, ¡mire!, una mujer fenicia de aquellas regiones salió, y levantó la voz, y dijo: “Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija está terriblemente endemoniada”.

    23. Pero él no le contestó palabra. De modo que sus discípulos se acercaron y empezaron a solicitarle: “Despídela; porque sigue clamando tras nosotros”.

    24. En respuesta, él dijo: “No fui enviado a nadie aparte de las ovejas perdidas de la casa de Israel”.

    25. Cuando la mujer vino, se puso a rendirle homenaje, diciendo: “¡Señor, ayúdame!”.

    26. En respuesta, él dijo: “No es correcto tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos”.

    27. Ella dijo: “Sí, Señor; pero en realidad los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos”.

    28. Entonces Jesús le dijo en respuesta: “Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda según deseas”. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

    Jesús sana a muchos

    29. Marchando por tierra de allí, Jesús en seguida llegó cerca del mar de Galilea, y, después de subir a la montaña, estuvo sentado allí.

    30. Entonces se le acercaron grandes muchedumbres, teniendo consigo personas que eran cojas, mancas, ciegas, mudas, y muchas en otras condiciones, y casi se las tiraron a los pies, y él las curó;

    31. de modo que la muchedumbre se asombró al ver que los mudos hablaban y los cojos andaban y los ciegos veían, y glorificaron al Dios de Israel.

    Alimentación de los cuatro mil

    32. Pero Jesús llamó a sí a sus discípulos, y dijo: “Me compadezco de la muchedumbre, porque hace ya tres días que se han quedado conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas. Posiblemente desfallezcan en el camino”.

    33. Sin embargo, los discípulos le dijeron: “¿Dónde, en este lugar solitario, vamos a conseguir panes suficientes para satisfacer a una muchedumbre de este tamaño?”.

    34. Entonces Jesús les dijo: “¿Cuántos panes tienen?”. Ellos dijeron: “Siete, y unos cuantos pescaditos”.

    35. Luego, después de mandar que la muchedumbre se reclinara sobre el suelo,

    36. tomó los siete panes y los pescados y, habiendo dado gracias, los partió, y los iba distribuyendo a los discípulos, y los discípulos a su vez a las muchedumbres.

    37. Y todos comieron y quedaron satisfechos, y como sobrante de trozos recogieron siete cestas de provisiones llenas.

    38. Sin embargo, los que comieron fueron cuatro mil varones, además de mujeres y niñitos.

    39. Por fin, después de despedir a las muchedumbres, él entró en la barca y vino a las regiones de Magadán.