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    Daniel 7 - Nueva Biblia Española (1975)

    Visión de las cuatro bestias

    1. El año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño, visiones de su fantasía, estando en la cama. Al punto escribió lo que había soñado:

    2. Tuve una visión nocturna: los cuatro vientos agitaban el océano.

    3. Cuatro fieras gigantescas salían del mar, las cuatro distintas.

    4. La primera era como un león con alas de águila; mientras yo miraba, le arrancaron las alas, la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre y le dieron mente humana.

    5. La segunda era como un oso medio erguido, con tres costillas en la boca, entre los dientes. Le dijeron: "¡Arriba! Come carne en abundancia".

    6. Después vi. otra fiera como un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo y cuatro cabezas. Y le dieron el poder.

    7. Después tuve otra visión nocturna: una cuarta fiera, terrible, espantosa, fortísima; tenía grandes dientes de hierro, con los que comía y descuartizaba, y las sobras las pateaba con las pezuñas. Era diversa de las fieras anteriores, porque tenía diez cuernos.

    8. Miré atentamente los cuernos y vi. que entre ellos salía otro cuerno pequeño; para hacerle sitio, arrancaron tres de los cuernos precedentes. Aquel cuerno tenía ojos humanos y una boca que profería insolencias.

    9. Durante la visión vi. que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó: Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas.

    10. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.

    11. Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego.

    12. A las otras fieras les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada.

    13. Seguí mirando, y en la visión nocturna vi. venir en las nubes del cielo una figura humana, que se acercó al anciano y fue presentada ante él.

    14. Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

    15. Yo, Daniel, me sentía agitado por dentro y me turbaban las visiones de mi fantasía.

    16. Me acerqué a uno de los servidores y le pedí que me explicara todo aquello. El me contestó explicándome el sentido de la visión:

    17. Esas cuatro fieras gigantescas representan cuatro reinos que surgirán en el mundo.

    18. Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán por los siglos de los siglos.

    19. Yo quise saber lo que significaba la cuarta fiera, diversa de las demás; la fiera terrible, con dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y trituraba y pateaba las sobras con las pezuñas;

    20. lo que significaban los diez cuernos de su cabeza y el otro cuerno que le salía y eliminaba a otros tres, que tenía ojos y una boca que profería insolencias, y era más grande que los otros.

    21. Mientras yo seguía mirando, aquel cuerno luchó contra los santos y los derrotó.

    22. Hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo, y empezó el imperio de los santos.

    23. Después me dijo: La cuarta bestia es un cuarto reino que habrá en la tierra, diverso de todos los demás; devorará toda la tierra, la trillará y triturará.

    24. Sus diez cuernos son diez reyes que habrá en aquel reino; después vendrá otro, diverso de los precedentes, que destronará a tres reyes;

    25. blasfemará contra el Excelso, perseguirá a los santos del Altísimo e intentará cambiar el calendario y la ley. Dejarán en su poder a los santos durante un año y otro año y otro año y medio.

    26. Pero cuando se siente el tribunal para juzgar, le quitará el poder y será destruido y aniquilado totalmente.

    27. El poder real y el dominio sobre todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos los soberanos.

    28. Fin del relato. Yo, Daniel, turbado con mis pensamientos, palidecí; pero me lo guardé todo dentro.