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miércoles, julio 17, 2024
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    Hechos 1 - Reina Valera 1995

    La promesa del Espíritu Santo

    1. En mi primer escrito,[1] Teófilo,[2] me referí a todas las cosas que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo

    2. hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido.

    3. A ellos también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.[3]

    4. Y estando juntos, les ordenó: --No salgáis de Jerusalén, sino esperad la promesa del Padre,[4] la cual oísteis de mí,[5]

    5. porque Juan ciertamente bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo[6] dentro de no muchos días.

    La ascensión

    6. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: --Señor, ¿restaurarás el reino a Israel[7] en este tiempo?

    7. Les dijo: --No os toca a vosotros saber los tiempos o las ocasiones[8] que el Padre puso en su sola potestad;

    8. pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.[9]

    9. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y lo recibió una nube que lo ocultó de sus ojos.[10]

    10. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,

    11. los cuales les dijeron: --Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como lo habéis visto ir al cielo.[11]

    Elección del sucesor de Judas

    12. Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar,[12] el cual está cerca de Jerusalén, camino de un sábado.

    13. Cuando llegaron, subieron al aposento alto, donde se alojaban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.[13]

    14. Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.[14]

    15. En aquellos días Pedro[15] se levantó en medio de los hermanos (los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo:

    16. --Hermanos,[16] era necesario que se cumpliera la Escritura[17] que el Espíritu Santo, por boca de David, había anunciado acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús,

    17. y era contado con nosotros y tenía parte en este ministerio.

    18. Este, pues, que había adquirido un campo con el salario de su iniquidad, cayó de cabeza y se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.

    19. Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua,[18] Acéldama (que significa "Campo de sangre"),[19]

    20. porque está escrito en el libro de los Salmos: ""Sea hecha desierta su habitación y no haya quien more en ella",[20] "y: ""Tome otro su oficio".[21]

    21. "Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros,

    22. comenzando desde el bautismo de Juan[22] hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho con nosotros testigo de su resurrección.

    23. Entonces propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías.

    24. Y orando, dijeron: "Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido,

    25. para que tome la parte de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar".[23]

    26. Entonces echaron suertes sobre ellos, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.