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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 12 - Nueva Biblia Española (1975)

    La levadura de los fariseos

    1. Mientras tanto, miles y miles de personas se habían aglomerado hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose en primer lugar a sus discípulos: Mucho cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con la hipocresía.

    2. Pero nada hay encubierto que no deba descubrirse, ni nada escondido que no deba saberse,

    3. porque lo que dijeron de noche se escuchará en pleno día, y lo que dijeron al oído en la despensa, se proclamará desde las azoteas.

    A quién se debe temer

    4. Escúchenme ahora ustedes, amigos míos: No les tomen miedo a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer más.

    5. Les voy a indicar a quién tienen que temer: Teman al que tiene poder para matar y después echar en el fuego. Sí, a ése témanlo, desde luego.

    6. ¿No se venden cinco pajaritos por cuatro centavos? Y, sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios.

    7. Es más: en cuanto a ustedes, hasta los pelos de su cabeza están todos contados. No tengan miedo: valen ustedes más que todos los pajaritos juntos.

    El que me confesare delante de los hombres

    8. Y les digo que, por todo el que se pronuncie por mí ante los hombres, también este Hombre se pronunciará ante los ángeles de Dios.

    9. Y si uno me niega ante los hombres, será negado él ante los ángeles de Dios.

    10. A todo el que hable en contra del hombre se le podrá perdonar, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón.

    11. Cuando los conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o de qué van a decir,

    12. porque lo que hay que decir se lo enseñará el Espíritu Santo en aquel momento.

    El rico insensato1

    13. Uno del público lepidio: Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.

    14. Le contestó Jesús: Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o arbitro entre ustedes?

    15. Entonces les dijo: Cuidado: Guárdense de toda codicia, que aunque uno tenga de sobra, la vida no depende de los bienes.

    16. Y les propuso una parábola. Las tierras de un hombre rico dieron una gran cosecha.

    17. El estuvo echando cálculos: "¿Qué hago? No tengo donde almacenarla".

    18. Y entonces se dijo: Voy a hacer lo siguiente: derribaré mis graneros, construiré otros más grandes y almacenaré allí el grano y las demás provisiones.

    19. Luego podré decirme: "Amigo, tienes muchos bienes almacenados para muchos años: túmbate, come, bebe y date la buena vida".

    20. Pero Dios le dijo: Insensato, esta noche te van a reclamar la vida. Lo que te has preparado, ¿para quién será?

    21. Eso le pasa al que amontona riquezas para sí y para Dios no es rico.

    El afán y la ansiedad

    22. Y a sus discípulos les dijo: Por eso les digo: No anden angustiados por la vida, pensando qué van a comer, ni por el cuerpo, pensando con qué se van a vestir;

    23. porque la vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido.

    24. Fíjense en los cuervos: ni siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero y, sin embargo, Dios los alimenta. Y ¡cuánto más valen ustedes que los pájaros!

    25. Y ¿quién de ustedes a fuerza de preocuparse podrá añadir una hora al tiempo de su vida?

    26. Entonces, si no son capaces ni siquiera de lo pequeño, ¿por qué se angustian por lo demás?

    27. Fíjense cómo crecen los lirios: ni hilan ni tejen, y les digo que ni Salomón en todo su fasto estaba vestido como cualquiera de ellos.

    28. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?

    29. No estén con el alma en un hilo buscando qué comer y qué beber.

    30. Son los paganos quienes ponen su empeño en esas cosas; ya sabe el Padre que tienen ustedes necesidad de eso.

    31. En cambio, busquen que él reine y eso se les dará por añadidura.

    Tesoro en el cielo

    32. Tranquilícense, rebaño pequeño, que es decisión de su Padre reinar de hecho sobre ustedes.

    33. Vendan sus bienes y denlo en limosnas; háganse bolsas que no se estropeen, un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni echa a perder la polilla.

    34. Porque donde tengan su riqueza tendrán el corazón.

    El siervo vigilante

    35. Tengan el delantal puesto y encendidas las lámparas:

    36. parézcanse ustedes a los que aguardan a que su patrón vuelva de la boda para, cuando llegue, abrirle en cuanto llame.

    37. Dichosos esos servidores si el patrón al llegar los encuentra en vela: les aseguro que él se pondrá el delantal, los hará recostarse y les servirá uno a uno;

    38. si llega entrada la noche o incluso de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.

    39. Esto ya lo comprenden: que si el dueño de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no le dejaría forzar la entrada.

    40. Por eso, estén también ustedes preparados, pues cuando menos lo piensen llegará este Hombre.

    El siervo infiel

    41. Pedro le preguntó: Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos en general?

    42. El Señor continuó: Así, pues, ¿dónde está ese administrador fiel y cuidadoso a quien el patrón va a encargar de repartir a los sirvientes la ración a sus horas?

    43. Dichoso el tal empleado si el patrón al llegar lo encuentra cumpliendo con su obligación.

    44. Les aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes.

    45. Pero si el tal empleado, pensando que su patrón tardará, empieza a maltratar a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse,

    46. el día que menos se lo espera, y a la hora que no ha previsto llegará el patrón y lo pondrá en la calle, mandándolo a donde se manda a los que no son fieles.

    47. El empleado ése que, conociendo el deseo de su señor, no prepara las cosas o no las hace como su señor desea, recibirá muchos palos;

    48. en cambio, el que no lo conoce, pero hace algo que merece palos, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le pedirá.

    Jesús, causa de división

    49. Fuego he venido a encender en la tierra y ¡qué más quiero si ya ha prendido!

    50. Pero tengo que ser sumergido" en las aguas y no veo la hora de que eso se cumpla.

    51. ¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? Les digo que no, división y nada más;

    52. porque de ahora en adelante una familia de cinco estará dividida; se dividirán tres contra dos y dos contra tres;

    53. padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija contra madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra!'.

    ¿Cómo no reconocéis este tiempo?

    54. Y añadió, también para la gente: Cuando ven subir una nube por el poniente dicen ustedes en seguida: "Aguacero tenemos", y así sucede.

    55. Cuando sopla el sur dicen: "Va a hacer bochorno", y lo hace.

    56. Hipócritas: si saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo es que no saben interpretar el momento presente?

    Arréglate con tu adversario

    57. Y ¿por qué no juzgan ustedes mismos lo que se debe hacer?

    58. Por ejemplo, cuando vas con tu contrincante a ver al magistrado, haz lo posible por librarte de él mientras vas de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel.

    59. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último centavo.