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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Juan 3 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    Hijos de Dios

    1. Ved cual amor nos ha dado el Padre, para que fuésemos llamados hijos de Dios. Por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció.

    2. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no fué mostrado lo que seremos. Pero sabemos que cuando fuere manifestado, seremos semejantes a él, porque le veremos como es

    3. Y todo el que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo como aquél es puro.

    4. Todo el que hace el pecado, hace también la ilegalidad y el pecado es la ilegalidad.

    5. Y sabéis que aquél fué manifestado para que llevase nuestros pecados; y en él no hay pecado.

    6. Todo el que en él permanece no peca. Todo el que peca no le ha visto, ni le ha conocido.

    7. Hijitos, ninguno os engañe. El que obra la justicia es justo, como aquél es justo.

    8. El que hace el pecado es del diablo, porque desde el principio el diablo peca. Para esto fué manifestado el hijo de Dios para que destruyese las obras del diablo.

    9. Todo el que ha sido engendrado de Dios no hace pecado, porque su simiente permanece en él y no puede pecar, porque ha sido engendrado de Dios.

    10. En esto son manifiestos los hijos de Dios y los hijos del diablo. Todo el que no obra justicia no es de Dios, como el que no ama a su hermano,

    11. porque éste es el mensaje que oísteis desde el principio, que nos amemos unos a otros;

    12. no como Caín que era del malo, y degolló a su hermano, y ¿por qué lo degolló? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.

    13. No os extrañéis, hermanos, si os aborrece el mundo.

    14. Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama al hermano permanece en la muerte.

    15. Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y sabéis que todo homicida no tiene vida eterna permanente en él.

    16. En esto hemos conocido el amor en que él por nosotros puso su vida, y nosotros debemos poner la vida por los hermanos.

    17. Mas el que tuviere la vida del mundo, y viere a su hermano en la necesidad, y le cerrare sus entrañas ¿cómo permanece en él el amor de Dios?

    18. Hijitos míos, no amemos de palabra, ni de lengua, sino en obra y verdad.

    19. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y delante de él persuadiremos nuestros corazones,

    20. porque si nos reprendiere el corazón, mayor es Dios que el corazón de nosotros, y conoce todo.

    21. Amados, si nuestro corazón no nos reprendiere, tenemos libertad para con Dios,

    22. y lo que pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos lo que es agradable delante de él.

    23. Y éste es su mandamiento, que creamos al nombre de su hijo, Jesu-Cristo, y que nos amemos unos a otros como nos dio mandamiento.

    24. Y el que guarda sus mandamientos permanece en él, y Dios en él. Y en esto conocemos que Dios mora en nosotros por el espíritu que nos dio. A