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sábado, agosto 17, 2024
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    Mateo 25 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    Parábola de las diez vírgenes

    1. Entonces será semejante el reino de los cielos a diez jóvenes las cuales tomando sus lámparas salieron al encuentro del esposo.

    2. De ellas, cinco eran necias y cinco prudentes.

    3. Las necias tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite,

    4. mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas con sus lámparas.

    5. Tardando el esposo, cabecearon todas y se durmieron.

    6. Mas a la media noche hubo un clamor: He aquí el esposo viene. Salid al encuentro de él.

    7. Entonces fueron despertadas todas aquellas jóvenes y aderezaron sus lámparas.

    8. Las necias dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan,

    9. Respondieron las prudentes: No sea que tal vez no baste a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.

    10. Mientras que ellas iban a comprar, vino el esposo; y las prontas entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta.

    11. Después vienen también las demás jóvenes, diciendo: ¡Señor! ¡Señor! ¡ábrenos!

    12. Mas él respondió: De cierto os digo, no os conozco.

    13. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el hijo del hombre viene.

    Parábola de los talentos

    14. En efecto, es así como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes;

    15. a quien le dio cinco talentos, a quien dos y a quien uno, a cada uno según la propia fuerza; y se ausentó.

    16. En seguida el que había recibido los cinco talentos fué y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos.

    17. Asimismo también el que había recibido los dos, ganó otros dos.

    18. Mas el que recibió el uno, fué y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

    19. Después de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos.

    20. Llegando el que recibió los cinco talentos, le presentó otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste, he aquí otros cinco talentos que gané con ellos.

    21. Díjole su señor: Bien, siervo bueno y fiel; sobre poco eras fiel; sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor.

    22. Llegando también el que recibió los dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí otros dos que gané sobre ellos.

    23. Díjole su señor: Bien, siervo bueno y fiel; sobre poco eras fiel; sobre mucho te pondré; entra' en el gozo de tu señor.

    24. Mas llegando también el que había recibido el un talento, dijo: Señor, te conocí por ser hombre duro, segando donde no sembraste, y allegando donde no esparciste;

    25. y temorizado fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo tuyo.

    26. Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que siego donde no sembré, y allego de donde no esparcí.

    27. Debías, pues, dar mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera cobrado lo mío con interés.

    28. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene los diez talentos,

    29. porque a todo el que tiene, se le dará, y habrá más y más, mas el que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

    30. Y al siervo inútil, echadle a las tinieblas de afuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

    El juicio de las naciones

    31. Cuando viniere el hijo del hombre en su gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en el trono de su gloria;

    32. y serán congregadas delante de él todas las gentes, y los apartará unos de otros, como el pastor aparta las ovejas de los cabritos ;

    33. y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a la izquierda.

    34. Entonces dirá el rey a los de su derecha: Venid los bendecidos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros, desde la fundación del mundo;

    35. porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me hospedasteis;

    36. desnudo, y me vestísteis; me enfermé, y me visitasteis; en cárcel estaba, y vinisteis a mí.

    37. Entonces le responderán los justos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te alimentamos? ¿o sediento, y te dimos de beber? y

    38. ¿cuándo te vimos forastero, y te hospedamos? ¿o desnudo y te vestimos?

    39. ¿cuándo te vimos enfermo y en cárcel y vinimos a ti?

    40. Y les responderá el Rey: De cierto os digo, que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, los más pequeños, a mí me lo hicisteis.

    41. Entonces dirá también a los de la izquierda: Idos de mí. los maldecidos, al fuego eterno, preparado al diablo y a sus ángeles,

    42. porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;

    43. era forastero, y no me hospedasteis; desnudo, y no me vestísteis; enfermo y en cárcel y no me visitasteis.

    44. Entonces les responderán también ellos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o forastero, o desnudo, o enfermo, o en cárcel, y no te servimos?

    45. Entonces les responderá: De cierto os digo, que en cuanto no lo hicisteis a uno de éstos, los más pequeños, ni a mí me lo hicisteis.

    46. E irán éstos a castigo eterno, y los justos a vida eterna.