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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 13 - Reina Valera 1995

    Arrepentíos o pereceréis

    1. En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos.[1]

    2. Respondiendo Jesús, les dijo: --¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que los demás galileos?

    3. Os digo: no, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

    4. O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé[2] y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén?

    5. Os digo: no, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

    Parábola de la higuera estéril

    6. [3] Dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella y no lo halló.[4]

    7. Y dijo al viñador: "Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo hallo. ¡Córtala! ¿Para qué inutilizar también la tierra?"

    8. Él entonces, respondiendo, le dijo: "Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella y la abone.

    9. Si da fruto, bien; y si no, la cortarás después"".[5]

    Jesús sana a una mujer en el día de reposo

    10. [6] Enseñaba Jesús en una sinagoga en sábado,[7]

    11. y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada y en ninguna manera se podía enderezar.

    12. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: --Mujer, eres libre de tu enfermedad.

    13. Puso las manos sobre ella, y ella se enderezó al momento y glorificaba a Dios.

    14. Pero el alto dignatario de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiera sanado en sábado, dijo a la gente: --Seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en sábado.[8]

    15. Entonces el Señor le respondió y dijo: --¡Hipócrita!, ¿no desatáis vosotros vuestro buey o vuestro asno del pesebre y lo lleváis a beber en sábado?[9]

    16. Y a esta hija de Abraham,[10] que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en sábado?

    17. Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.

    Parábola de la semilla de mostaza

    18. Dijo: --¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé?

    19. Es semejante al grano de mostaza[11] que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.[12]

    Parábola de la levadura

    20. Y volvió a decir: --¿A qué compararé el reino de Dios?

    21. Es semejante a la levadura que una mujer tomó y mezcló con tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado.

    La puerta estrecha

    22. [13] Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, mientras se encaminaba a Jerusalén.[14]

    23. Alguien preguntó: --Señor, ¿son pocos los que se salvan? Él les dijo:

    24. --Esforzaos a entrar por la puerta angosta, porque os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.[15]

    25. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: "Señor, Señor, ábrenos", él, respondiendo, os dirá: "No sé de dónde sois".[16]

    26. Entonces comenzaréis a decir: "Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste".

    27. Pero os dirá: "Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad".[17]

    28. Allí será el llanto y el crujir de dientes,[18] cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.

    29. Vendrán gentes del oriente y del occidente, del norte y del sur,[19] y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.[20]

    30. Hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.[21]

    Lamento de Jesús sobre Jerusalén

    31. Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: --Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.[22]

    32. Él les dijo: --Id y decid a aquella zorra:[23] "Echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra".

    33. Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino, porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.[24]

    34. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas[25] y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste![26]

    35. Vuestra casa[27] os es dejada desierta; y os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el tiempo en que digáis: "Bendito el que viene en nombre del Señor".[28]