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    Jeremías 7 - Nueva Biblia Española (1975)

    Mejorad vuestros caminos y vuestras obras

    1. Palabras que el Señor dirigió a Jeremías:

    2. Ponte a la puerta del templo y proclama allí: Escuchen, judíos, la palabra del Señor, los que entran por estas puertas a adorar al Señor,

    3. así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Enmienden su conducta y sus acciones, y habitaré con ustedes en este lugar;

    4. no se hagan ilusiones con razones falsas, repitiendo: "el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor".

    5. Si enmiendan su conducta y sus acciones, si juzgan rectamente los pleitos,

    6. si no explotan al emigrante, al huérfano y a la viuda, si no derraman sangre inocente en este lugar, si no siguen a dioses extranjeros, para su mal,

    7. entonces habitaré con ustedes en este lugar, en la tierra que di a sus padres, desde antiguo y para siempre.

    8. Se hacen ilusiones con razones falsas, que no sirven:

    9. ¿de modo que roban, matan, cometen adulterio, juran en falso, queman incienso a Baal, siguen a dioses extranjeros y desconocidos,

    10. y después entran a presentarse ante mí .en este templo que lleva mi nombre, y dicen: "Estamos salvados", para seguir cometiendo tales abominaciones?

    11. ¿Creen que es una cueva de bandidos este templo que lleva mi nombre? Atención, que yo lo he visto -oráculo del Señor- .

    12. Anden, vayan a mi templo de Silo, al que di mi nombre antaño, y miren lo que hice con él, por la maldad de Israel, mi pueblo.

    13. Pues ahora, por haber cometido tales acciones -oráculo del Señor- , porque les hablé sin cesar y no me escucharon, porque los llamé y no me respondieron,

    14. por eso trataré al templo que lleva mi nombre, y los tiene confiados, y al lugar que di a sus padres y a ustedes 10 mismo que traté a Silo;

    15. a ustedes los arrojaré de mi presencia, como arrojé a sus hermanos, la estirpe de Efraín.

    16. Y tú no intercedas por este pueblo, no supliques a gritos por ellos, no me reces, que no te escucharé.

    17. ¿No ves lo que hacen en los pueblos de Judá y en las calles de Jerusalén?

    18. Los hijos recogen leña, los padres encienden lumbre, las mujeres preparan la masa para hacer tortas en honor de la reina del cielo, y para irritarme hacen libaciones a dioses extranjeros.

    19. ¿Es a mí a quien irritan -oráculo del Señor- o más bien a sí mismos, para su confusión?

    20. Por eso así dice el Señor: Miren, mi ira y cólera se derraman sobre este lugar, sobre hombres y ganados, sobre el árbol silvestre, sobre el fruto del suelo, y arden sin apagarse.

    Castigo de la rebelión de Judá

    21. Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Añadan sus holocaustos a sus sacrificios y cómanse la carne;

    22. pues cuando saqué a sus padres de Egipto, no les ordené ni hablé de holocaustos y sacrificios;

    23. ésta fue la orden que les di: "Obedézcanme, y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen por el camino que les señalo, y les irá bien".

    24. Pero no escucharon ni prestaron oído, seguían sus planes, la maldad de su corazón obstinado, dándome la espalda y no la cara.

    25. Desde que salieron sus padres de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos los profetas un día y otro día;

    26. pero no me escucharon ni prestaron oído, se pusieron tercos y fueron peores que sus padres.

    27. Ya puedes repetirles este sermón, que no te escucharán; ya puedes gritarles, que no te responderán.

    28. Les dirás: Esta es la gente que no obedeció al Señor, su Dios, y no quiso escarmentar; la sinceridad se ha perdido, extirpada de su boca.

    29. Córtate la melena y tírala, entona en las dunas una elegía: El Señor ha rechazado y expulsado a la generación digna de su cólera;

    30. porque los judíos hicieron lo que yo repruebo -oráculo del Señor- , pusieron sus abominaciones en el templo que lleva mi nombre, contaminándolo.

    31. Levantaron ermitas al Horno" en el Valle de Ben Hinón para quemar a hijos e hijas, cosa que yo no mandé ni se me pasó por la cabeza;

    32. por eso, miren que llegan días -oráculo del Señor- en que ya no se llamará El Horno ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de las Animas, pues enterrarán en El Horno por falta de sitio;

    33. y los cadáveres de este pueblo serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra, sin que nadie los espante.

    34. Haré cesar en los pueblos de Judá y en las calles de Jerusalén la voz alegre y la voz gozosa, la voz del novio y la voz de la novia, porque el país será un desierto.