Hebreos 5 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

1. En efecto todo sumo sacerdote siendo tomado de hombres, por hombres está constituido en lo que a Dios se refiere, para que ofrezca dones y sacrificios por los pecados,

2. pudiendo simpatizar a los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad

3. y por ella debe, como por el pueblo así también por sí mismo, ofrecer por los pecados.

4. Y nadie se atribuye a sí mismo la dignidad, sino el que es llamado por Dios, como también Aarón.

5. Así también el Cristo no se glorificó a sí mismo para ser hecho sumo sacerdote, mas fué el que le dijo: Mi hijo eres tú, yo hoy te he engendrado.

6. Como también en otro lugar dice: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec (Sal. 110),

7. el cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas al que podía salvarle de la muerte con grito fuerte y lágrimas, y siendo escuchado en consecuencia de la reverencia,

8. aunque siendo hijo aprendió por lo que padeció la obediencia,

9. y una vez terminado vino a ser para todos los que le obedecen autor de salvación eterna,

10. proclamado por Dios Sumo sacerdote según el orden de Melquisedec,

Advertencia contra la apostasía

11. sobre el cual tenemos mucho que decir, y no fácil de declarar, puesto que os habéis hecho duros de oído;

12. y en efecto, debiendo ser ya maestros por el tiempo, de nuevo tenéis necesidad que se os enseñen los primeros elementos de las palabras de. Dios, y estáis teniendo necesidad de leche no de alimento sólido.

13. Porque todo aquel que vive de leche no es hábil en palabra de justicia porque es infante,

14. mientras que los hombres hechos toman el manjar sólido, aquellos que por el uso tienen los sentidos ejercitados para el discernimiento del bien y del mal.