32.6 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Juan 18 - Nueva Biblia Española (1975)

    Arresto de Jesús

    1. Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto; allí entró él, y sus discípulos.

    2. Pero también Judas, el que lo entregaba, conocía el sitio, porque muchas veces se había reunido allí Jesús con sus discípulos.

    3. Así, el tal Judas, cogiendo el batallón y, además, guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, fue allí con faroles, antorchas y armas.

    4. Jesús, entonces, sabiendo todo lo que se le venía encima, salió y les dijo: ¿A quién buscan?

    5. Le contestaron: A Jesús el Nazareno. Les dijo: Soy yo. Y Judas, el que lo entregaba, estaba también presente con ellos.

    6. Al decirles: "Soy yo", retrocedieron y cayeron a tierra.

    7. Les preguntó de nuevo; ¿A quién buscan? Ellos dijeron: A Jesús el Nazareno.

    8. Replicó Jesús: Les he dicho que soy yo; pues si me buscan a mí, dejen que se marchen éstos.

    9. Así se cumplieron las palabras que había dicho: "De los que me entregaste, no he perdido a ninguno".

    10. Entonces, Simón Pedro, que llevaba un machete, lo sacó, agredió al siervo del sumo sacerdote y le cortó el lóbulo de la oreja derecha. El siervo se llamaba Maleo.

    11. Jesús le dijo a Pedro: Mete el machete en su funda. El trago que me ha mandado beber el Padre, ¿voy a dejar de beberlo?

    Jesús ante el sumo sacerdote

    12. Entonces, el batallón, el comandante y los guardias de las autoridades judías prendieron a Jesús y lo ataron.

    13. Lo condujeron primero a presencia de Anas, porque era suegro de Caifas, que era sumo sacerdote el año aquél.

    14. Era Caifas el que había persuadido a los dirigentes judíos de que convenía que un solo hombre muriera por el pueblo.

    Pedro en el patio de Anás

    15. Seguía a Jesús Simón Pedro y, además, otro discípulo. El discípulo aquél le era conocido al sumo sacerdote y entró al lado de Jesús en el palacio del sumo sacerdote.

    16. Pedro, en cambio, se quedó junto a la puerta, fuera. Salió entonces el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, se lo dijo a la portera y condujo a Pedro dentro.

    17. Le dice entonces a Pedro la sirvienta que hacía de portera: ¿No eres también tú discípulo del hombre ése? Dijo él: Yo no.

    18. Corno hacía frío, los siervos y los guardias, que tenían encendidas unas brasas, estaban de pie y se calentaban, Y estaba también Pedro con ellos, de pie y calentándose.

    Anás interroga a Jesús

    19. Entonces, el sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.

    20. Jesús le contestó: Yo he venido hablando públicamente a todo el mundo; yo siempre he enseñado en reuniones y en el templo, donde todos los judíos acuden, y no he dicho hada a ocultas.

    21. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han estado oyendo lo que yo les decía. Ahí los tienes, ésos saben lo que he dicho.

    22. Apenas dijo esto, uno de los guardias presentes dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así le contestas al sumo sacerdote?

    23. Le replicó Jesús: Si he faltado en el hablar, declara dónde está la falta; pero, si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?

    24. Entonces Anas lo mandó atado a Caifas, el sumo sacerdote.

    Pedro niega a Jesús

    25. Estaba Simón Pedro de pie calentándose. Le dijeron: ¿No eres tú también discípulo suyo? Lo negó él diciendo: Yo no.

    26. Le dijo uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente del otro a quien Pedro cortó el lóbulo de la oreja: ¿No te he visto yo en el huerto con él?

    27. De nuevo negó Pedro y, en seguida, cantó un gallo.

    Jesús ante Pilato

    28. Condujeron entonces a Jesús de casa de Caifas a la residencia del gobernador. Era por la mañana temprano. Ellos, sin embargo, no entraron en la residencia del gobernador, para no contaminarse y poder celebrar la cena de pascua.

    29. Salió Pilato fuera adonde estaban ellos y les preguntó: ¿Qué acusación presentan contra este hombre?

    30. Le respondieron: Si éste no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.

    31. Les dijo entonces Pilato: Llévenlo ustedes y júzguenlo conforme a su Ley. Le dijeron entonces las autoridades judías: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie.

    32. Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando la clase de muerte con la que iba a morir.

    33. Entró de nuevo Pilato en la residencia, llamó a Jesús y le dijo: ¿Tú eres el rey de los judíos?

    34. Contestó Jesús: ¿Piensas tú eso o te lo han dicho otros de mí?

    35. Replicó Pilato: ¿Acaso soy yo judío? Tu propia nación y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?

    36. Contestó Jesús: La realeza mía no pertenece al orden éste. Si perteneciera al orden éste la realeza mía, mi guardia personal habría luchado para impedir que me entregaran a las autoridades judías. Ahora que la realeza mía no es de aquí.

    37. Le preguntó entonces Pilato: Luego ¿tú eres rey? Contestó Jesús: Tú lo estás diciendo, yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto estoy en el mundo, para dar testimonio en favor de la verdad. Le dice Pilato: ¿Qué es eso de "verdad"?

    38. Dicho esto, salió de nuevo adonde estaban las autoridades judías y les dijo: Yo no encuentro ningún cargo contra él,

    39. pero tienen por costumbre que les suelte a uno por Pascua. ¿Quieren que les suelte al rey de los Judíos?

    40. Entonces insistieron dando gritos: A ése no, a Barrabás. Y Barrabás era un bandido.