31 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Lucas 15 - Nueva Biblia Española (1975)

    Parábola de la oveja perdida

    1. Recaudadores y descreídos acostumbraban a acercarse en masa para escucharlo.

    2. Los fariseos y los letrados lo criticaban diciendo: Ese acoge a los descreídos y come con ellos.

    3. Entonces les propuso Jesús esta parábola:

    4. Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la descarriada hasta encontrarla?

    5. Cuando la encuentra, se la carga en los hombros, muy contento;

    6. al llegar a casa reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Alégrense conmigo! He encontrado la oveja que se me había perdido.

    7. Les digo que lo mismo pasa en el cielo; da más alegría un pecador que se enmienda, que noventa y nueve justos que no necesitan enmendarse.

    Parábola de la moneda perdida

    8. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una vela, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?

    9. Y cuando la encuentra reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: ¡Alégrense conmigo! He encontrado la moneda que se me había perdido.

    10. Les digo que la misma alegría sienten los ángeles de Dios por un solo pecador que se enmienda.

    Parábola del hijo pródigo

    11. "Y añadió: Un hombre tenía dos hijos;

    12. el menor le dijo a su padre: Padre, dame la parte de la fortuna que me toca. El padre les repartió los bienes.

    13. No mucho después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo como un perdido.

    14. Cuando se lo había gastado todo vino un hambre terrible en aquella tierra y empezó él a pasar necesidad.

    15. Fue entonces y se puso al servicio de uno de los naturales de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos.

    16. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pues nadie le daba de comer.

    17. Recapacitando entonces, se dijo: Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre.

    18. Voy a volver a casa de mi padre y le voy a decir: “Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti;

    19. ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros".

    20. Entonces se puso en camino para casa de su padre: su padre lo vio de lejos y se enterneció; salió corriendo, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

    21. El hijo empezó: Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.

    22. Pero el padre les mandó a los sirvientes: saquen en seguida el mejor traje y vístanlo; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies;

    23. traigan el ternero engordado y mátenlo; celebremos un banquete,

    24. porque este hijo mío se había muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y se le ha encontrado. Y empezaron el banquete.

    25. El hijo mayor estaba en el campo. A la vuelta, cerca ya de la casa, oyó la música y el baile;

    26. llamó a Uno de los mozos y le preguntó qué pasaba.

    27. Este le contestó: Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha mandado matar el ternero engordado, porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.

    28. El se indignó y se negó a entrar; pero el padre salió e intentó persuadirlo.

    29. El hijo replicó: Mira: a mí, en tantos años como te sirvo sin desobedecer nunca una orden tuya, jamás me has dado un cabrito para comérmelo con mis amigos;

    30. y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, matas para él el ternero engordado.

    31. El padre le respondió: Hijo mío, ¡si tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo!

    32. Además, había que hacer fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo se había muerto y ha vuelto a vivir, se había perdido y se le ha encontrado.