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jueves, julio 18, 2024
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    2 Reyes 19 - Palabra de Dios para Todos

    Judá es librado de Senaquerib

    1. Cuando el rey Ezequías escuchó esto, rasgó su vestido, se puso ropa áspera y se fue al templo* del Señor.

    2. Ezequías mandó a Eliaquín, administrador del palacio, al cronista Sebna y a los sacerdotes más ancianos, vestidos todos con ropas ásperas, a hablar con el profeta Isaías hijo de Amoz.

    3. Le dijeron a Isaías: «Ezequías dice: “Este es un día de angustia, un día que demuestra que estamos equivocados, un día como cuando una mujer a punto de dar a luz se queda sin fuerzas.

    4. Tal vez el Señor tu Dios haya oído las palabras del comandante a quien su amo, el rey de Asiria, mandó para insultar al Dios viviente. Que el Señor castigue al enemigo. Así que ora por la gente que todavía queda con vida”».

    5. Los funcionarios del rey Ezequías se acercaron a Isaías,

    6. y él les dijo: «Dale a tu amo Ezequías este mensaje: “El Señor dice: No tengas miedo de lo que digan los oficiales del rey de Asiria para burlarse de mí.

    7. Yo voy a poner en él un espíritu y él escuchará un rumor. Entonces volverá a su país y allí haré que lo maten”».

    8. El comandante del rey de Asiria se enteró de que el rey de Asiria se había ido de Laquis, así que se fue y encontró a su rey peleando contra Libná.

    9. Allí el rey de Asiria fue informado de que Tiracá, rey de Etiopía, había salido para pelear contra él. Así que el rey de Asiria envió nuevamente mensajeros a Ezequías, diciendo:

    10. A Ezequías, rey de Judá: «No te dejes engañar por la palabra del Dios en quien confías. Él te dice: “El rey de Asiria no derrotará a Jerusalén”.

    11. Tú ya sabes lo que los reyes de Asiria hicieron con los demás países que han querido destruir, ¿acaso crees que te vas a salvar tú?

    12. ¿Fueron capaces de librar los dioses a aquellas naciones que mis antepasados destruyeron? Destruyeron a Gozán, Jarán, Résef y a la gente de Edén que vivía en Telasar.

    13. ¿Donde están el rey de Jamat, el de Arfad, el de la cuidad de Sefarvayin, el de Hená y el de Ivá?»

    14. Ezequías recibió las cartas de los mensajeros y las leyó. Entonces Ezequías subió al templo * del Señor y abrió las cartas delante del Señor.

    15. Ezequías oró ante el Señor y dijo: «Señor, Dios de Israel que estás sentado entre los querubines*. Tú y sólo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra.

    16. Señor, te ruego que me escuches; abre tus ojos, Señor, y mira esta carta. Oye las palabras que Senaquerib ha enviado para insultar al Dios viviente.

    17. Es verdad, Señor que los reyes de Asiria destruyeron a todas esas naciones,

    18. arrojaron al fuego sus dioses, pero es que esos no eran dioses de verdad, sino de madera y piedra, estatuas hechas por el hombre, por eso los destruyeron.

    19. Así que, ahora, Señor Dios nuestro, sálvanos del rey de Asiria y así todos los reinos de la tierra sabrán que tú, Señor, eres el único Dios».

    20. Entonces Isaías hijo de Amoz mandó este mensaje a Ezequías: «El Señor, Dios de Israel, dice: “He escuchado la oración que me hiciste acerca de Senaquerib, rey de Asiria.

    21. Este es el mensaje del Señor en cuanto a Senaquerib: »”La hija virgen de Sión no piensa que eres importante. ¡Ella se ríe de ti! La hija virgen de Jerusalén mueve burlona la cabeza a tus espaldas.

    22. ¿A quién insultaste y de quién te reíste? ¿Contra quién hablaste? ¡Hablaste en contra del Santo de Israel! Actuaste como si fueras mejor que él.

    23. Mandaste a tus mensajeros para insultar al Señor. Dijiste: ‘Vine con muchos carros a los montes altos. Vine desde las profundidades del Líbano. Corté los cedros más altos y los mejores abetos del Líbano. Subí contra la parte más alta del Líbano, hasta el bosque más frondoso.

    24. Cavé pozos y bebí agua de lugares nuevos. Sequé los ríos de Egipto y caminé sobre tierra seca’.

    25. »”¿Pero no sabías que hace mucho yo determiné todas estas cosas? Desde los primeros días las formé para sacarlas hoy a la luz. Por eso has venido tú a convertir en montones de ruinas las ciudades fortificadas;

    26. Sus habitantes, desfallecidos, desesperanzados y avergonzados son como plantas del campo, pasto verde, como hierba que crece en el techo, que se quema antes de que haya crecido.

    27. Yo ya sé como terminarás, sé tu ida y tu venida y el enojo que has expresado contra mí.

    28. El odio que me expresaste ha llegado hasta mis oídos. Así que te voy a poner una argolla en la nariz, un freno en la boca, y te haré regresar por el camino por el que viniste.

    29. »”Esta será la señal que probará que este mensaje es verdadero: Este año comerán lo que crece por sí solo en el campo, el segundo año lo que crezca de ahí, y el tercer año sembrarán y cosecharán, plantarán viñedos y comerán de su fruto.

    30. Los sobrevivientes de la tribu de Judá echarán raíces abajo y darán fruto arriba.

    31. Porque de Jerusalén saldrán los que queden, del monte Sión saldrá un grupo de sobrevivientes, porque el celo del Señor hará que así suceda.

    32. »”Por eso así dice el Señor en cuanto al rey de Asiria: »”El no entrará en esta ciudad; no disparará ni una flecha aquí. No vendrá contra la ciudad con escudo ni tampoco hará una rampa de asedio contra ella.

    33. Volverá por el mismo camino por el que vino; no ocupará la ciudad. ¡El Señor así lo dice!

    34. Yo protegeré esta ciudad y la salvaré. Lo haré por mí mismo y por mi siervo David”».

    35. Esa misma noche el ángel del Señor salió y mató a ciento ochenta y cinco mil soldados del campamento asirio. A la mañana siguiente todos estaban muertos.

    36. Así que Senaquerib, rey de Asiria, regresó a Nínive y permaneció allí.

    37. Un día, cuando Senaquerib estaba adorando en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Sarézer lo mataron a espada y escaparon a la tierra de Ararat. Esarjadón, hijo de Senaquerib, reinó en su lugar.