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sábado, agosto 17, 2024
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    Juan 4 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    Jesús y la mujer samaritana

    1. Como pues el Señor supo que los fariseos oyeron decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan

    2. aunque Jesús mismo no bautizaba sino sus discípulos-

    3. dejó la Judea y se fué de nuevo a la Galilea.

    4. Y le era necesario pasar por la Samaría.

    5. Llegó pues a una ciudad de Samaría, llamada Sychar, cerca del campo que dio Jacob a José su hijo.

    6. Había allí un pozo de Jacob. Jesús pues, cansado del viaje, estaba así sentado sobre el pozo. Era como la hora sexta.

    7. Llega una mujer de la Samaría a sacar agua. Dícele Jesús: Dame de beber;

    8. (Porque sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar víveres).

    9. Dijóle la mujer samaritana: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí que soy mujer y samaritana? porque no se tratan judíos con samaritanos.

    10. Respondióle Jesús: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido, y él hubiera dado a ti agua viva.

    11. Dícele la mujer: Señor, ni balde tienes, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?

    12. ¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob que nos dio el pozo, y bebió de él, él mismo, sus hijos y sus ganados?

    13. Respondióle Jesús: Todo el que bebe de esta agua tendrá sed de nuevo:

    14. mas el que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, mas el agua que le daré vendrá a ser en él un pozo de agua surgente a vida eterna.

    15. Dícele a él la mujer: Señor, dame esta agua para que no tenga sed, ni venga hasta acá a sacarla.

    16. Dícele Jesús: Ve, llama a tu marido, y ven acá.

    17. Respondióle la mujer: No tengo marido. Dícele Jesús: Bien dijiste: No tengo marido,

    18. porque cinco maridos tuviste, y ahora el que tienes no es tu marido. Es verdad lo que has dicho.

    19. Dícele la mujer: Señor, veo que eres profeta tú.

    20. Los padres de nosotros en este monte adoraron; y vosotros decís que es en Jerusalem el lugar en donde se debe adorar.

    21. Dícele Jesús: Mujer, créeme que viene la hora cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre.

    22. Vosotros adoráis lo que no sabéis. Nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación de los judíos viene.

    23. Mas viene la hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, y en efecto el Padre busca a tales que le adoren.

    24. Dios es espíritu y los que le adoran, en espíritu y verdad deben adorarle.

    25. r> Dícele la mujer: Sé que viene el Mesías (el dicho Cristo): cuando venga aquél nos anunciará todo.

    26. Dícele Jesús: Lo soy yo que te hablo.

    27. En esto vinieron sus discípulos y se extrañaban de que hablase con una mujer, pero ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o ¿qué hablas con ella?

    28. Dejó, pues, su cántaro la mujer, y fué a la ciudad y decía a las gentes:

    29. Venid a ver un hombre que me dijo todo cuanto hice. ¿Acaso éste no es el Cristo?

    30. Y salieron de la ciudad y venían a él.

    31. Entre tanto le rogaban los discípulos: Rabí, come.

    32. Pero él les dijo: Yo tengo para comer un manjar que vosotros no sabéis.

    33. Decían pues los discípulos los unos a los otros: Acaso alguien le habrá traído de comer.

    34. Díceles Jesús: Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió, y acabar su obra.

    35. ¿No decís vosotros, que todavía hay cuatro meses y la siega viene? He aquí, os digo, alzad los ojos, y mirad los campos que son blancos ya para la siega,

    36. y el que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que también el que siembra se regocije al mismo tiempo que el que siega.

    37. En esto, pues, es verdadero el refrán: uno es el que siembra, y otro el que siega.

    38. Yo os envié a segar lo que vosotros no habéis labrado; otros han labrado y vosotros en su labor habéis entrado.

    39. De aquella ciudad muchos de los samaritanos creyeron en él, a causa de la mujer que testificaba: Me dijo todo cuanto hice.

    40. Como pues vinieron a él los samaritanos, le rogaban que permaneciese con ellos, y permaneció allí dos días.

    41. Y muchos más creyeron a causa de la palabra de él,

    42. y decían a la mujer: Ya no es por tu hablar, porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.

    Jesús sana al hijo de un noble

    43. Después de estos dos días, salió de allí y fué a la Galilea,

    44. porque el mismo Jesús testificó que un profeta en la patria propia no tiene honor.

    45. Cuando pues vino a la Galilea, lo recibieron los galileos, habiendo visto lo que hizo en Jerusalem durante la fiesta, porque ellos también vinieron a la fiesta.

    46. f> Vino pues Jesús de nuevo a Cana de Galilea donde hizo del agua vino. Y había un oficial real cuyo hijo estaba enfermo en Capernaum.

    47. Este oyendo que Jesús había venido de la Judea a la Galilea fué a él y rogábale que -descendiese y curase a su hijo, porque iba a morir.

    48. Jesús pues dijo a él: Si no viereis señales y prodigios no creeréis.

    49. Dice a él el oficial real: Señor, desciende antes que muera mi hijito.

    50. Dícele Jesús: Ve, tu hijo vive. Creyó el hombre la palabra que le dijo Jesús, y se iba.

    51. Mientras que ya descendía, sus siervos le vinieron al encuentro y le anunciaron: Tu muchacho vive.

    52. Informóse pues de ellos a qué hora estuvo mejor, y dijéronle: Ayer, a la hora séptima, le dejó la fiebre.

    53. Conoció el padre que era en aquella hora en que le dijo Jesús: Tu hijo vive. Y creyó él y toda su casa.

    54. Esta segunda señal de nuevo hizo Jesús, al venir de la Judea a la Galilea