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    Mateo 13 - Reina Valera 1995

    Parábola del sembrador

    1. [1] Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.

    2. Se le acercó mucha gente, así que él, entrando en la barca, se sentó,[2] y toda la gente estaba en la playa.

    3. Les habló muchas cosas por parábolas,[3] diciendo: "El sembrador salió a sembrar.

    4. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y la comieron.

    5. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

    6. pero cuando salió el sol, se quemó y, como no tenía raíz, se secó.[4]

    7. Parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron.

    8. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta y cuál a treinta por uno.

    9. El que tiene oídos para oir, oiga".

    Propósito de las parábolas

    10. Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron: --¿Por qué les hablas por parábolas?

    11. Él, respondiendo, les dijo: --Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino[5] de los cielos, pero a ellos no les es dado,

    12. pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.[6]

    13. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.

    14. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: ""De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis,

    15. porque el corazón de este pueblose ha entorpecido, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni con el corazón entiendan, ni se conviertan y yo los sane".[7]

    16. "Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

    17. De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oir lo que oís, y no lo oyeron.[8]

    Jesús explica la parábola del sembrador

    18. "Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:

    19. Cuando alguno oye la palabra del reino[9] y no la entiende, viene el malo[10] y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

    20. El que fue sembrado en pedregales es el que oye la palabra y al momento la recibe con gozo,

    21. pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

    22. El que fue sembrado entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

    23. Pero el que fue sembrado en buena tierra es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno.

    Parábola del trigo y la cizaña

    24. Les refirió otra parábola, diciendo: "El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;

    25. pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña[11] entre el trigo, y se fue.

    26. Cuando brotó la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.

    27. Fueron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?"

    28. Él les dijo: "Un enemigo ha hecho esto". Y los siervos le dijeron: "¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?"

    29. Él les dijo: "No, no sea que al arrancar la cizaña arranquéis también con ella el trigo.

    30. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega, y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero "".

    Parábola de la semilla de mostaza

    31. Otra parábola les refirió, diciendo: "El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza[12] que un hombre tomó y sembró en su campo.

    32. Esta es a la verdad la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la mayor de las hortalizas y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas".[13]

    Parábola de la levadura

    33. Otra parábola les dijo: "El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado".

    El uso que Jesús hace de las parábolas

    34. [14] Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba,

    35. para que se cumpliera lo que dijo el profeta: "Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo".[15]

    36. Entonces, después de despedir a la gente, entró Jesús en la casa. Se le acercaron sus discípulos y le dijeron: --Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

    37. Respondiendo él, les dijo: --El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre.

    38. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino, y la cizaña son los hijos del malo.[16]

    39. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega[17] es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

    40. De manera que, así como se arranca la cizaña y se quema en el fuego, así será en el fin de este mundo.

    41. Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y recogerán de su Reino a todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen maldad,

    42. y los echarán en el horno de fuego;[18] allí será el lloro y el crujir de dientes.[19]

    43. Entonces los justos resplandecerán como el sol[20] en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oir, oiga.

    El tesoro escondido

    44. "Además el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo,[21] el cual un hombre halla y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

    La perla de gran precio

    45. "También el reino de los cielos es semejante a un comerciante que busca buenas perlas,

    46. y al hallar una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

    La red

    47. "Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red[22] que, echada al mar, recoge toda clase de peces.

    48. Cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan y recogen lo bueno en cestas y echan fuera lo malo.

    49. Así será al fin del mundo: saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos,

    50. y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.[23]

    Tesoros nuevos y viejos

    51. Jesús les preguntó: --¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: --Sí, Señor.

    52. Él les dijo: --Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.[24]

    Jesús en Nazaret

    53. Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas,[25] se fue de allí.

    54. Vino a su tierra[26] y les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban y decían: --¿De dónde saca este esta sabiduría y estos milagros?

    55. ¿No es este el hijo del carpintero?[27] ¿No se llama su madre María, y sus hermanos,[28] Jacobo, José, Simón y Judas?

    56. ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, saca este todas estas cosas?

    57. Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: --No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.[29]

    58. Y no hizo allí muchos milagros debido a la incredulidad de ellos.