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miércoles, julio 17, 2024
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    Isaías 64 - Nueva Biblia Española (1975)

    1. ¡Ojalá rasgaras el cielo y bajaras, derritiendo los montes con tu presencia,

    2. como fuego que prende en los sarmientos o hace hervir el agua! Para mostrar a tus enemigos quién eres, para que tiemblen ante ti las naciones,

    3. cuando hagas portentos que no esperábamos.

    4. Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios fuera de ti que hiciera tanto por el que espera en él.

    5. Sales al encuentro del que practica gozosamente la justicia y tiene presentes tus caminos. Estabas airado, y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos.

    6. Todos estábamos contaminados, nuestra justicia era un paño asqueroso; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento.

    7. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa.

    8. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.

    9. No te excedas en la ira, Señor, no recuerdes siempre nuestra culpa: mira que somos tu pueblo.

    10. Tus santas ciudades son un desierto, Sión se ha vuelto un desierto, Jerusalén un yermo.

    11. Nuestro templo, nuestro orgullo, donde te alabaron nuestros padres, ha sido pasto del fuego, y lo que más queríamos está reducido a escombros.

    12. ¿Te quedas insensible a todo esto, Señor, te callas y nos afliges sin medida?