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    Juan 10 - Nueva Biblia Española (1975)

    Parábola del redil

    1. Si, se lo aseguro: El que no entra por la puerta en el recinto de las ovejas, sino saltando por otro lado, ése es un ladrón y un bandido.

    2. Pastor de las ovejas es el que entra por la puerta;

    3. a ése le abre el guarda y las ovejas escuchan su voz. A las ovejas propias las llama por su nombre y las conduce fuera;

    4. cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.

    5. A un extraño, en cambio, no lo seguirán, huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

    6. Esta semejanza les puso Jesús, pero ellos no entendieron a qué se refería.

    Jesús, el buen pastor

    7. Por eso añadió Jesús: Pues sí, les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.

    8. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos, pero las ovejas no les han hecho caso.

    9. Yo soy la puerta, el que entre por mí quedará al seguro, podrá entrar y salir y encontrará pastos.

    10. El ladrón no viene más que para robar, sacrificar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y les rebose.

    11. Yo soy el modelo de pastor. El pastor modelo se desprende de su vida por las ovejas;

    12. el asalariado, que no es pastor y de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo, deja las ovejas y huye, y. el lobo las arrebata y dispersa;

    13. porque siendo asalariado no le importan las ovejas.

    14. Yo soy el modelo de pastor; conozco a las mías y las mías me conocen a mí,

    15. igual que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre; y me desprendo de la vida por las ovejas.

    16. Tengo además otras ovejas que no son de este recinto; también a ésas tengo que conducirlas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo pastor.

    17. Por eso me ama el Padre, porque yo me desprendo de mi vida para tomarla de nuevo.

    18. Nadie me la quita, yo me desprendo de ella por decisión propia. Está en mi mano desprenderme de ella y está en mi mano tomarla de nuevo. Este es el mandamiento que recibí de mi Padre.

    19. Estas palabras causaron de nuevo división entre los dirigentes judíos.

    20. Muchos de ellos decían: Está loco de atar, ¿por qué lo escucháis?

    21. Otros, en cambio: Esas no son palabras de loco; ¿es que puede la locura abrir los ojos de los ciegos?

    Los judíos rechazan a Jesús

    22. Se celebró entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno

    23. y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.

    24. Lo rodearon entonces los dirigentes judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo vas a no dejarnos vivir? Si eres tú el Mesías, dínoslo abiertamente.

    25. Les replicó Jesús: Se lo he dicho, pero no lo creen. Las obras que yo realizo en nombre de mi Padre, ésas son las que me acreditan,

    26. pero ustedes no creen porque no son ovejas mías.

    27. Las ovejas mías escuchan mi voz: yo las conozco y ellas me siguen,

    28. yo les doy vida definitiva y no se perderán jamás ni nadie las arrancará de mi mano.

    29. Lo que me ha entregado mi Padre es lo que más importa y nadie puede arrancar nada de la mano del Padre.

    30. Yo y el Padre somos uno.

    31. Los dirigentes cogieron de nuevo piedras para apedrearlo.

    32. Les replicó Jesús: Muchas obras excelentes les he hecho ver, que son del Padre; ¿por cuál de esas obras me apedrean?

    33. Le contestaron los dirigentes: No te apedreamos por ninguna obra excelente, sino por blasfemia; porque tú, siendo un hombre, te estás haciendo Dios.

    34. Les replicó Jesús: ¿No está escrito en la Ley de ustedes: "Yo he dicho: Son Dioses"?".

    35. Si llamó dioses a aquéllos, a quienes Dios dirigió su palabra, y ese pasaje no se puede suprimir,

    36. de mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿dicen ustedes que blasfemo porque he dicho: "Soy Hijo de Dios"?

    37. Si yo no realizo las obras de mi Padre, no me crean;

    38. pero si las realizo, aunque no me crean a mi, crean a las obras; así sabrán de una vez que el Padre está identificado conmigo y yo con el Padre.

    39. Otra vez intentaron entonces prenderlo, pero se les escapó de las manos.

    40. Se fue esta vez al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado bautizando al principio, y se quedó allí.

    41. Acudieron a él muchos y decían: Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste era verdad.

    42. Y allí muchos le dieron su adhesión.