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sábado, agosto 17, 2024
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    Hechos 5 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    Ananías y Safira

    1. Y un varón llamado Ananías, con Sáfira su mujer, vendió una propiedad,

    2. y desfalcó del precio, consintiendo también la mujer; y trayendo una parte, depositóla a los pies de los apóstoles.

    3. Díjole Pedro: Ananías ¿por qué hinchió Satanás tu corazón que mintieses al santo Espíritu, y desfalcases del precio del campo?

    4. Teniéndolo, ¿no te quedaba? y vendido, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste en tu corazón esta acción? No mentiste a hombre, sino a Dios.

    5. Oyendo estas palabras, Ananías cayendo expiró. Y hubo temor grande sobre todos los que lo oían.

    6. Y levantándose los más jóvenes, le amortajaron, y sacándolo, le sepultaron.

    7. Hubo un intervalo como de tres horas, y su mujer, sin saber lo ocurrido, entró,

    8. y Pedro le respondió: Díme, si por tanto vendisteis el campo? Y ella dijo: Sí, por tanto.

    9. Y Pedro le dijo: ¿Por qué os concertasteis para tentar al espíritu del Señor. He aquí los pies de los que sepultaron a tu marido están a la puerta y te llevarán fuera.

    10. Y al instante cayó a los pies de él y expiró. Y entrando los jóvenes halláronla muerta, y sacándola la sepultaron junto a su marido.

    11. Y hubo temor grande sobre toda la iglesia y sobre todos los que oían estas cosas.

    Muchas señales y maravillas

    12. Y por las manos de los apóstoles se hicieron señales y prodigios numerosos en el pueblo, y estaban unánimemente todos en el pórtico de Salomón.

    13. Y de los demás ninguno osaba juntarse a ellos, mas los ensalzaba el pueblo,

    14. y más y más eran agregados creyentes al Señor, una multitud de varones y de mujeres,

    15. de suerte que hasta en las calles traían a los enfermos, y los ponían sobre camillas y lechos, para que al venir Pedro, a lo menos la sombra pasase sobre alguno de ellos.

    16. Y concurría también la gente de las ciudades de alrededor de Jerusalem, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos, los cuales. eran curados todos.

    Pedro y Juan son perseguidos

    17. Levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, siendo la secta de los Saduceos, fueron llenados de celo,

    18. y echaron las manos sobre los apóstoles, y pusiéronlos en una prisión pública.

    19. Mas un ángel del Señor, de noche abriendo las puertas de la cárcel, y sacándolos fuera, dijo:

    20. Id y puestos en el templo hablad al pueblo todas las palabras de la vida esta.

    21. Escuchando, entraron, al apuntar el día, en el templo, y enseñaban. Llegados el sumo sacerdote y los que estaban con él convocaron el Consejo y todo el senado de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos.

    22. Pero llegados, los alguaciles no los hallaron en la cárcel; volviéndose dieron informes.

    23. La cárcel la hallamos cerrada con toda seguridad, y a los guardas fuera que estaban delante de las puertas, pero al abrir, dentro no hallamos a nadie.

    24. Como oyeron esas palabras, el capitán del templo y los principales sacerdotes se preguntaban de ellos, ¿qué sería esto?

    25. pero llegando uno avisóles: He-aquí los varones que pusisteis en la cárcel están en el templo presentes y enseñando al pueblo.

    26. Entonces se fué el capitán con los alguaciles, y trájolos, no con violencia, porque temían al pueblo, que los apedrease.

    27. Habiéndolos traído, los presentaron en el consejo, y los interrogó el sumo sacerdote,

    28. diciendo: ¿No os intimamos que no enseñaseis sobre este nombre, y he aquí habéis llenado de vuestra enseñanza a Jerusalem, y queréis hacer caer sobre nosotros la sangre de este hombre?

    29. Respondiendo Pedro y los apóstoles dijeron: Es menester obedecer a Dios, más bien que a hombres.

    30. El Dios de nuestros padres despertó a Jesús a quien vosotros ejecutasteis, colgándole en un madero.

    31. A éste Dios lo ensalzó por jefe y salvador con su diestra (2:33) para dar a Israel conversión y remisión de pecados.-

    32. Y nosotros somos testigos de estos asuntos y el santo Espíritu que Dios dio a los que le obedecen.

    33. Mas ellos, oyéndolo, regañaban y deliberaban darles muerte.

    34. Levantándose en el sanhedrín, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, estimado por todo el pueblo, mandó que hiciesen salir un momento a los apóstoles

    35. y díjoles: ¡Varones Israelitas! mirad por vosotros, tocante a estos hombres, lo que habéis de hacer,

    36. porque antes de estos días se levantó Teudas, diciéndose ser alguien, al cual se allegó un número de hombres como cuatrocientos, el cual fué muerto, y todos cuantos le obedecían fueron disueltos y vinieron a nada.

    37. Después de éste, se levantó Judas, el galileo, en los días del censo, y arrastró pueblo tras sí, y aquél pereció y todos cuantos le obedecían, fueron dispersados;

    38. y al presente os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos, porque si fuere de parte de hombres este consejo o esta obra, será deshecho,

    39. mas si es de Dios no podéis destruir lo, no sea que tal vez seáis hallados también adversarios de Dios.

    40. Ellos pues asintieron a él, y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen sobre el nombre de Jesús y los soltaron.

    41. Ellos pues salieron de delante del sanhedrín regocijándose, porque por el nombre fueron juzgados dignos de ser afrentados.

    42. Y todos los días en el santuario y de casa en casa, no cesaban de enseñar y anunciar a Jesús el Cristo.