28.2 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Juan 8 - Peshita (Nuevo Testamento)

    1. Entonces Jesús se fue al Monte de Los Olivos,

    2. y por la mañana nuevamente vino al templo. Y todo el pueblo venía a Él, y sentándose, les enseñaba.

    3. Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio,

    4. le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida flagrantemente en el acto mismo del adulterio.

    5. En la ley de Moisés se nos ordena apedrear a tales personas: Tú, pues, ¿qué dices?

    6. Decían esto para probarlo, para tener así de qué acusarlo, pero Jesús, inclinado, escribía en el suelo.

    7. Pero ellos insistían en preguntarle, y enderezándose, les dijo: El que esté sin pecado de entre ustedes, sea el primero en lanzarle una piedra,

    8. y se inclinó nuevamente, y escribía en el suelo.

    9. Y al escucharlo ellos, se fueron retirando uno por uno empezando desde los más viejos, hasta que la mujer que estaba en medio fue dejada sola.

    10. Jesús se enderezó, y dijo a la mujer: ¿Dónde están ellos? ¿Nadie te condenó?

    11. Ella contestó: Nadie, Señor. Entonces Jesús le dijo: Vete, y de ahora en adelante no peques más.

    Jesús, la luz del mundo

    12. Nuevamente Jesús les habló, y dijo: Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que encontrará para sí la luz de la vida.

    13. Le dijeron los fariseos: Tú testificas respecto a tí mismo; tu testimonio no es válido.

    14. Contestó Jesús, y les dijo: Aunque yo testifico respecto a mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y adónde voy, pero ustedes ignoran de dónde he venido y adónde voy.

    15. Ustedes juzgan conforme a la carne. Yo no juzgo a nadie,

    16. pero si juzgo, mi juicio es válido, pues no soy yo solo, sino yo y mi Padre que me ha enviado.

    17. Está escrito en la ley de ustedes que el testimonio de dos hombres es válido.

    18. Yo soy el que testifico respecto a mí mismo, y mi Padre que me ha enviado testifica acerca de mí.

    19. Ellos le preguntaron: ¿Dónde está tu padre? Jesús resondió, y les dijo: Ni a mí me conocen ni a mi Padre. Si me conocieran a mí, también conocerían a mi Padre.

    20. Estas palabras dijo en la casa del tesoro, mientras enseñaba en el templo, y ninguno lo aprehendió, porque todavía no había llegado su hora.

    A donde yo voy, vosotros no podéis venir

    21. Nuevamente les dijo Jesús: Me voy y me buscarán, pero morirán en sus pecados; y a donde yo voy, no pueden ir ustedes.

    22. Los judíos decían: ¿Acaso se va a suicidar, pues dice: "A donde yo voy, no pueden ir ustedes"?

    23. Pero Él les dijo: Ustedes son de abajo, yo soy de arriba. Ustedes pertenecen a este mundo, yo no pertenezco a este mundo.

    24. Por eso les dije que morirán en sus pecados, porque si no creen que yo soy, morirán en sus pecados.

    25. Los judíos decían: ¿Quién eres tú? Jesús les contestó: A pesar de que fue con ustedes con quienes empecé a hablar,

    26. tengo muchas cosas que decir y juzgar respecto a ustedes, pero el que me ha enviado es verdadero, y las cosas que yo he escuchado de Él, son las que hablo en el mundo.

    27. Pero no comprendieron que les hablaba del Padre.

    28. Jesús les dijo de nuevo: Una vez que ustedes hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces comprenderán que yo soy, y que no hago nada por mi propia cuenta, sino que hablo tal como mi Padre me enseñó.

    29. El que me ha enviado está conmigo. Mi Padre nunca me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada.

    30. Cuando habló estas cosas, muchos creyeron en Él.

    La verdad os hará libres

    31. Entonces Jesús dijo a los judíos que habían creído en Él: Si ustedes permanecen en mi palabra, verdaderamente serán mis discípulos,

    32. y conocerán la verdad y la verdad los libertará.

    33. Ellos le contestaron: Nosotros somos linaje de Abraham y nunca hemos servido como esclavos a nadie.

    34. Jesús les dijo: De cierto, de cierto les digo: todo el que comete pecado, es esclavo del pecado,

    35. y el esclavo no se queda en la casa para siempre, pero el hijo permanece para siempre.

    36. Así que, si el Hijo los hace libres, serán verdaderamente libres[7].

    37. Se que son linaje de Abraham, pero pretenden matarme porque ustedes no pueden recibir mi palabra.

    38. Lo que yo he visto con mi Padre, eso hablo, y ustedes hacen lo que han visto con su padre.

    Sois de vuestro padre el diablo

    39. Le contestaron, diciendo: Abraham es nuestro padre, Jesús les dijo: Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham,

    40. pero ahora, he aquí, pretenden matarme, a mí, un Hombre que les ha hablado la verdad, la cual he escuchado de Dios. Abraham no hizo esto.

    41. Pero ustedes ponen por obra las acciones de su padre. Ellos le dijeron: Nosotros no nacimos de fornicación; un Padre tenemos, que es Dios.

    42. Jesús les dijo: Si su Padre fuera Dios, me amarían, puesto que he salido y he venido de Dios. No he venido por mi propia cuenta, sino que Él me ha enviado.

    43. ¿Por qué ustedes no comprenden mi palabra? Porque no pueden escuchar mi palabra.

    44. Ustedes son del padre Acusador, y el deseo de su padre quieren poner por obra; el que es homicida desde el principio y que no ha permanecido en la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando habla, habla su propia mentira, porque es mentiroso y padre de la mentira,

    45. pero a mí, que hablo la verdad, no me creen.

    46. ¿Quién de ustedes me reprende por causa de pecado? Y si digo la verdad, ¿por qué no me creen?

    47. El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; por eso ustedes no las escuchan, porque no son de Dios.

    La preexistencia de Cristo

    48. Los judíos contestaron, y le dijeron: ¿No tenemos razón al decir que eres samaritano y que tienes espíritu maligno?

    49. Jesús les dijo: Yo no tengo espíritu maligno, sino honro a mi Padre, pero ustedes me desprecian.

    50. Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga.

    51. De cierto, de cierto les digo que el que guarde mi palabra, nunca verá muerte.

    52. Los judíos le dijeron: Ahora sabemos que tienes espíritu maligno. Abraham y los profetas han muerto, pero tú dices: "El que guarde mi palabra no experimentará la muerte para siempre".

    53. ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, que murió?, ¿o que los profetas, que han muerto? ¿Quién te haces a tí mismo?

    54. Jesús les dijo: Si yo mismo me glorifico, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que ustedes dicen: "Él es nuestro Dios".

    55. Ustedes no lo conocen, pero yo lo conozco, y si dijera que no lo conozco, sería mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y guardo su palabra.

    56. Abraham su padre anhelaba ver mi día, y habiéndolo visto, se regocijó.

    57. Los judíos le dijeron: Todavía no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

    58. Jesús les contestó: De cierto, de cierto les digo: Antes de que Abraham existiera, yo soy.

    59. Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se ocultó y salió del templo, y pasando por en medio de ellos, se marchó.