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    2 Reyes 18 - Nueva Biblia Española (1975)

    Reinado de Ezequías

    1. Ezequías, hijo de Acaz, subió al trono de Judá el año tercero del reinado de Oseas de Israel, hijo de Elá.

    2. Cuando subió al trono tenía veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Abí, hija de Zacarías.

    3. Hizo lo que el Señor aprueba, igual que su antepasado David.

    4. Suprimió las ermitas de las lomas, destrozó los cipos, cortó las estelas y trituró la serpiente de bronce que había hecho Moisés (porque los israelitas seguían todavía quemándole incienso; la llamaban Nejustán).

    5. Puso su confianza en el Señor, Dios de Israel, y no tuvo comparación con ninguno de los reyes que hubo en Judá, antes o después de él.

    6. Se adhirió al Señor, sin apartarse de él, y cumplió los mandamientos que el Señor había dado a Moisés.

    7. El Señor estuvo con él, y así tuvo éxito en todas sus empresas. Se rebeló contra el rey de Asiria y no le rindió vasallaje.

    8. Derrotó a los filisteos hasta Gaza, devastando todo su territorio, desde las torres de vigilancia hasta las plazas fuertes.

    Caída de Samaria

    9. El año cuarto del reinado de Ezequías, que corresponde al séptimo del reinado de Oseas de Israel, hijo de Elá, Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Samaria y la sitió.

    10. Al cabo de tres años, el año sexto de Ezequías, que corresponde al noveno de Oseas de Israel, la conquistó.

    11. Salmanasar deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozan, y en las poblaciones de Media,

    12. por no haber obedecido al Señor, su Dios, y haber quebrantado su pacto; no obedecieron ni cumplieron lo que les había mandado Moisés, siervo del Señor.

    Senaquerib invade a Judá

    13. El año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó todas las plazas fuertes de Judá, y las conquistó.

    14. Entonces Ezequías mandó a Laquis este mensaje para el rey de Asiria: "Soy culpable. Retírate y te pagaré la multa que me impongas". El rey asirio impuso a Ezequías de Judá el pago de nueve mil kilos de plata y novecientos kilos de oro.

    15. Ezequías le entregó toda la plata que había en el templo y en el tesoro de palacio.

    16. Fue en aquella ocasión cuando Ezequías rompió las puertas del santuario y los pilares que Azarías de Judá había recubierto de oro, y se los entregó al rey de Asiría.

    17. Desde Laqüis, el rey de Asiría despachó al general en jefe, al prefecto de eunucos y al copero mayor para que fueran con un fuerte destacamento a Jerusalén, al rey Ezequías. Fueron, y cuando llegaron a Jerusalén se detuvieron ante el Canal de la Alberca de Arriba, que queda junto a la calzada del Campo del Batanero.

    18. Llamaron al rey, y salieron a recibirlos Eliacín, hijo de Jelcías, mayordomo de palacio; Sobná, el secretario, y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf.

    19. El copero mayor les dijo: Digan a Ezequías: Así dice el emperador, el rey de Asiría: "¿En qué fundas tu confianza?

    20. Tú piensas que la estrategia y la valentía militares son cuestión de palabras. ¿En quién confías para rebelarte contra mí?

    21. ¿Te fías de ese bastón de caña quebrada que es Egipto? Al que se apoya en él, se le clava en la mano y se la atraviesa; eso es el Faraón para los que confían en él.

    22. Y si me replicas: yo confío en el Señor, nuestro Dios, ¿no es ése el dios cuyas ermitas y altares ha suprimido Ezequías, exigiendo a Judá y a Jerusalén que se postren ante ese altar en Jerusalén?

    23. Por tanto, haz una apuesta con mi señor, el rey de Asiría, y te daré dos mil caballos, si es que tienes quien los monte.

    24. ¿Cómo te atreves a desairar a uno de los últimos siervos de mi señor, confiando en que Egipto te proporcionará carros y jinetes?

    25. ¿Te crees que he subido a arrasar esta ciudad sin consultar con el Señor? Fue el Señor quien me dijo que subiera a devastar este país". ,

    26. Eliacín, hijo de Jelcías, Sobná y Yoaj dijeron al copero mayor: Por favor, háblanos en arameo, que lo entendemos. No nos hables en hebreo ante la gente que está en las murallas.

    27. Pero el copero les replicó: ¿Crees que mi señor me ha enviado para que te comunique a ti y a tu señor este mensaje? También es para los hombres que están en la muralla, y que con ustedes habrán de comer su excremento y beber su orina.

    28. E, irguiéndose, gritó a voz en cuello, en hebreo: ¡Escuchen las palabras del emperador, rey de Asiría!

    29. Así dice el rey: "Que no los engañe Ezequías, porque no podrá librarlos de mi mano.

    30. Que Ezequías no los haga confiar en el Señor, diciendo: el Señor nos librará y no entregará esta ciudad al rey de Asiría.

    31. No hagan caso a Ezequías, porque esto dice el rey de Asiria: Ríndanse y hagan la paz conmigo, y cada uno comerá de su viña y su higuera y beberá de su pozo,

    32. hasta que llegue yo para llevarlos a una tierra como la suya, tierra de trigo y mosto, tierra de pan y viñedo, tierra de aceite y miel, para que vivan y no mueran. No hagan caso de Ezequías, que los engaña, diciendo: el Señor nos librará.

    33. ¿Acaso los dioses de las naciones libraron sus países de la mano del rey de Asiria?

    34. ¿Dónde están los dioses de Jamat y Arpad, los dioses de Sefarvain, Hená y Avá? ¿Han librado a Samaria de mi poder?

    35. ¿Qué dios de esos países ha podido librar sus territorios de. mi mano? ¿Y va a librar el Señor a Jerusalén de mi mano?

    36. Todos callaron y no respondieron palabra. Tenían consigna del rey de no responder.

    37. Eliacín, hijo de Jelcías, mayordomo de palacio; Sobná, el secretario, y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, se presentaron al rey con las vestiduras rasgadas, y le comunicaron las palabras del copero mayor.