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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 22 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    El complot para matar a Jesús

    1. Se acercó la fiesta de los Ázimos la dicha pascua,

    2. y procuraban los principales sacerdotes y los escribas cómo le quitarían la vida, porque temían al pueblo.

    3. Entró Satanás en Judas el apellidado Iscariote, siendo del número de los doce

    4. y fué a hablar con los principales sacerdotes y los capitanes de cómo se le entregaría;

    5. y se alegraron y convinieron en darle dinero;

    6. y se comprometió y buscaba oportunidad para entregársele sin tumulto.

    Institución de la Cena del Señor

    7. Llegó el día de los Ázimos en que debía ser sacrificada la pascua,

    8. y envió a Pedro y a Juan diciendo: Id y preparadnos la pascua para que la comamos.

    9. Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que hagamos los preparativos?

    10. El les dijo: He aquí, al entrar vosotros en la ciudad os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle a la casa en que entre,

    11. y diréis al dueño de la casa: Te dice el maestro: ¿Dónde está el aposento en donde coma la pascua con mis discípulos?

    12. Y aquél os mostrará una grande sala alta amueblada; allí haced los preparativos.

    13. Fueron y hallaron, como les había dicho, y aparejaron la pascua.

    14. Y cuando vino la hora, se puso a la mesa, y los doce apóstoles con él.

    15. Y díjoles: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua, antes de padecer;

    16. os digo, pues, que no la comeré más, hasta que se haya cumplido en el reino de Dios.

    17. Y recibiendo un vaso, después de dar gracias, dijo: Tomad esto, y distribuidlo entre vosotros,

    18. os digo, pues, que no beberé del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios haya venido.

    19. Y tomando pan, después de dar gracias, lo partió, y dióles, diciendo: Este es mi cuerpo, dado por vosotros. Haced esto para mi conmemoración.

    20. Asimismo también el vaso, después de cenar, diciendo: Es te vaso es el nuevo testamento en mi sangre que por vosotros es derramada.

    21. Además he aquí la mano del que me entrega está conmigo en la mesa;

    22. y el hijo del hombre se marcha, según lo que está determinado. Solamente, ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!

    23. Y ellos comenzaron a preguntar entre sí quién de ellos sería el que había de cometer esto.

    La grandeza en el servicio

    24. Hubo también una discusión entre ellos, sobre quién de ellos figuraba ser el mayor,

    25. pero él les dijo: Los reyes de las naciones las dominan, y los que se apoderan de ellas son llamados bienhechores.

    26. Mas vosotros no así. Antes el mayor entre vosotros sea como el más joven, y el que manda como el que sirve.

    27. ¿Quién, pues, es mayor el que se pone a la mesa o el que sirve? ¿No es el que se pone a la mesa? Mas yo soy en medio de vosotros como el que sirve.

    28. Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas;

    29. y yo os transmito un reino como me lo transmitió mi Padre,

    30. para que comáis y bebáis a mi mesa, en mi reino; y os sentéis sobre tronos, juzgando a las doce tribus de Israel.

    Jesús anuncia la negación de Pedro

    31. Dijo también el Señor: Simón, he aquí Satanás solicitó de zarandearos como el trigo,

    32. mas yo rogué por ti que no desfallezca tu fe, y tú, una vez volviéndote fortalece a tus hermanos.

    33. Pedro le dijo: Señor, contigo estoy listo a marcharme a la cárcel y a la muerte;

    34. contestó Jesús: Pedro, te digo que no cantará hoy un gallo antes que tres veces hayas negado conocerme.

    Bolsa, alforja y espada

    35. Y díjoles: Cuando os envié sin bolsa, ni alforja, ni zapatos, ¿faltóos algo? Ellos dijeron: Nada.

    36. Díjoles: Mas ahora, el que tiene bolsa tómela, asimismo alforja; y el que no tiene espada venda su capa y compre una;

    37. os digo, pues, aun lo que está escrito (Is. 53:12), debe ejecutarse en mí: Y con inicuos fué contado; y, en efecto, lo que me concierne se acaba.

    38. Y ellos dijeron: Señor, he aquí dos espadas, y él les dijo: Basta.

    Jesús ora en Getsemaní

    39. Y saliendo se encaminó, según la costumbre, al monte de los Olivos, y le siguieron también los discípulos.

    40. Llegado a aquel lugar díjoles: Rogad que no entréis en tentación.

    41. Y él se alejó de ellos como un tiro de piedra; y puesto de rodillas, oraba

    42. diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí esta copa, solamente no mi voluntad, sino la tuya se haga.

    43. Aparecióle un ángel del cielo, confortándole.

    44. Y en grande angustia, oraba más intensamente. Su sudor vino a ser como grumos de sangre que caían sobre la tierra.

    45. Y levantándose de la oración, vino a los discípulos y hallólos durmiendo de tristeza,

    46. y díjoles: ¿Por qué dormís? Levantaos a orar para que no entréis en tentación.

    Arresto de Jesús

    47. Estando aun él hablando, he aquí una turba, y el dicho Judas, uno de los doce, iba delante de ellos, y acercóse a Jesús para besarle.

    48. Jesús le dijo: Judas: ¿con un beso entregas al hijo del hombre?

    49. Viendo lo que iba a suceder, los que lo rodeaban, dijéronle: Señor, ¿heriremos a espada?

    50. Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote, y cortóle la oreja derecha;

    51. y Jesús respondió: Dejad hasta esto. Y tocándole la oreja sanólo.

    52. Dijo pues Jesús a los que habían venido contra él, principales sacerdotes, capitanes del templo y ancianos: Como contra un salteador salisteis con espadas y palos.

    53. Cada día estando yo con vosotros en el templo, no extendisteis las manos sobre mí, mas ésta es la hora de vosotros y la potestad de las tinieblas.

    Pedro niega a Jesús

    54. Después de prenderle, le llevaron a la casa del sumo sacerdote, y Pedro seguía de lejos.

    55. Habiendo encendido fuego en medio del patio y sentándose ellos alrededor, estaba Pedro en medio de ellos.

    56. Viéndole sentado a la luz, y fijándose en él, una criada dijo: Y éste con él estaba.

    57. Mas él le renegó, diciendo: Mujer, no le conozco.

    58. Y poco después otro, viéndole, dijo: Y tú de ellos eres. Mas Pedro dijo: Hombre, no lo soy.

    59. Y pasando como una hora, otro insistía, diciendo: En verdad también éste estaba con él, y en efecto es galileo.

    60. Mas Pedro dijo: Hombre no sé lo que dices: Y al instante, hablando él aún, cantó un gallo,

    61. y volviéndose el Señor miró a Pedro; y se acordó Pedro de la palabra del Señor, como le había dicho: Antes que un gallo cante, me negarás tres veces.

    62. Y saliendo fuera, Pedro lloró amargamente.

    Jesús escarnecido y azotado

    63. Y los varones que tenían preso a Jesús le escarnecían, golpeándole

    64. y cubriéndole con un velo, le herían el rostro y preguntábanle diciendo: Profetiza ¿quién es el que te pegó?

    65. Y blasfemando le decían otras muchas cosas insultándole.

    Jesús ante el concilio

    66. Y como se hizo día, fué convocado el consejo del pueblo: principales sacerdotes y escribas, y le llevaron al concilio de ellos,

    67. diciendo: Si tú eres el Cristo, dínoslo. Y díjoles: Si os lo dijere, no lo creeréis;

    68. y si os hiciere pregunta no me responderéis, ni me soltaréis.

    69. Desde ahora estará el hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia de Dios.

    70. Dijeron todos: ¿Luego tú eres el hijo de Dios? Y él dijo: Vosotros lo decís, yo lo soy.

    71. Y ellos dijeron: ¿Qué más necesidad tenemos de testimonio? porque nosotros mismos lo oímos de su boca.