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sábado, agosto 17, 2024
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    Hechos 19 - Peshita (Nuevo Testamento)

    Pablo en Efeso

    1. Y mientras Apolos se encontraba en Corinto, Pablo recorrió las regiones superiores. Luego se dirgió a Éfeso, y preguntaba a los discípulos que encontró allí,

    2. diciéndoles: ¿Recibieron el espíritu santo cuando creyeron? Ellos contestaron, diciéndole: Ni siquiera hemos escuchado si hay espíritu santo.

    3. Entonces les preguntó: ¿En qué, pues, fueron bautizados? Ellos contestaron: En el bautismo de Juan.

    4. Entonces Pablo les dijo: Juan bautizó al pueblo en el bautismo de arrepentimiento, diciendo que creyeran en Aquel que vendría después de él, esto es, en Jesucristo.

    5. Al escuchar ellos estas cosas, fueron bautizados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

    6. Y Pablo les impuso las manos, y vino sobre ellos el espíritu santo, y hablaban en diversas lenguas y profetizaban.

    7. Y en total eran doce varones.

    8. Entonces Pablo, entrando en la sinagoga, estuvo hablando audazmente durante tres meses, instruyendo sobre el reino de Dios,

    9. pero como algunos de ellos estaban endurecidos y se oponían y blasfemaban el Camino de Dios delante de la multitud de los gentiles, Pablo se apartó y separó de ellos a los discípulos, y cada día hablaba con ellos en la escuela de cierto varón llamado Tirano.

    10. Esto sucedió durante dos años, hasta que todos los habitantes de Asia, tanto judíos como paganos, escucharon la palabra del Señor.

    11. Y Dios hacía extraordinarios milagros por medio de Pablo,

    12. de modo tal que tomaban aún de la ropa que levaba puesta sobre su cuerpo, pañuelos o trozos de tela, y los colocaban sobre los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y hasta los espíritus malignos salían.

    13. Pero ciertos judíos, exorcistas ambulantes, trataban de exorcizar en el nombre de nuestro Señor Jesús a los que tenían espíritus inmundos, diciendo: Los conjuramos a que salgan en el nombre de Jesús, el que proclama Pablo.

    14. Siete hijos de cierto varón judío, sumo sacerdote, cuyo nombre era Esceva, hacían esto;

    15. pero contestando el espíritu maligno, les dijo: A Jesús reconozco y se quién es Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?

    16. Y lanzándose sobre ellos el varón que tenía el espíritu maligno, los dominó, humillándolos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

    17. Y se enteraron de esto todos los judíos y paganos que moraban en Éfeso, y sobrevino temor sobre todos ellos, y el nombre de nuestro Señor Jesucristo era enaltecido.

    18. Y muchos de los que habían creído venían y declaraban sus transgresiones, confesando las cosas que habían practicado.

    19. Así mismo muchos magos, juntando sus libros, los trajeron y los quemaron delante de todos, y ellos calcularon su precio, el cual ascendía a cincuenta mil piezas de plata.

    20. De este modo, con gran poder, la fe de Dios[8] prevalecía y se expandía.

    21. Y habiendo pasado estas cosas, Pablo se propuso recorrer toda Macedonia y Acaya y dirigirse a Jerusalén, y dijo: Después de que haya ido allí, debo visitar también Roma.

    22. Entonces envió a dos de sus asistentes a Macedonia: a Timoteo y a Erasto, pero él permaneció por algún tiempo en Asia.

    El alboroto en Efeso

    23. En aquel tiempo se suscitó un gran alboroto por causa del Camino de Dios,

    24. porque había allí cierto hombre que trabajaba la plata cuyo nombre era Demetrio, que hacía templecillos de plata para Artemisa[9], generando a sus compañeros de oficio grandes ganancias.

    25. Habiendo reunido este a todos sus compañeros de oficio y a los que trabajaban con ellos, les dijo: Varones, ustedes comprenden que el total de nuestra ganancia proviene de esta ocupación.

    26. Además escuchan y miran que no solamente a los ciudadanos de Éfeso, sino también a una multitud de toda Asia, este Pablo ha convencido y hecho retractarse, diciendo que los que son elaborados por manos humanas no son dioses,

    27. y no solamente este oficio está siendo desacreditado y tenido por nada, sino aún el templo de la gran diosa Artemisa es considerado como nada, y aún ella, la diosa de toda Asia, la que todos los pueblos veneran, es menospreciada.

    28. Al escuchar estas cosas, se llenaron de ira y gritaban, diciendo: ¡Grande es Artemisa de los efesios!

    29. Entonces la ciudad entera se perturbó, y corriendo juntos se dirigieron al teatro, donde arrebataron y llevaron con ellos a Gayo y a Aristarco, varones macedonios, que eran compañeros de Pablo.

    30. Y Pablo quería entrar al teatro, pero se lo impidieron los discípulos.

    31. También las autoridades de Asia, puesto que eran sus amigos, mandaron a rogarle que no arriesgara su vida entrando al teatro.

    32. Y las multitudes que estaban en el teatro estaban muy confundidas, porque unos gritaban una cosa y otros otra, y muchos de ellos ignoraban la razón por la cual habían sido reunidos.

    33. Pero el pueblo de los judíos que estaba allí, nombró a un varón judío de entre ellos cuyo nombre era Alejandro, que poniéndose de pie, hizo señas con su mano, y quería presentar defensa ante el pueblo.

    34. Pero cuando se enteraron de que era judío, gritaron todos a una voz como por dos horas: ¡Grande es Artemisa de los efesios!

    35. Entonces el magistrado los calmó, diciendo: Varones efesios, ¿quién entre los hombres no sabe que la ciudad de los efesios es la guardiana del templo de la gran Artemisa y de su imagen que bajó del cielo?;

    36. y ya que ninguno puede rebatir esto, ustedes deben estar en calma y no hacer nada precipitadamente,

    37. porque han traído a estos hombres que no han hurtado templos ni han ofendido a nuestra diosa.

    38. Pero si este Demetrio y sus colegas tienen controversia con alguno, he aquí, hay procónsul en la ciudad. Que se presenten los artesanos y discutan los unos con los otros.

    39. Y si demandan alguna cosa, sea solucionado en legítima asamblea,

    40. porque también ahora estamos en riesgo de ser acusados como insubordinados, pues no podríamos excusarnos por la asamblea de este día que sin necesidad ha sido reunida y ha hecho alboroto sin razón.

    41. Y habiendo dicho estas cosas, despidió a la multitud.