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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 16 - Nueva Biblia Española (1975)

    Parábola del mayordomo infiel

    1. Jesús dijo también a sus discípulos: Un hombre rico tenía un administrador y le fueron con el cuento de que éste derrochaba sus bienes.

    2. Entonces lo llamó y le dijo: ¿Qué es eso que oigo decir de ti? Dame cuenta de tu gestión, porque quedas despedido.

    3. El administrador se puso a echar cálculos: ¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza.

    4. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, haya quien me reciba en su casa.

    5. Fue llamando uno por uno a los deudores de su patrón, y preguntó al primero: ¿Cuánto debes a mi patrón?

    6. Aquél respondió: Cien barriles de aceite. El le dijo: Aquí está tu recibo: date prisa, siéntate y escribe "cincuenta"

    7. Luego preguntó a otro: Y tú, ¿cuánto le debes? Este contestó: Cien costales de trigo. Le dijo: Aquí está tu recibo: escribe "ochenta".

    8. El patrón felicitó a aquel administrador de lo injusto por la habilidad con que había procedido, pues los que pertenecen a este mundo son más astutos con su gente que los que pertenecen a la luz.

    9. Ahora les digo yo: Gánense amigos dejando el injusto dinero: así, cuando esto se acabe, los recibirán en las moradas eternas.

    10. Quien es fiel en lo de nada, también es fiel en lo importante; quien no es honrado en lo de nada, tampoco es honrado en lo importante.

    11. Por eso, si no han sido fieles con el injusto dinero, ¿quién les va a confiar lo que vale de veras?

    12. Si no han sido fieles en lo ajeno, lo suyo, ¿quién se lo va a entregar?

    13. Ningún sirviente puede estar al servicio de dos señores; porque aborrecerá a uno y querrá al otro o bien se apegará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y al dinero.

    14. Oyeron todo esto los fariseos, que son amigos del dinero, y se burlaban de él.

    15. Jesús les dijo: Ustedes son los que se las dan de intachables ante la gente, pero Dios los conoce por dentro, y ese encumbrarse entre los hombres le repugna a Dios.

    La ley y el reino de Dios

    16. La Ley y los Profetas llegaron hasta Juan; desde entonces se anuncia el reinado de Dios y todo el mundo usa la violencia contra él;

    17. pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra que no que caiga una coma de la Ley.

    Jesús enseña sobre el divorcio

    18. Todo el que despide a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la despedida comete adulterio.

    El rico y Lázaro

    19. Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y banqueteaba todos los días espléndidamente.

    20. Un mendigo llamado Lázaro estaba echado en el portal, cubierto de llagas;

    21. habría querido llenarse el estómago con' lo que tiraban de la mesa del rico; más aún, hasta se le acercaban los perros a lamerle las llagas.

    22. Se murió el mendigo, y los ángeles lo pusieron a la mesa al lado de Abrahán. Se mudó también el rico, y lo enterraron;

    23. Estando en el abismo, en medio de los tormentos, levantó los ojos, vio de lejos a Abrahán con Lázaro echado a su lado,

    24. y gritó: Padre Abrahán, ten piedad de mí; manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, que me atormentan estas llamas.

    25. Pero Abrahán le contestó: Hijo, recuerda que en vida te tocó a ti lo bueno y a Lázaro lo malo; por eso ahora él encuentra consuelo y tú padeces.

    26. Además, entre nosotros y ustedes se abre un abismo inmenso; por más que quiera, nadie puede cruzar de aquí para allá, ni de allí para acá.

    27. El rico insistió: Entonces, padre, por favor, manda a Lázaro a mi casa,

    28. porque tengo cinco hermanos: que los prevenga, no sea que acaben también ellos en este lugar de tormento.

    29. Abrahán le contestó: Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen.

    30. El rico insistió: No, no, padre Abrahán; pero si un muerto fuera a verlos, se enmendarían.

    31. Abrahán le replicó: Sino escuchan a Moisés y a los profetas, no le harán caso ni a un muerto que resucite.