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viernes, julio 19, 2024
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    Ezequiel 21 - Reina Valera 1865

    La espada afilada de Jehová

    1. Y FUÉ palabra, de Jehová a mí, diciendo:

    2. Hijo del hombre, pon tu rostro contra Jerusalem, y gotéa sobre los santuarios, y profetiza sobre la tierra de Israel.

    3. Y dirás a la tierra de Israel: Así dijo Jehová: He aquí que yo contra tí: y yo sacaré mi espada de su vaina, y talaré de tí al justo, y al impío:

    4. Y por cuanto talaré de tí al justo y al impío, por tanto mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el mediodía hasta el aquilón:

    5. Y sabrá toda carne que yo Jehová saqué mi espada de su vaina: no volverá más.

    6. Y tú, hijo del hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos, y con amargura: gime delante de los ojos de ellos.

    7. Y será, que cuando te dijeren: ¿por qué gimes tú? dirás: Por la fama que viene; y todo corazón se desleirá, y todas manos se enflaquecerán, y todo espíritu se angustiará, y todas rodillas se irán en aguas: he aquí que viene, y hacerse ha, dijo el Señor Jehová.

    8. Y fué palabra de Jehová a mí, diciendo:

    9. Hijo del hombre, profetiza, y dí: Así dijo el Señor Jehová: Dí: La espada, la espada está aguzada; y aun está acicalada:

    10. Para degollar víctimas está aguzada, para que relumbre está acicalada. ¿Alegrarnos hemos? a la vara de mi hijo menospreciando todo árbol.

    11. Y dióla a acicalar para tener en la mano: la espada está aguzada, y ella está acicalada para entregarla en mano del matador.

    12. Clama, y aulla, o! hijo del hombre, porque esta será sobre mi pueblo, esta será sobre todos los príncipes de Israel: temores de espada serán a mi pueblo: por tanto hiere el muslo:

    13. Por que ella será prueba. ¿Y qué sería, si no menospreciase la vara? dijo el Señor Jehová.

    14. Tú pues, hijo del hombre, profetiza, y bate una mano con otra, y dóblese la espada la tercera vez, la espada de muertos: esta es espada de gran matanza que los penetrará,

    15. Para que el corazón se deslía, y los tropezones se multipliquen. En todas las puertas de ellos he dado espanto de espada: ¡ay! que es hecha para que relumbre, y es aderezada para degollar.

    16. Ponte a una parte, ponte a la diestra, o ponte a la siniestra, hacia donde tu rostro se determinare.

    17. Y yo también batiré mi mano con mi mano, y haré descansar mi ira. Yo Jehová he hablado.

    18. Y fué palabra de Jehová a mí, diciendo:

    19. Y tú, hijo del hombre, señálate dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia: de una misma tierra salgan ámbos; y haz un ejército: en el principio del camino de la ciudad lo harás.

    20. El camino señalarás por donde venga la espada a Rabbat de los hijos de Ammón, y a Judá en Jerusalem la fuerte.

    21. Porque el rey de Babilonia se paró en una encrucijada, al principio de dos caminos, para adivinar adivinación acicaló saetas: consultó en ídolos, miró el hígado.

    22. La adivinación fué a su mano derecha, sobre Jerusalem, para poner capitanes, para abrir la boca a la matanza, para levantar la voz en grito, para poner ingenios contra las puertas, para fundar baluarte, y edificar fuerte.

    23. Y serles ha como quien adivina mentira en sus ojos, por estar juramentados con juramentos a ellos: mas él trae a la memoria la maldad, para prenderlos.

    24. Por tanto así dijo el Señor Jehová: Por cuanto habéis hecho venir en memoria vuestras maldades, manifestando vuestras traiciones, y descubriendo vuestros pecados en todas vuestras obras: por cuanto habéis venido en memoria, seréis tomados a mano.

    25. Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día vino en el tiempo de la consumación de la maldad.

    26. Así dijo el Señor Jehová: Quita la mitra, quita la corona: esta no será siempre esta: al bajo alzaré, y al alto abajaré.

    27. Del revés, del revés, del revés la tornaré: y no será esta más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo la entregaré.

    Juicio contra los amonitas

    28. Y tú hijo del hombre profetiza, y dirás: Así dijo el Señor Jehová sobre los hijos de Ammón, y su vergüenza: dirás pues: La espada, la espada está desvainada para degollar, acicalada para consumir con resplandor.

    29. Profetízante vanidad, adivínante mentira, para entregarte con los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en tiempo de la consumación de la maldad.

    30. ¿Tornarla he a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido te tengo de juzgar.

    31. Y derramaré sobre tí mi ira: el fuego de mi enojo haré encender sobre tí, y yo te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de destrucción.

    32. Del fuego serás para ser consumida: tu sangre será en medio de la tierra: no habrá más memoria de tí; porque yo Jehová he hablado.