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miércoles, julio 17, 2024
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    Hechos 23 - Peshita (Nuevo Testamento)

    1. Entonces Pablo, viendo fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos míos, yo he andado con toda buena conciencia ante Dios hasta el día de hoy.

    2. Y el sacerdote Ananías ordenó a los que estaban junto a él que golpearan a Pablo en la boca.

    3. Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a tí, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado juzgándome de acuerdo a la ley, mientras tú transgrediendo la ley ordenas que me golpeen?

    4. Y los que estaban allí le dijeron: ¿Al sacerdote de Dios injurias?

    5. Pablo les dijo: Ignoraba, hermanos míos, que era el sacerdote, porque está escrito: "NO MALDECIRÁS AL PRÍNCIPE DE TU PUEBLO".

    6. Al darse cuenta Pablo de que algunos del pueblo eran saduceos y otros fariseos, levantó la voz en la asamblea, diciendo: ¡Varones hermanos míos!, yo soy fariseo, hijo de fariseos, y soy juzgado por causa de la esperanza de la resurrección de los muertos.

    7. Y habiendo dicho esto, los fariseos y los saduceos se pusieron unos contra otros, y el pueblo se dividió,

    8. porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritu, pero los fariseos afirman todo esto.

    9. Entonces hubo un gran vocerío, y levantándose algunos escribas que estaban a favor de los fariseos, disputaban contra ellos, diciendo: No encontramos mal alguno en este varón, porque ¿qué hay si algún espíritu o algún ángel le ha hablado?

    10. Entonces se suscitó entre ellos un gran alboroto, y temiendo el capitán que Pablo fuera destrozado por ellos, envió soldados a que lo arrebataran de entre ellos y lo introdujeran al cuartel.

    11. Y cuando se hizo de noche, nuestro Señor se le apareció a Pablo, y le dijo: Sé fuerte, porque así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, así también testificarás en Roma.

    Complot contra Pablo

    12. Y cuando amaneció, reuniéndose algunos de los judíos, se comprometieron bajo maldición diciendo que no comerían ni beberían hasta haber dado muerte a Pablo.

    13. Los que confirmaron este pacto por juramentos eran más de cuarenta hombres,

    14. y acercándose ellos a los sacerdotes y a los ancianos, dijeron: Nos hemos comprometido bajo maldición diciendo que no probaremos nada hasta haber dado muerte a Pablo.

    15. Por tanto, ahora ustedes y los dirigentes del concilio soliciten al capitán que lo traiga ante ustedes como si desearan investigar con mayor detenimiento su asunto, y nosotros estaremos preparados para darle muerte antes de que llegue a ustedes.

    16. Y habiendo escuchado un hijo de la hermana de Pablo acerca de esta emboscada, se introdujo al cuartel y se lo comunicó a Pablo.

    17. Entonces Pablo envió a que llamaran a uno de los centuriones, y le dijo: Lleva a este joven ante el capitán, porque tiene algo que decirle.

    18. Y el centurión tomó al joven y lo llevó ante el capitán, y dijo: El preso Pablo me llamó y me solicitó que trajera a este joven ante tí, porque tiene algo que decirte.

    19. Entonces el capitán tomó de la mano al joven, y llevándolo aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme?

    20. Y el joven le respondió: Los judíos se han propuesto pedirte que hagas bajar mañana a Pablo ante su concilio como si quisieran saber algo más respecto a él.

    21. Por tanto, no te dejes convencer por ellos, porque he aquí, más de cuarenta hombres de ellos lo esperan en una emboscada y se comprometieron bajo maldición diciendo que no comerían ni beberían hasta darle muerte, y ahora están preparados esperando tu respuesta.

    22. Enseguida el capitán, despidiendo al joven, le encargó que nadie se enterara de que le había informado estas cosas.

    Pablo es enviado a Félix el gobernador

    23. Y llamando a dos centuriones, les dijo: Vayan y preparen doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos arqueros diestros, para que a las nueve de la noche salgan hacia Cesarea,

    24. y también preparen una bestia para que Pablo la monte, y llévenlo a salvo ante el gobernador Félix.

    25. Enseguida escribió una carta y se las entregó, la cual decía así:

    26. "Claudio Lisias, al excelentísimo gobernador Félix: Saludos.

    27. Los judíos han apresado a este varón para darle muerte, pero me levanté junto con los soldados y lo rescaté al enterarme de que era ciudadano romano,

    28. y procurando saber la causa por la cual lo acusaban, lo llevé ante su concilio,

    29. y hallé que lo acusaban por cargos concernientes a su ley, pero no había cargo que mereciera la cárcel o la muerte para él,

    30. y al ser informado de que los judíos planeaban tenderle una emboscada, de inmediato lo envié a tí y ordené a sus acusadores que fueran y presentaran los cargos contra él ante tí. Pásale bien".

    31. Enseguida los soldados, tomando a Pablo durante la noche conforme a lo que se les había ordenado, lo llevaron hacia la ciudad de Antípatris.

    32. Al otro día, los jinetes despidieron a los de infantería para que regresaran al cuartel.

    33. Entonces lo llevaron a Cesarea, y habiendo entregado la carta al gobernador, presentaron a Pablo ante él.

    34. Y después de leer la carta, le preguntó de que provincia era, y cuando se enteró de que era de Cilicia,

    35. le dijo: Te escucharé cuando vengan tus acusadores, y ordenó que lo retuvieran en el Pretorio[11] de Herodes.