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sábado, agosto 17, 2024
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    Apocalipsis 11 - Reina Valera 1995

    Los dos testigos

    1. Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir y se me dijo: "Levántate y mide el templo de Dios[1] y el altar y a los que adoran en él.

    2. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles. Ellos hollarán la ciudad santa[2] cuarenta y dos meses.[3]

    3. Y ordenaré a mis dos testigos[4] que profeticen por mil doscientos sesenta días,[5] vestidos con ropas ásperas".[6]

    4. Estos testigos son los dos olivos y los dos candelabros que están de pie delante del Dios de la tierra.[7]

    5. Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos y devora a sus enemigos; si alguno quiere hacerles daño, debe morir de la misma manera.

    6. Estos tienen poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva en los días de su profecía;[8] y tienen poder sobre las aguas, para convertirlas en sangre[9] y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quieran.

    7. Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia[10] que sube del abismo[11] hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará.

    8. Sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.[12]

    9. Gentes de todo pueblo, tribu, lengua y nación verán sus cadáveres por tres días y medio y no permitirán que sean sepultados.

    10. Los habitantes de la tierra se regocijarán sobre ellos, se alegrarán y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían atormentado a los habitantes de la tierra.

    11. Pero después de tres días y medio el espíritu de vida enviado por Dios entró en ellos, se levantaron sobre sus pies[13] y cayó gran temor sobre los que los vieron.

    12. Entonces oyeron una gran voz del cielo, que les decía: "¡Subid acá!" Y subieron al cielo en una nube,[14] y los vieron sus enemigos.

    13. En aquella hora hubo un gran terremoto[15] y la décima parte de la ciudad se derrumbó. Por el terremoto murieron siete mil hombres. Los demás se aterrorizaron y dieron gloria al Dios del cielo.[16]

    14. El segundo ay pasó. He aquí que el tercer ay viene pronto.[17]

    La séptima trompeta

    15. [18] El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: "Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos".[19]

    16. Los veinticuatro ancianos que estaban sentados en sus tronos delante de Dios, se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios,[20]

    17. diciendo: "Te damos gracias,Señor Dios Todopoderoso, el que eres, que eras y que has de venir,[21] porque has tomado tu gran poder y has reinado.

    18. Las naciones se airarony tu ira ha venido:[22] el tiempo de juzgar a los muertos, de dar el galardóna tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes,[23] y de destruir a los que destruyen la tierra".

    19. El templo de Dios fue abierto en el cielo, y el Arca de su pacto[24] se dejó ver en el templo. Hubo relámpagos, voces,[25] truenos, un terremoto y granizo grande.[26]