Lucas 23 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)Jesús ante Pilato1. Levantandose toda la asamblea de ellos, le llevaron ante Pilato 2. y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hallamos trastornando nuestra nación, e impidiendo dar a César tributos, diciendo que él es Cristo, rey. 3. Pilato le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el rey de los judíos? El respondiendo le dijo: Tú lo dices. 4. Pilato dijo a los principales sacerdotes y a las muchedumbres: No hallo nada criminal en este hombre. 5. Mas ellos insistían, diciendo: Alborota al pueblo enseñando por toda la Judea, comenzando desde la Galilea hasta aquí. Jesús ante Herodes6. Oyendo hablar de Galilea, Pilato preguntó si el hombre era galileo, 7. e informado que Jesús era de la jurisdicción de Herodes, le envió a Herodes que: también estaba en Jerusalem en aquellos días. 8. Herodes viendo a Jesús se gozó en extremo, porque deseaba desde bastante tiempo verle porque había oído de él muchas cosas, y esperaba ver algún milagro hecho por él. 9. Le hacía muchas preguntas, mas él nada le respondió. 10. Estaban allí los principales sacerdotes y los escribas, acusándole con vehemencia. 11. Despreciándole con su soldadesca, y burlándose de él, Herodes le vistió con una ropa vistosa y le devolvió a Pilato. 12. Y se hicieron amigos Pilato y Herodes en aquel día, porque ambos estaban enemistados entre sí. Jesús sentenciado a muerte13. Pilato, convocando a los principales sacerdotes y a los jefes y al pueblo 14. les dijo: Me habéis presentado a este hombre como sublevando al pueblo, y he aquí yo, examinándole delante de vosotros, en nada hallé a este hombre culpable de lo que le acusáis, 15. ni tampoco Herodes, porque os envié a él y he aquí nada que merezca la muerte ha sido cometido por él. 16. Después de castigarle, le soltaré. 17. Tenía necesidad de soltarles a alguno en cada fiesta. 18. Dieron voces todos en masa, diciendo: Quita a éste, mas suéltanos a Barrabás, 19. el cual estaba echado en la cárcel por sedición hecha en la ciudad y por homicidio. 20. De nuevo, pues, Pilato les dirigió la palabra, queriendo soltar a Jesús; 21. mas ellos vociferaban diciendo: Crucifícale, crucifícale. 22. El, por tercera vez, les dijo: ¿Qué mal pues, hizo éste? Ninguna causa de muerte hallé en él. Después de castigarlo pues le soltaré. 23. Mas ellos insistían, pidiendo a grandes voces que fuese crucificado, e iban esforzándose las voces de ellos y de los principales sacerdotes. 24. Pilato pronunció que se hiciese lo que pedían. 25. Soltó pues al que por sedición y asesinato estaba echado en la cárcel, al cual pedían, y a Jesús le entregó a la voluntad de ellos. Crucifixión y muerte de Jesús26. Y como le llevasen, asiendo a Simón un cireneo que venía de la chacra, pusiéronle encima la cruz, para que la llevase tras Jesús. 27. Seguíale gran multitud de pueblo y de mujeres, las cuales se golpeaban el pecho, y le plañían. 28. Volviéndose hacia ellas, Jesús dijo: Hijas de Jerusalem: no lloréis por mí, más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos llorad, 29. porque he aquí vienen días en que dirán: Dichosas las estériles y los vientres que no dieron a luz, y los pechos que no criaron. 30. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros, y a los collados: Cubridnos, 31. porque si en el árbol verde hacen tales cosas, en el seco, ¿qué se hará?. 32. Se llevaron también otros dos malhechores para ser ajusticiados con él. 33. Y cuando vinieron al lugar llamado Calvario, allí le crucificaron a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34. Jesús decía: Padre, perdónales, pues no saben lo que hacen. Repartiéndose los vestidos de él, echaron suertes. 35. Y estaba el pueblo mirando. Se mofaban de él también los príncipes con ellos, diciendo: A otros salvó, sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. (Is. 42:2). 36. Se burlaban de él también los soldados, acercándose y ofreciéndole vinagre, 37. diciendo: Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38. Había también un título escrito sobre él en letras griegas, romanas y hebraicas: Este es el Rey de los judíos. 39. Uno de los malhechores colgados le insultaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40. Respondiendo el otro le reprendía, diciendo: ¿No temes tú a Dios, aunque sufras la misma condenación? 41. Y nosotros es justa mente, pues recibimos lo merecido de lo que cometimos; pero éste nada infame cometió. 42. Y decía a Jesús: Acuérdate de mí, Señor, cuando vengas en el reinado tuyo. 43. Y díjole Jesús: En verdad, te digo: hoy conmigo estarás en el paraíso. 44. Era como la hora de sexta y hubo tinieblas sobre toda la tierra, hasta la nona 45. y fué obscurecido el sol, y fué rasgado el velo del santuario por medio. 46. Y clamando a gran voz, Jesús dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Sal. 31:5). Y habiendo dicho esto expiró. 47. Viendo lo sucedido, el centurión glorificó a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. 48. Y todas las gentes que asistían a este espectáculo, después de ver lo sucedido, se volvían golpeándose el pecho. 49. Mas estaban todos sus conocidos a distancia, así como las mujeres que le habían acompañado desde Galilea, mirando estas cosas. Jesús es sepultado50. Y he aquí un varón por nombre José que era consejero, hombre bueno y justo. 51. (Este no había consentido al propósito y a la acción de ellos), oriundo de Arimatea, ciudad de los judíos, el cual también esperaba el reino de Dios. 52. Este acercando a Pilato pidió el cuerpo de Jesús. 53. Y bajándolo lo envolvió en una sábana y lo puso en un sepulcro labrado en la peña donde aún nadie había sido puesto. 54. Y era día de preparación, y el sábado rayaba. 55. V acompañando, las mujeres que habían venido con Jesús, de Galilea, miraron al sepulcro, y cómo fué puesto el cuerpo de él; 56. volviéndose prepararon aromas y perfumes. Y el sábado descansaron según el mandamiento. |