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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 21 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    La ofrenda de la viuda

    1. Alzando los ojos Jesús vio a los que echaban sus dones en el tesoro siendo ricos,

    2. y vio también a una viuda indigente echar allí dos blancas,

    3. y dijo: En verdad os digo que esta viuda pobre echó más que todos,

    4. porque todos estos de lo que les sobraba echaron para las ofrendas de Dios, mas ésta de su escasez echó todo lo que tenía para vivir.

    Jesús predice la destrucción del templo

    5. Y algunos diciendo del templo que estaba adornado de hermosas piedras y votos, dijo:

    6. De estas cosas que admiráis, vendrán días en que no será dejada piedra sobre piedra que no sea derribada.

    Señales antes del fin

    7. Preguntáronle: Maestro, ¿cuándo, pues, será esto; y qué será la señal cuando deben suceder?

    8. Y él dijo: Mirad no seáis engañados, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy, y el tiempo está cerca. No vayáis, pues, en pos de ellos.

    9. Y cuando oyereis de guerras y revoluciones, no seáis alarmados porque es menester que estas cosas acontezcan primero, mas no tan pronto es el fin.

    10. Entonces les decía: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino, -

    11. y habrá terremotos grandes en diversos lugares, y pestilencias y hambres y fenómenos espantosos y grandes señales del cielo.

    12. Mas antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán entregándoos a sinagogas y cárceles, llevados ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre,

    13. y os sucederá para testimonio.

    14. Poned pues, en vuestros corazones no premeditar por ser defendidos,

    15. porque yo os daré boca y sabiduría a la cual no podrán contradecir ni resistir todos los que se opondrán a vosotros.

    16. Y seréis entregados aun por padres y hermanos y parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros y

    17. seréis aborrecidos de todos, a causa de mi nombre;

    18. mas ni un cabello de vuestra cabeza se perderá.

    19. Con vuestra paciencia poseeréis vuestras almas.

    20. Cuando viereis a Jerusalem cercada por ejércitos, entonces sabed que ha llegado su desolación.

    21. Entonces los que están en la Judea huyan a los montes; y los que estarán en medio de ella retírense y los que estarán en los campos, no entren en ella,

    22. porque días de venganza son éstos, de cumplirse todas las cosas que están escritas.

    23. ¡Ay de las que están encinta y de las que crían en aquellos días, habrá, pues, gran apretura sobre la tierra, e ira contra este pueblo;

    24. y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalem será hollada por naciones hasta que sean cumplidos los tiempos oportunos de los gentiles.

    La venida del Hijo del Hombre

    25. Y habrá señales en el sol, la luna y las estrellas y en la tierra apretura de gentes en perplejidad por el bramido del mar y de las olas,

    26. los hombres desmayándose de temor y de expectación de las cosas que vienen sobre el mundo habitado; pues las potencias de los cielos serán sacudidas.

    27. Y entonces verán al hijo del hombre viniendo en una nube, con fuerza y gloria grande.

    28. Cuando comenzaren a suceder estas cosas, erguios y alzad vuestras cabezas, porque se acerca la redención de vosotros.

    29. Y díjoles una parábola: Ved la higuera y todos los árboles.

    30. Cuando ya brotan, al verlo por vosotros mismos conocéis que ya está cerca el verano.

    31. Así también vosotros, cuando viereis suceder estas cosas, entended que está cerca el reino de Dios.

    32. Por cierto os digo que no pasará esta generación hasta que todo haya sucedido.

    33. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.

    34. Mirad por vosotros mismos que no sean entorpecidos vuestros corazones con glotonería y embriaguez e inquietudes materiales; y a la improvista caiga sobre vosotros aquel día,

    35. como lazo, pues vendrá sobre todos los que habitan sobre la haz de toda la tierra.

    36. Velad, pues, en todo tiempo, orando que seáis juzgados dignos de escapar a todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del hijo del hombre.

    37. Estaba los días en el templo enseñando, y las noches saliendo se albergaba en el monte llamado de los Olivos.

    38. Y todo el pueblo temprano acudía a él en el templo a oírle.