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    Jueces 6 - Nueva Biblia Española (1975)

    Llamamiento de Gedeón

    1. Los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba, y el Señor los entregó a Madián por siete años.

    2. El régimen de Madián fue tiránico. Para librarse de él, los israelitas tuvieron que valerse de las cuevas de los montes, las cavernas y los refugios.

    3. Cuando los israelitas sembraban, los madianitas, los amalecitas y los orientales venían a hostigarlos;

    4. acampaban frente a ellos y destruían todos los sembrados, hasta la entrada de Gaza. No dejaban nada con vida en Israel, ni ovejas, ni buey, ni burro;

    5. porque venían con sus rebaños y sus tiendas, numerosos como langostas, hombres y camellos sin número, e invadían la comarca, asolándola.

    6. Con esto Israel iba empobreciéndose por culpa de Madián.

    7. Entonces los israelitas gritaron al Señor. Y cuando los israelitas gritaron al Señor por causa de Madián,

    8. el Señor les envió un profeta a decirles: Así dice el Señor, Dios de Israel: Yo los hice subir de Egipto,

    9. los saqué de la esclavitud, los libré de los egipcios y de todos sus opresores, los expulsé ante ustedes para entregarles sus tierras,

    10. y les dije: "Yo soy el Señor, su Dios; no adoren a los dioses de los amorreos, en cuyo país van a vivir". Pero no me han obedecido.

    11. El ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina de Ofrá, propiedad de Joás, de Abiezer, mientras su hijo, Gedeón, estaba trillando trigo a látigo en el lagar, para esconderse de los madianitas.

    12. El ángel del Señor se le apareció y le dijo: El Señor está contigo, valiente.

    13. Gedeón respondió: Perdón; si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha venido encima todo esto? ¿Dónde han quedado aquellos prodigios que nos contaban nuestros padres: "De Egipto nos saco el Señor..."? La verdad es que ahora el Señor nos ha desamparado y nos ha entregado a los madianitas.

    14. El Señor se volvió a él y le dijo: Vete, y con tus propias fuerzas salva a Israel de los madianitas. Yo te envío.

    15. Gedeón replicó: Perdón, ¿cómo puedo yo librar a Israel? Precisamente mi familia es la menor de Manases, y yo soy el más pequeño en la casa de mi padre.

    16. El Señor contestó: Yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

    17. Gedeón insistió: Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que eres tú quien habla conmigo.

    18. No te vayas de aquí hasta que yo vuelva con una ofrenda y te la presente. El Señor dijo: Aquí me quedaré hasta que vuelvas.

    19. Gedeón marchó a preparar un cabrito y unos panes ázimos con media fanega de harina; colocó luego la carne en el canasto y echó el caldo en la olla; se lo llevó al Señor y se lo ofreció bajo la encina.

    20. El ángel del Señor le dijo: Toma la carne y los panes ázimos, colócalos sobre esta roca y derrama el caldo. Así lo hizo.

    21. Entonces el ángel del Señor alargó la punta del cayado que llevaba, tocó la carne y los panes, y se levantó de la roca una llamarada que los consumió. Y el ángel del Señor desapareció.

    22. Cuando Gedeón vio que se trataba del ángel del Señor, exclamó: ¡Ay Dios mío, que he visto al ángel del Señor cara a cara!

    23. Pero el Señor le dijo: ¡Paz, no temas, no morirás!

    24. Entonces Gedeón levantó allí un altar al Señor y le puso el nombre de "Señor de la Paz"; altar que aún existe en Ofrá de Abiezer.

    25. Aquella noche habló el Señor a Gedeón: Toma el buey de siete años que tiene tu padre, derriba el altar de tu padre dedicado a Baal y corta el árbol sagrado que está junto a él;

    26. levanta luego un altar al Señor, tu Dios, en la cima del barranco, con las piedras bien puestas; toma el buey y ofrécelo en sacrificio aprovechando la leña del árbol ya cortado.

    27. Gedeón escogió a diez de sus sirvientes e hizo lo que le había mandado el Señor; pero no atreviéndose a hacerlo de día por miedo a sus familiares y a la gente del pueblo, lo hizo por la noche.

    28. Cuando los vecinos se levantaron temprano, se encontraron derribado el altar de Baal, cortado el árbol sagrado junto a él y sacrificado el buey sobre el altar recién construido.

    29. Se preguntaban: ¿Quién habrá sido? Indagaron, averiguaron y llegaron a la conclusión: Ha sido Gedeón, hijo de Joás.

    30. Entonces le dijeron a Joás: Sácanos a tu hijo, que muera; porque ha derribado el altar de Baal y cortado el árbol sagrado que había junto a él.

    31. Joás respondió a todos los que le amenazaban: ¿Qué tienen ustedes que defender a Baal? ¡Como si ustedes fueran a salvarlo! El que lo defienda, muera antes de que salga el sol. Si Baal es dios, que se defienda a sí mismo, ya que han derribado su altar.

    32. Por eso aquel día pusieron a Gedeón el apodo de Yerubaal, comentando: ¡Que Baal se defienda a sí mismo, ya que han derribado su altar!

    33. Los madianitas, los amalecitas y los orientales se aliaron, cruzaron el río y acamparon en la llanura de Yezrael.

    34. El espíritu del Señor se apoderó de Gedeón, que tocó a rebato, y Abiezer corrió a unírsele.

    35. Envió mensajeros a Manases, y se le unió; luego a Aser, Zabulón y Neftalí, y también ellos vinieron a unírsele.

    36. Gedeón dijo a Dios: Si realmente vas a salvar a Israel por mi medio, como aseguraste,

    37. mira, voy a extender en la era esta zalea: si cae el rocío sobre la lana mientras todo el suelo queda seco, me convenceré de que vas a salvar a Israel por mi medio, como aseguraste.

    38. Así sucedió. Al día siguiente Gedeón madrugó, retorció la lana, exprimiéndole el rocío, y llenó una cazuela de agua.

    39. Entonces Gedeón dijo a Dios: No te enfades conmigo si te hago otra propuesta; haré sólo otra vez la prueba con la zalea: que sólo ella quede seca, y en cambio, caiga rocío sobre el suelo.

    40. Así lo hizo Dios aquella noche: sólo la zalea quedó seca, mientras que cayó rocío en todo el suelo.