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    Juan 8 - Nueva Biblia Española (1975)

    1. Jesús se fue al monte de los Olivos.

    2. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo; acudió el pueblo en masa; él se sentó y se puso a enseñarles.

    3. Los letrados y fariseos le llevaron una mujer sorprendida en adulterio, la pusieron en medio

    4. y le preguntaron: Maestro, a esta mujer la han sorprendido en flagrante adulterio;

    5. La Ley de Moisés nos manda apedrear a tales mujeres; tú ¿qué dices?

    6. Le preguntaban esto con mala idea, para tener de qué acusarlo. Jesús se inclinó y se puso a hacer dibujos con el dedo en la tierra.

    7. Como insistían en la pregunta, se incorporó y les dijo: El que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.

    8. Volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra.

    9. Al oír aquello fueron saliendo uno a uno, empezando por los más viejos, y él se quedó solo con la mujer, que seguía allí en medio.

    10. Se incorporó y le preguntó: ¿Dónde están los otros? ¿Ninguno te ha condenado?

    11. Contestó ella: Ninguno, Señor. Jesús le dijo: Pues tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.

    Jesús, la luz del mundo

    12. Jesús les habló de nuevo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en la tiniebla, tendrá la luz de la vida.

    13. Los fariseos le replicaron: Tú haces de testigo en causa propia, tu testimonio no es válido.

    14. Jesús les repuso: Aunque yo sea testigo en causa propia, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y adonde me marcho, mientras ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde me marcho.

    15. Ustedes dan sentencia según lo humano, yo no doy sentencia contra nadie.

    16. Pero incluso, si la diera, esa sentencia mía sería legítima, porque no estoy solo, estamos yo y el Padre que me mandó;

    17. y también en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos es válido.

    18. Soy yo el testigo en mi causa y, además, es testigo en mi causa el Padre que me mandó.

    19. Entonces le preguntaron ellos: ¿Dónde está tu Padre? Replicó Jesús: Ni saben quién soy yo ni saben quién es mi Padre; si supieran quién soy yo, sabrían también quién es mi Padre.

    20. Estas palabras las dijo enseñando en el Tesoro, en el templo. Y nadie lo detuvo, porque aún no había llegado su hora.

    A donde yo voy, vosotros no podéis venir

    21. Les dijo de nuevo: Yo me marcho; me buscarán, pero su pecado les llevará a la muerte. Adonde yo me marcho, ustedes no son capaces de venir.

    22. Los judíos del sistema comentaban: ¿Irá a suicidarse, y por eso dice: "Adonde yo me marcho, ustedes no son capaces de venir"?

    23. El continuó: Ustedes pertenecen a lo de aquí abajo, yo pertenezco a lo de arriba; ustedes pertenecen a este orden, yo no pertenezco al orden éste.

    24. Por eso les he dicho que les llevarán a la muerte sus pecados; es decir, si no llegan a creer que yo soy lo que soy, les llevarán a la muerte sus pecados.

    25. Entonces le preguntaron: Y ¿quién eres tú? Les contestó Jesús: Ante todo, eso mismo que les estoy diciendo.

    26. Mucho tengo que decir de ustedes y condenarlo, pero es digno de fe el que me mandó y lo que yo digo contra el mundo es lo mismo que le he escuchado a él.

    27. No comprendieron que les hablaba del Padre.

    28. Jesús entonces les dijo: Cuando levanten en alto a este Hombre, entonces comprenderán que yo soy lo que soy y que no hago nada de por mí, sino que digo lo mismo que me ha enseñado el Padre.

    29. Además, el que me mandó está conmigo, no me ha dejado solo, y la prueba es que yo hago siempre lo que le agrada a él.

    30. Mientras hablaba así muchos le dieron su adhesión.

    La verdad os hará libres

    31. Dijo entonces Jesús a los judíos del sistema que le habían dado pleno crédito: Ustedes, para ser de verdad mis discípulos, tienen que atenerse a ese mensaje mío;

    32. conocerán la verdad y la verdad les hará libres.

    33. Hubo una reacción contra él; Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie: ¿cómo dices tú: "Llegarán a ser libres"?

    34. Les replicó Jesús: Pues sí, les aseguro que todo el que practica el pecado es esclavo.

    35. Ahora bien, el esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre.

    36. Por tanto, si el hijo les da la libertad, serán realmente libres.

    37. Ya sé que son linaje de Abrahán y, sin embargo, tratan de matarme a mí, porque ese mensaje mío no les cabe en la cabeza.

    38. Yo expongo lo que he visto personalmente junto al Padre, así también ustedes hacen lo que han visto junto a su padre.

    Sois de vuestro padre el diablo

    39. Le repusieron; Nuestro padre es Abrahán. Les respondió Jesús: Si fueran hijos de Abrahán, realizarían las obras de Abrahán;

    40. en cambio, tratan de matarme a mí, hombre que les he estado exponiendo la verdad que aprendí de Dios. Eso no lo hizo Abrahán.

    41. Ustedes realizan las obras de su padre. Le replicaron entonces: Nosotros no hemos nacido de prostitución, un solo padre tenemos, Dios.

    42. Les replicó Jesús: Si Dios fuera su padre, me querrían a mí, porque yo estoy aquí procedente de Dios; y tampoco he venido por decisión propia, fue él quien me envió.

    43. ¿Por qué no entienden mi lenguaje? Porque no son capaces de escuchar ese mensaje mío.

    44. Ustedes proceden de ese padre que es el Enemigo, y quieren realizar los deseos de su padre. El ha sido homicida desde el principio y nunca ha estado en la verdad, porque en él no hay verdad; cuando expone la mentira le sale de dentro, porque es mentiroso y el padre de la mentira.

    45. A mí, en cambio, porque digo la verdad, no me creen.

    46. ¿Quién de ustedes puede echarme en cara un pecado? Si digo la verdad, ¿por qué ustedes no me creen?

    47. El que procede de Dios escucha las exigencias de Dios; por eso ustedes no escuchan, porque no proceden de Dios.

    La preexistencia de Cristo

    48. Repusieron los dirigentes: ¿No tenemos razón en decir que eres un samaritano y que estás loco?

    49. Replicó Jesús: Yo no estoy loco, sino que honro a mi Padre, en cambio ustedes quieren quitarme la honra a mí;

    50. aunque yo no busco mi gloria; hay quien se encarga de eso y es juez en el asunto.

    51. Pues sí, se lo aseguro: Si uno cumple mi mensaje, no sabrá nunca lo que es morir.

    52. Replicaron entonces los dirigentes: Ahora estamos seguros de que estás loco. Abrahán murió y los profetas también, ¿y tú sales diciendo:

    53. Si uno cumple mi mensaje no probará nunca la muerte? ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron. ¿Quién pretendes ser?

    54. Repuso Jesús: Si yo mismo me procurase gloria, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me la procura, el que ustedes dicen que es su Dios,

    55. aunque nunca lo han conocido. Yo, en cambio, lo conozco bien y, si negase conocerlo, sería un mentiroso parecido a ustedes. Pero lo conozco bien y cumplo su mensaje.

    56. Abrahán, su padre, saltó de gozo porque iba a ver este día mío, lo vio y se llenó de alegría.

    57. Los dirigentes le replicaron: ¿No tienes todavía cincuenta años y has visto a Abrahán en persona?

    58. Les contestó Jesús: Pues sí, se lo aseguro: Desde antes que existiera Abrahán, soy yo lo que soy.

    59. Tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.