30.7 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Hechos 2 - Reina Valera 1995

    La venida del Espíritu Santo

    1. [1] Cuando llegó el día de Pentecostés[2] estaban todos unánimes juntos.

    2. De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban;

    3. y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego,[3] asentándose sobre cada uno de ellos.

    4. Todos fueron llenos del Espíritu Santo[4] y comenzaron a hablar en otras lenguas,[5] según el Espíritu les daba que hablaran.

    5. Vivían entonces en Jerusalén judíos piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.[6]

    6. Al oir este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.

    7. Estaban atónitos y admirados, diciendo: --Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?

    8. ¿Cómo, pues, los oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?

    9. Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto y Asia,

    10. Frigia y Panfilia, Egipto y las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,

    11. cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.[7]

    12. Estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: --¿Qué quiere decir esto?

    13. Pero otros, burlándose, decían: --Están borrachos.[8]

    Primer discurso de Pedro

    14. [9] Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: "Judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras,

    15. pues estos no están borrachos, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.[10]

    16. Pero esto es lo dicho por el profeta Joel:

    17. " "En los postreros días --dice Dios--, derramaré de mi Espíritusobre toda carne,[11] y vuestros hijos y vuestras hijasprofetizarán;[12] vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños;

    18. y de cierto sobre mis siervosy sobre mis siervas, en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

    19. Y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre, fuego y vapor de humo;[13]

    20. el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y glorioso.

    21. Y todo aquel que invoqueel nombre del Señor, será salvo".[14]

    22. "Israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis;

    23. a este, entregado[15] por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios,[16] prendisteis y matasteis por manos de inicuos,[17] crucificándolo.

    24. Y Dios lo levantó,[18] sueltos los dolores de la muerte,[19] por cuanto era imposible que fuera retenido por ella,

    25. pues David dice de él: ""Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra,no seré conmovido.

    26. Por lo cual mi corazón se alegróy se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza,[20]

    27. porque no dejarás mi alma en el Hades[21] ni permitirás que tu Santo[22] vea corrupción.

    28. Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia".[23]

    29. "Hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy.

    30. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia en cuanto a la carne levantaría al Cristo para que se sentara en su trono,[24]

    31. viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades ni su carne vio corrupción.

    32. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

    33. Así que, exaltado por la diestra de Dios[25] y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.

    34. David no subió a los cielos, pero él mismo dice: ""Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra

    35. hasta que ponga a tus enemigospor estrado de tus pies ".footnote rnd=211412113 idx=26 b2.34-35/b Sal 110.1; cf. el uso que hizo Jesús del mismo salmo en Mt 22.43-45 y paralelos, y véase Mt 22.44 n. /footnote p>

    36. "Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Cristo".[27]

    37. Al oir esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: --Hermanos, ¿qué haremos?

    38. Pedro les dijo: --Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo[28] para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo,[29]

    39. porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llame.[30]

    40. Y con otras muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: --Sed salvos de esta perversa generación.[31]

    41. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas.

    42. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan[32] y en las oraciones.

    La vida de los primeros cristianos

    43. [33] Sobrevino temor a toda persona, y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.

    44. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas:

    45. vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.

    46. Perseveraban unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan[34] en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón,

    47. alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.