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sábado, agosto 17, 2024
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    Santiago 5 - Pablo Besso (Nuevo Testamento)

    Contra los ricos opresores

    1. ¡Ea! ahora, vosotros los ricos, sollozad, aullando sobre las desgracias que os vienen encima.

    2. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están apolilladas;

    3. vuestro oro, vuestra plata están enmohecidos, y su orín será en testimonio contra vosotros y comerá vuestras carnes como fuego. Atesorasteis en postreros días.

    4. He aquí el salario de los obreros que cosecharon vuestros campos, retenido por vosotros, clama; y los clamores de los que segaron han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos.

    5. Os saciasteis sobre la tierra y vivisteis en delicias, cebasteis vuestros corazones como en día de matanza.

    6. Condenasteis, matasteis al justo, el que no os resiste.

    Sed pacientes y orad

    7. Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta la presencia del Señor. He aquí el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardándolo hasta que reciba la lluvia temprana y tardía.

    8. Tened paciencia, vosotros también, confortad vuestros corazones, porque la presencia del Señor está cerca.

    9. No os quejéis, hermanos, unos de otros, para que no seáis juzgados. He aquí el juez está a la puerta.

    10. Por dechado de sufrimientos y de paciencia tomad, hermanos, a los profetas que hablaron en el nombre del Señor.

    11. He aquí llamamos bienaventurados a los que soportaron; oísteis la sumisión de Job, y visteis el final del Señor, porque el Señor es compasivo y misericordioso.

    12. Ante todo, hermanos míos, no juréis ni por el cielo, ni por la tierra, ni en otro juramento, mas sea vuestro sí sí y el no no para que no caigáis bajo juicio.

    13. ¿Está padeciendo alguno entre vosotros? Ore. ¿Está alguno contento? Cante salmos.

    14. ¿Está enfermo alguno entre vos otros? Llame a los ancianos de la iglesia y oren por él, ungiéndole con aceite, en el nombre del Señor,

    15. y la oración de la fe salvará al enfermo y lo levantará el Señor. Y si hubiere hecho pe cados, le serán perdonados.

    16. Confesaos pues los unos a los otros las faltas, y orad los unos por los otros para que seáis sanados. Mucho puede una oración del justo con fervor.

    17. Elias era hombre de la misma naturaleza que nosotros, y oró que no lloviese, y no llovió sobre la tierra tres años y seis meses;

    18. y otra vez oró y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto (1 Rey. c. 17 y 18).

    19. Hermanos míos, si alguno entre vosotros fuese desviado de la verdad y alguno le convirtiere,

    20. sepa que el que convirtió a un pecador de su extravío salvará de la muerte el alma de él y cubrirá multitud de pecados. (Prov. 10:12.)